lunes, 25 de noviembre de 2019

REFLEXIONES ESPIRITUALES: RAMAKRISHNOPANISHAD: Profesora María Belén Luaces (15/11/2019)






RAMAKRISHNA UPANISHAD. 15/11/2019
Prof. María Belén Luaces
Cuando comencé a adorar el nombre y la forma de Sri Ramakrishna, compartí con mi madre
las fotografías del Maestro. Ella muy espontáneamente me dijo “Al menos, ustedes tienen
fotografías, pueden conocer el rostro real. De Jesucristo y de Buda no tenemos fotos”. Me
conmovió y sorprendió la naturalidad con la que acepto e incorporó, el concepto de
Encarnación Divina.
Sobre la forma física del Maestro encontré en el libro de Swami Chetanananda “Cómo vivir con
Dios”, las siguientes palabras, del capítulo 1 titulado “VARIAS FORMAS DE RAMAKRISHNA”:
(...) Swami Brahmananda solía decir: "Cuando practiques meditación, al comienzo piensa en la
dichosa forma de tu Ideal Elegido. Eso calmará tus nervios. Piensa que Él te está mirando con
un rostro sonriente lleno de alegría. De otra manera, tu meditación se volverá seca y tediosa".
Cierta vez, una mujer canadiense me dijo: "Vivekananda me gusta más que Ramakrishna".
"¿Porqué?", le pregunté.
Ella respondió: "Porque Vivekananda es hermoso".
Yo me reí y dije: "Una vez, un devoto le dijo a Swami Vijnanananda: "Swami, cuando nosotros
vemos el cuadro de Sri Ramakrishna, no percibimos una personalidad excepcional. Pero en el
cuadro de Swami Vivekananda se manifiesta una gran personalidad". Swami Vijnanananda
respondió: "Eso no es verdad. El Maestro fue una persona extraordinaria, maravillosa. Su
imagen muestra a alguien que pasó por los seis centros de la kundalini. Cuando vemos su
forma plena de Dios, sentimos que está absorto en el océano de la dicha después de haber
trascendido todos los centros. En esa imagen del Maestro, yo veo muchas formas divinas. ¡Qué
gran poder tenía él! Viajaba por las esferas solar, lunar, estelar y de Brahma, a voluntad. Una
vez, el Maestro me mostró su fotografía diciendo: 'Mira, yo estoy presente aquí. Medita en
mi'. En la imagen del Maestro podemos encontrarlo todo". (...)
(...) Swami Vinekananda observó: "El Maestro fue una personificación de la infinita
espiritualidad". Swami Saradananda escribió: "El Maestro acostumbraba decir que Dios no
tiene límites. Del mismo modo vimos que los estados de ánimo espirituales del Maestro
también eran ilimitados". Es imposible describir plenamente quién fue Ramakrishna. En este
contexto, Guirish Chandra Ghosh dijo: "Aun después de haber visto a Sri Ramakrishna por
tanto tiempo, yo soy incapaz de decir categóricamente lo que él realmente es, o cuáles son sus
aspectos distintivos. Lo he visto manifestarse de diferentes modos en diferentes ocasiones.
Durante el festival de Panihati, por ejemplo, lo vi al Maestro en varios estados de ánimo
diferentes. Desde entonces, me volví incapaz de decir si él es Purusha o Prakriti. Él me dijo que
ni siquiera él mismo sabía si era Purusha o Prakriti". (...)
(...) En cierta ocasión, Swami Saradananda le pidió a Swami Brahmananda que aprobara un
modelo de arcilla para la estatua de mármol de Sri Ramakrishna. Brahmananda respondió:
"¿En qué imagen del Maestro debería yo basar mi aprobación? Aún durante un mismo día lo

