martes, 27 de julio de 2021

SEGUIR APRENDIENDO: Profesora Leonor Bakún: SWAMI ABHEDANANDA

 


SWAMI ABHEDANANDA 

Kali Prasad Chandra, nació el 2 de octubre de 1866, en Calcuta.  Era un  estudiante brillante y un lector voraz. Junto con los cursos regulares, estudió literatura clásica sánscrita y compuso poemas en esa lengua. También estudió filosofía occidental. Era, por naturaleza, una mente abierta y no tenía prejuicios a favor de religión alguna. Al principio se sintió atraído hacia el cristianismo, pero se volvió hacia el hinduismo después de escuchar las conferencias de los líderes de Brahmo. Estudió las escrituras pero eso no apaciguó su sed de conocimiento. Quedó fascinado por los Yoga Sutras de Patanjali y quiso hallar un maestro espiritual que pudiera enseñarle a seguir el método de meditación que prescriben.

Uno de sus compañeros de clase le habló de Sri Ramakrishna. En 1884, fue a Dakshineswar. Cuando entró en la habitación del Maestro, se inclinó y le dijo: "Tengo el deseo de aprender Yoga” y le pidió que lo instruyera. El Maestro guardó silencio durante un rato y luego dijo: “Es una buena señal que tengas el deseo de aprender yoga a esta temprana edad. Eras un yogui en tu vida anterior. Quedó un poco para perfeccionar. Este será tu último nacimiento. Sí, te enseñaré yoga". Así, Kali comenzó a ir a Dakshineswar. Bajo la guía del Maestro practicó meditación y a través de su gracia fue bendecido con  visiones maravillosas.

Cuando Ramakrishna se enfermó, él lo cuidó con la mayor devoción. Fue uno los 16 discípulos directos de Ramakrishna que tomaron voto monástico cuando el Maestro dejó su cuerpo. Su nombre pre-monástico era Kaliprasad Chandra o, más familiarmente, Kali. Narendra le dio el nombre de Swami Abhedananda. Se unió al Math de Baranagore donde solía estar absorto en intensa meditación o estudio, por eso solían decirle Kali tapasvi (Kali, el asceta). Pasó varios años visitando lugares de peregrinaje a pie.

En 1896, cuando Swami Vivekananda estaba en Londres, pidió que Swami Abhedananda fuese a ayudarlo. Cuando éste llegó, encontró con sobresalto, que Swamiji había dispuesto que él diera una conferencia y la había hecho anunciar en los diarios. Abhedananda, nunca en su vida, había hablado ante el público, pero era tal su fe en las decisiones de Swami Vivekananda que se presentó ante una audiencia que colmaba la capacidad de la sala y dio una conferencia brillante ante la erudita audiencia de la Sociedad Crístico-Teosófica. Swami Vivekananda tenía confianza en que Abhedananda podría llevar adelante el trabajo en Londres en su ausencia. Abhedananda viajó a muchos lugares en el Reino Unido, Estados Unidos y Europa y dio charlas sobre Vedanta a numeroso público.

Swami Vivekananda partió para India con la confianza en que su trabajo sería continuado tal como deseaba. Swami Abhedananda permaneció en Inglaterra durante un año.

En 1897, Vivekananda le pidió que se hiciera cargo de la Sociedad Vedanta en Nueva York. También ahí, tuvo gran éxito. Más que ningún otro de sus hermanos discípulos, él parecía sentirse en Estados Unidos de América como en casa. Con excepción de una corta visita a India en 1906, estuvo allí enseñando y dando conferencias hasta 1921. Allí editó el manuscrito original de “M”, el Evangelio de Ramakrishna. Swami Abhedananda no solo era un intelectual brillante, un gran orador y un escritor prolífico, sino que también era una persona práctica y trabajadora. Enseñó a sus alumnos a armonizar la acción y la contemplación en sus vidas.

Entre sus escritos figuran: Reencarnación, Cómo ser un yogui, India y su pueblo, Atmabikas, Vedantabani, Hindu Dharme Narir Sthan. También editó una revista mensual Viswabani durante nueve años.

Después de su larga y exitosa labor en Estados Unidos, regresó a India, en 1923 En Calcuta  fundó su propia Sociedad Vedanta, Sri Ramakrishna Vedanta Society y en 1924, Sri Ramakrishna Vedanta Ashram en Darjeeling. También presidió el Parlamento de Religiones en el Ayuntamiento de Kolkata, como parte de la celebración del centenario de nacimiento de Sri Ramakrishna.

Compuso himnos en sánscrito a Sri Ramakrishna y a Sri Sarada Devi. En el poema dedicado a la Santa Madre dice:

¡Oh Madre, escúchame!

Yo no busco el cielo ni la liberación.

Yo sólo tengo un deseo:

Reclinarme en tu cálido regazo

Y contemplar tu rostro

Para beber día y noche,

el néctar de tu divino amor.

En 1936, en una charla de cinco minutos grabada en bengalí, que se transmitió por All India Radio, en Calcuta, con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de Sri Ramakrishna, claramente dijo: “Cuántas veces de sus propios labios escuchamos esa frase: “Aquel que fue Rama, Aquel que fue Krishna, es en este cuerpo Ramakrishna”. Y continuó: “Ramakrishna abiertamente lo dijo a muchos de sus discípulos directos.” Es la única voz grabada de un discípulo de Ramakrishna y es el testimonio verbal más precioso sobre el papel en el drama divino de Sri Ramakrishna. El archivo se conserva y está disponible. 

Falleció el 8 de septiembre de 1939. Era el último sobreviviente de los discípulos directos y uno de los pocos discípulos, aún con vida, que habían conocido a Sri Ramakrishna.

Algunas enseñanzas de Swami Abhedananda:

′′El Este y el Oeste se unirán - tal es la voluntad de Dios. Las señales de los tiempos me animan enormemente, y mi visita y la estancia prolongada en este país me han convencido claramente de que es posible hacer del mundo nuestro hogar, y amar a todos como hermanos y hermanas. El espíritu de Dios está trabajando en todas partes. Bienaventurado el que ve la obra, y se da cuenta del espíritu divino."

“Hay personas que obedecen ciegamente al deseo y a la pasión, sin  discernimiento y sin preguntarse por qué lo hacen. Aquel que elige el sendero del karma yoga busca la libertad del alma.”

“Creamos en Dios o no, tengamos o no fe en cualquier profeta, si tenemos autocontrol, concentración, veracidad y amor desinteresado hacia todos, ya estamos en el camino que conduce a la perfección espiritual.”

“El objeto de todas las ciencias, filosofías y religiones es descubrir la verdad eterna. Las religiones no son más que otros tantos variados intentos de la mente humana para descubrir esta verdad eterna, esta sabiduría eterna.”




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