martes, 8 de junio de 2021

SEGUIR APRENDIENDO: Profesora Leonor Bakún: SWAMI NIRANAJANANANDAJI

 



SWAMI  NIRANJANANANDA

Nació en una familia de clase media, en 1862, en Rajarhat-Vishnupur, W.B. Habitualmente lo llamaban por la forma abreviada de Niranjan. Su carácter era una mezcla de ternura y severidad y su amor por la verdad era incondicional. Una vez un caballero de Calcuta construyó un templo a Shiva en la ciudad de Benares. Swami Vivekananda observó: “si hace algo para aliviar el sufrimiento de los pobres, adquirirá tanto mérito como si construyera mil templos como ese”. Cuando se enteró de esta observación de Swamiji, el caballero se acercó con una ofrenda de gran ayuda pecuniaria para la Casa de Servicios de la Misión Ramakrishna de Benares, que estaba en sus comienzos. Pero más tarde, quiso recortar la suma que había ofrecido al principio. Swami Niranjananda, entonces, rechazó todo el ofrecimiento, a pesar de que eso significaba una gran dificultad para la institución.

Swami Niranjanananda fue uno de los pocos discípulos a quienes Sri Ramakrishna definió como nityasiddhas o ishwarakotis, almas perfectas desde su nacimiento, dotadas de atributos divinos especiales. El Maestro dijo que Swami Niranjanananda era uno de sus antarangas, o sea, que pertenecía al círculo de sus devotos íntimos y que había nacido con las características de Rama, 

Tenía cerca de dieciocho años cuando se encontró con el Maestro por primera vez. Su apariencia era majestuosa, de anchas espaldas y físico fuerte, la intrepidez destellaba de continuo en sus ojos. Cuando era un adolescente, se había asociado a un grupo de espiritistas, en Calcuta y fue en su compañía que visitó por primera vez a Sri Ramakrishna en Dakshineswar. A menudo hacía de medium y tuvo un gran éxito en eso. En esa época, desarrolló algunos poderes psíquicos como hacer, entre otras cosas, curaciones milagrosas. 

Al oír hablar del gran poder espiritual de Sri Ramakrishna, fue a verlo una tarde, a Dakshineswar. Thakur estaba rodeado por sus devotos cuando Niranjan llegó a él. Cuando los devotos se fueron, el Maestro se volvió hacia Niranjan y le preguntó sobre él. Al ver su interés en el espiritismo, le advirtió sobre los peligros de las prácticas ocultas. Le dijo: “hijo mío, si piensas en fantasmas, llegarás a ser fantasma. Y si piensas en Dios, tu vida será divina. ¿Cuál prefieres?” Lo último, por supuesto, replicó Niranjan.

Sri Ramakrishna le aconsejó que cortara toda relación con los espiritistas, a lo que él accedió. Siguió el consejo del Maestro y comenzó a practicar bajo la dirección de Sri Ramakrishna. Desde el primer encuentro, Sri Ramakrishna le habló a Niranjan como si lo hubiera conocido desde hacía mucho tiempo. Al ver que estaba oscureciendo le dijo que pasara la noche en Dakshineswar. Niranjan no lo hizo por temor a que su tío se inquietara por él pero prometió volver. Este encuentro, aunque corto, causó tanta impresión en Niranjan, que Sri Ramakrishna ocupó todos sus pensamientos, por lo que a los dos o tres días fue a visitarlo de nuevo.

Tan pronto como el Maestro lo vio corrió hasta él y lo abrazó tiernamente. Luego, emocionado, comenzó a decirle: “Hijo mío, los días pasan ¿cuándo realizarás a Dios? Si no lo realizas, tu vida entera carecerá de sentido. Estoy extremadamente ansioso por que te dediques de todo corazón a Dios”. Niranjan quedó mudo de asombro y pensó: “¡Qué extraño! ¿Por qué está tan ansioso de que realice a Dios? ¿Quién es este hombre?” De todos modos, aquellas palabras, dichas con profundo cariño, conmovieron el corazón del muchacho. Esa noche se quedó en Dakshineswar, igual que los dos días siguientes. Recién al cuarto día regresó a Calcuta. Su tío estaba muy preocupado por él. Lo retaron y lo pusieron bajo vigilancia para que no pudiera ir a ninguna parte pero finalmente se le permitió ir a Dakshineswar cada vez que quisiera.

Niranjan era muy franco y de mente amplia. Al Maestro le agradaban esos rasgos, porque, en su opinión, eran la consecuencia de haber practicado muchas austeridades en su vida anterior e indicaban la posibilidad de realizar a Dios. Era un alma extremadamente pura. El Maestro acostumbraba a decir que Niranjan no tenía ningún anjan, o sea ningún defecto en su carácter. 

