domingo, 31 de mayo de 2020

SEGUIR APRENDDIENDO: Counselor Veronica Pomerane (Charla 30-05-20)



Extracto de una conferencia de Swami Sarvapiryananda

Frecuentemente nos quejamos por lo que Dios nos pone. Definitivamente es para nuestro bien, unicamente para nuestro bien. Nosotros no sabemos en verdad que es lo que nos beneficia espiritualmente. El Señor si lo sabe. 
Jesus ha dicho: “una pesada carga vino a mi para mi yugo”
La Santa Madre sabe lo que nos beneficia, de manera que Ella nos da lo que nos es necesario para nuestro beneficio. No debemos quejarnos, lo que sucede es que no entendemos.
Una vez, un devoto que recibió iniciación de Ella, estaba siempre quejándose diciéndole: “no tengo progreso en mi vida espiritual, repito el mantra y no progreso. Cuando tendré la vision del Maestro”? La Madre lo alentaba, una, dos, tres veces. 
Un día fue a verLa como usualmente iba y se quejó nuevamente, diciendo: “como no veo ningun progreso le devolveré mi mantra, se lo daré de vuelta”. Ella dijo: “qué estas haciendo mi hijo?” A lo que él respondió: “voy a devolverLe el mantra, no lo repetiré más” . Al decir esto de repente un ánimo distinto se apoderó de la Madre, quien dijo:”está bien, dame de regreso el mantra, no tienes que hacerlo más”. Un gran temor se apoderó del hombre, de pronto estaba aterrorizado y dijo: “Madre, que has hecho? Iré al infierno ahora”. Ella inmediatamente replicó: “hijo mío aun Brahma no tendría el poder de enviar a mi hijo al infierno”. Ella nuevamente se lo reaseguró, seguramente no tomó el mantra de él.
La Santa Madre podía convertirse de ser una madre muy afectuosa y común a asumir una dimensión realmente impactante. 
Había un joven muy simple a quien la Santa Madre quizo mucho, ayudaba mucho en el ashrama de Calcuta. Al joven le gustaba mucho comer, siendo muy buen compañero ya que a la Madre le gustaba alimentar a las personas. Iba a Ella y Le pedía prasad, recibiendo así muchos dulces. Un monje de la Orden un día le dijo: “La Santa Madre es muy cariñosa con vos, porqué neciamente le pides prasad, te satisfaces con un poco de dulces? Ella te da lo que le pidas y te satisfaces con eso?”. Como Chandra era muy simple, le preguntó: “Que le tendria que pedir?”. Le respondió: “La próxima vez que La visites y te pregunte que deseas, dile, quiero liberación, Moksha”. El joven dijo, haré esto inmediatamente. Corrió escaleras arriba donde estaba la Santa Madre sentada para el Puja. El describió: “así como me iba aproximandome a Ella, un gran miedo se apoderó de mí. Me paré ante Ella absolutamente aterrorizado; la Santa Madre quien estaba sentada giro y levantó la cabeza preguntándome: “qué quieres”? En ese momento no pude decir nada. Ella preguntó nuevamente, respondí: “quiero prasad”. Ella dijo señalando: “está allí, tómalo”. El jóven no pudo pedir la liberación.

Una vez, en un Puja en el que estaban todos ayunando Chandra no podía soportar la idea de ayunar.  Estaba preocupado por el ayuno y la Santa Madre sabía esto. Lo llamó y le dijo:”Por que no comes? Aquí hay algún prasad” Chandra respondió: “estuve ayunando todo el día con gran dificultad, así que si como, todos los méritos del ayuno se perderán”. La Madre sonrió y dijo “yo estoy ayunando y todos los méritos serán tuyos así que come sin problemas”.

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