veía asumir muchas formas. A veces se lo veía flaco, demacrado, con el cabello desaliñado, a
veces estaba inmerso en samadhi y su cuerpo era luminoso; luego había ocasiones en que se lo
podía encontrar con una figura mucho más alta y fornida que la habitual y entonces iba y venía
de un extremo al otro de la veranda con grandes, largos pasos". Aquellos que vivían con el
Maestro día y noche veían que él era polimórfico, podía cambiar su forma a voluntad. (...)
(...) Las escrituras dicen que una forma divina no proyecta sombra. Nistarini Ghosh le contó a
su hijo, Swami Ambikananda: "Una vez, el Maestro vio que su cuerpo parecía un cristal. Su
cuerpo no proyectaba ninguna sombra. Al observar esto, el Maestro rogó: 'Madre, ¿qué es
esto? Por favor esconde esta divina belleza en mi interior. Ocúltala, porque si no, el temor va a
impedir que la gente venga aquí. Yo quiero mezclarme con todos, como lo hacen otros seres
humanos ' ". (...)
Asimismo sobre la apariencia física de Sri Ramakrishna, el libro de Swami Chetanananda relata:
(...) “Hay dos documentos importantes de Sri Ramakrishna como encarnación divina: primero,
el Evangelio de Sri Ramakrishna; segundo, las fotografías que se tomaron de Él. En su diario, M.
anotó muy minuciosamente los detalles de la vida diaria y los mensajes del Maestro. Este tipo
de documentación no existe para otras encarnaciones. Las fotografías del Maestro nos
muestran su apariencia física con precisión, en cambio para visualizar las formas de otras
encarnaciones divinas, debemos utilizar nuestra imaginación. (...)
(...) Cierta vez, un monje le preguntó a la Santa Madre: "¿El Maestro vive en la imagen?" Ella
respondió: "Por supuesto. El cuerpo y su sombra son lo mismo. Y ¿qué es esta imagen sino una
sombra de su cuerpo?". (...)
(...) Alguien le preguntó a Lakshmi, la sobrina del Maestro: "Durante el samadhi, ¿en qué
condición estaba el cuerpo del Maestro?" Ella respondió: "Durante el samadhi, su cuerpo se
volvía inmóvil. De sus ojos caían lágrimas y a veces ambos lados de su abdomen temblaban un
poco. Tenía en esos momentos una presencia extremadamente hermosa y podía verse un halo
rodeándolo". (...)
(...) En cierta ocasión, Swami Adbhutananda le dijo a un devoto: "Mira, hay días en que ves
algo que instantáneamente penetra en la mente. Lo vi al Maestro en samadhi muchas veces,
pero una vez lo vi en una forma hermosa y única. El color de su tez había cambiado y su rostro
irradiaba intrepidez y compasión. Aún hoy, no puedo olvidar aquella forma del Maestro". (...)
(...) Akshay Kumar Sen escribió en su libro Sri Sri Ramakrishna Mahima: "Es extremadamente
difícil reconocer a Dios en una forma humana. Cualquiera que sea el modo o la forma en que
aparezca, nadie puede reconocerlo si Él no lo permite. Podemos realizarlo únicamente a través
de la conciencia divina . Tan claramente como veo un objeto en plena luz del día, vi que el
cuerpo del Maestro era pura conciencia solidificada. Así como el frío extremo transforma el
agua en hielo, del mismo modo la extremada devoción del Maestro transformó su cuerpo en
pura conciencia". (...)
(...) Ya mencionamos que Swami Saradananda le pidió a Swami Brahmananda que examinara y
aprobara un modelo de arcilla para la estatua de mármol del Maestro. Maharaj fue al atelier,
estudió el modelo por algún tiempo y le preguntó al escultor: "¿Porqué hizo esta imagen con la
espalda encorvada? Él nunca encorvaba su columna vertebral cuando estaba sentado". (...)
(...) Vaikunthanath Sanyal describió la belleza física del Maestro de un modo poético:
Tenía los dedos firmemente entrelazados, como si estuviera absorto en la adoración de una
deidad invisible. Sus grandes ojos permanecían cerrados mientras escuchaba las glorias del
nombre de Dios. Solía repetir 'Govinda, Govinda' y frotarse los ojos para poder bajar del
samadhi. Así como la luna baña el interior de un cuarto con una tenue luz, así el cuarto del
Maestro quedaba iluminado por su belleza física. Su rostro era afable y cariñoso. Con toda
humildad, se sentaba sobre la alfombra con los devotos y los encantaba hablando de Dios. Sus
palabras eran dulces e inspiradoras. Aunque en la habitación no había ni flores ni incienso,
percibí una dulce fragancia que emanaba de su cuerpo, como la de una flor de loto. (...)
(...) Cuando el Maestro estaba ebrio con la dicha del kirtan, nosotros sentíamos que su divino
cuerpo era tan luminoso como oro derretido y tan suave como crema; era como si estuviera
repartiendo entre sus devotos el néctar que había traído del cielo. Quedábamos estupefactos
al verlo bailar lenta y rítmicamente en un estado semiextático. Mientras iba y venía, su mano
izquierda estaba un poco levantada y su derecha se extendía debajo, su pié izquierdo hacia
adelante y el derecho hacia atrás. ¡Era realmente difícil de creer que un cuerpo así, delicado
como una flor, pudiera danzar tan alocadamente y con tanta dulzura! Sentíamos entonces que
su desbordante belleza divina se había derretido y se esparcía sobre los devotos. No hay
lenguaje para describir la belleza de Sri Ramakrishna; se la puede realizar únicamente en la
meditación. (...)

Muchas gracias. Jai Thakur! Jai Ma!

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