Niranjan era un gran atleta, poseía un cuerpo muy sano y fuerte. Respondía y actuaba con vehemencia contra todo lo que le parecía injusto, y contra la mentira. Cierta vez, yendo de Calcuta a Dakshineswar en un bote de alquiler, algunos pasajeros criticaron a Thakur con palabras indignantes. Oyéndolos, Niranjan les dijo que esas insinuaciones eran infundadas, pura mentira; que debían callarse de inmediato. Como no le hicieron caso, se puso de pie y empezó a sacudir el bote, diciendo que los iba a hundir a todos. Muy asustados, casi llorando le pidieron perdón. Estando ya en la habitación de Thakur, seguía muy indignado y enojado, y contó el incidente. Thakur le reprendió, diciendo: “La ira es un gran defecto; ¿por qué tienes tanta ira? La indignación de un hombre bueno, es como el trazo de una línea sobre el agua, que al instante desaparece. Los ignorantes hablan de cualquier cosa; pásalo por alto. Si no, gastarás toda tu vida en refutarles. Imagínate el daño que les hubieras causado, enfurecido como estabas.”

Swami Saradananda, en Sri Ramakrisha an his divine play, relató que un día en Dakshineswar él y Swami Niranjanananda, tuvieron una discusión sobre si los seres humanos tienen voluntad propia. Finalmente acudieron a Thakur quien los escuchó divertido. Luego, dijo: ′′¿Existe el libre albedrío? Todo está pasando y pasará eternamente por la voluntad de Dios. Las personas entienden esto finalmente. Por ejemplo: una vaca atada con una larga atadura. Ella puede caminar desde el poste o hasta toda la longitud de la atadura. Una persona ata una vaca de modo que pueda acostarse, ponerse de pie o moverse como le guste dentro de esa área. El libre albedrío del hombre también es así. Dios ha dado cierto poder a los seres humanos y también les ha dado la libertad de utilizarlo como deseen. Por eso las personas piensan que son libres. Pero la cuerda está sujeta al poste. Sin embargo, si alguien le reza intensamente a Dios, puede trasladarse a otro lugar con la misma estaca, o extender la longitud de la cuerda, o incluso quitar la atadura completamente. Por eso uno necesita esfuerzo propio o perseverancia. Todo el mundo tiene que hacer un esfuerzo. Sólo entonces uno puede alcanzar la gracia de Dios. Cuando uno hace el esfuerzo, por la gracia de Dios diez vidas de sufrimiento se terminan en una vida. Pero uno debe hacer algo de esfuerzo, incluso mientras depende de él".

Niranjan no podía estar lejos del servicio. Cuando Sri Ramakrishna enfermó, estuvo en Cossipore y lo sirvió con devoción inquebrantable, fue uno de los jóvenes discípulos que estuvieron con él día y noche. Después del deceso del Maestro, los devotos acordaron enterrar las cenizas en algún lugar cerca del Ganges. Pero Ram Chandra Datta y otros quisieron llevarlas a Kankurgachi, en la parte oriental de Calcuta. Niranjan es recordado por su denodada oposición a este plan. Gracias a su intervención, la mayor parte de las cenizas fue retenida por el grupo de jóvenes renunciantes.

Luego de la muerte de Thakur, Niranjan tomó sannyasa e ingresó a la nueva hermandad monástica en el monasterio de Baranagore. Después de permanecer tres años en el Math peregrinó a diferentes lugares de India y también estuvo en Sri Lanka, pero siempre volvía a Baranagore y más tarde a Alambazar, que eran como el cuartel general para él y para sus hermanos discípulos. Fue el par de Shashi (Swami Ramakrishnananda) en su extraordinaria dedicación a la adoración del Maestro. Su fe en Sri Ramakrishna era tan viva que lo fortaleció lo suficiente como para no importarle nada, ni la alabanza ni la crítica del mundo entero. 

Cuando Swami Vivekananda volvió a India, Swami Niranjanananda se apresuró a ir a Colombo para recibirlo. Luego, acompañó a Swamiji en su viaje a través del norte de India. Por algún tiempo, estuvo en Benares realizando austeridades y vivió mendigando de puerta en puerta.

Durante los últimos años de su vida Swami Niranjanananda sufrió mucho a causa de la disentería. Hacia el final de su vida, fue a Hardward por tapasya. Allí tuvo un grave ataque de disentería y falleció el 9 de mayo de 1904.

Tuvo una gran dedicación al servicio y cuidado de la Santa Madre. Su último encuentro con ella fue muy conmovedor. No mencionó el final que se acercaba, pero era como un niño lloroso que se aferra a su madre. Cuando llegó el momento de dejarla, de mala gana se arrojó a sus pies llorando lágrimas de tierna tristeza; luego se marchó en silencio, sabiendo que no volvería a verla jamás. De hecho, su devoción a la Santa Madre era insuperable. Swami Vivekananda solía decir: "Niranjan tiene tanta devoción por la Santa Madre que puedo perdonar sus mil y una faltas sólo por eso".

Girish Chandra Ghosh también dio testimonio de la devoción de Niranjan a la Santa Madre. En aquellos primeros días, la divinidad de la Santa Madre no era tan reconocida; y Girish confesó que él también era un incrédulo. Pero pronto sus ojos fueron abiertos por Niranjan quien primero lo llevó a ver a la Santa Madre y luego a Jayrambati, donde Girish permaneció con Niranjan bajo el cariñoso cuidado de la Santa Madre durante algunos meses. De hecho, fue en parte a través de la prédica de Niranjan que muchos devotos llegaron a reconocer la grandeza espiritual de la Santa Madre.




 

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