HIMNO A LA DIVINA MADRE POR EL PERDÓN
DE LOS PECADOS:
¡Ay! no sé ningún himno, ningún mantra
Ni oración, ni meditación;
Ni siquiera sé como alabarte.
El ritual correcto de la adoración,
La posición de las manos, no los conozco,
Tampoco sé cómo suplicar,
Pero Madre, esto por lo menos sé:
Quienquiera que acude a Tí por protección
Alcanza el final de toda su pena.
II
Ignorante de los mandatos de las escrituras,
Completamente desprovisto de riquezas,
Desamparado, indolente, soy
Incapaz de obrar como debiera,
Por eso, numerosas son las ofensas
Que he confiado a Tus pies.
¡Madre! Salvadora de la humanidad!
Dichosa! , perdona mis pecados
A veces nace un hijo malvado,
Pero una madre sin cariño, no hay.
III
Aquí en este mundo Tuyo, ¡Oh Madre!
Hay muchos hijos Tuyos cándidos;
Pero yo soy el más inquieto entre todos,
Por eso no es de extrañar
Que Te haya dado la espalda.
Sin embargo sería imposible
Que Tú alguna vez me rechaces:
A veces nace un hijo malvado,
Pero una madre sin cariño, no hay.
IV
¡Madre del mundo! Tú, mi propia Madre!
Nunca Te he servido, jamás
Te ofrecí oro o piedras preciosas;
Y sin embargo Tu amor es incomparable
A veces nace un hijo malvado,
Pero una madre sin cariño, no hay.
V
Aturdido por las reglas de comportamiento,
Por los preceptos de las escrituras,
He abandonado uno por uno,
A los dioses luminosos; y ahora mi vida
Se halla detrás del meridiano.
Madre, si Tú me negaras Tu misericordia
¿Dónde podría encontrar refugio,
Débil y desamparado como soy?
VI
Si aquél que se alimenta con carne de perros
Puede aprender a hablar con suma dulzura,
El mendigo obtener incontable riqueza
Y así vivir por mucho tiempo sin ansiedad,
Sólo por escuchar Tu mágico nombre-
¿Quién puede decir lo que ha de sucederle
A aquél que lo repita noche y día?
VII
Solo al tomarte como Esposa
Llegó a ser Shiva el Señor sin rival-
El, que está desnudo y es tosco,
Untado con cenizas de la pira funeraria;
Cuyos cabellos están enredados en su cabeza,
Cuyo cuello está rodeado de serpientes venenosas-
El Señor de todos los seres vivos.
VIII
Yo no te pido, ¡Oh Madre!
Riqueza, buena suerte, o salvación;
No busco ni felicidad, ni conocimiento
Esta es mi única súplica a Ti:
Que cuando el soplo de vida me abandone
Pueda yo todavía cantar Tu sagrado nombre.
IX
Madre, yo no Te he venerado
Con los ritos propios, y los prescritos
Ingredientes del sacrificio.
¡Son muchos mis actos pecaminosos!
Día y noche me he gastado
En vana charlatanería, olvidándote.
¡Oh Madre Divina! Si Tú fueras cap
La menor compasión por alguien tan frágil
Tu majestad con ello ganaría.
X
¡Durga! Diosa del Océano de la compasión!
Agobiado por el dolor Te suplico:
No creas que soy hipócrita;
El niño que padece sed y hambre
Piensa constantemente en su madre.
XI
¡Madre del Universo Todo!
Aunque Tú mostrarás plena compasión,
¿Acaso podría esto causar asombro?
La madre no puede rechazar a su hijo
Aunque éste haya cometido incontables fechorías
XII
En ninguna parte del mundo existe,
Otro pecador que me iguale,
En ninguna parte, hay un Poder como Tú
Para vencer la perversidad:
¡Oh Diosa! Recuerda esto
y obra como Te plazca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa su opinión: