sábado, 6 de julio de 2019

SEGUIR APRENDIENDO: Counselor Veronica Pomerane (15-6-2019)




Del Libro Bakti Yoga
Swami Vivekananda
Los hombres que nunca se elevan por encima del comer, del beber, del procrear y del morir, lo único que valoran es el goce de los sentidos. Ellos deberan esperar y pasar por muchos nacimientos y reencarnaciones antes de
sentir la más ligera necesidad por algo más elevado.
Pero aquellos para quienes los intereses eternos del alma tienen un valor mucho más grande que los intereses fugaces de esta vida mundana, para quienes la gratificación de los sentidos no son sino como los irreflexivos juegos de los niños, para ellos, Dios y el Amor a Dios son la más elevada y la única finalidad de la existencia humana. Demos gracias a Dios que queden todavía tales hombres en este mundo donde hay tanto apego por lo transitorio.
El bhakti-yoga se divide en “gouni” o etapa preparatoria, y “para” o etapa suprema.
En el estado preparatorio, para progresar tenemos verdadera necesidad de ayuda concreta. En verdad, las partes mitológicas y simbólicas de todas las religiones son elementos naturales que pronto rodean al aspirante y lo ayudan en su andar hacia Dios. Además, es significativo el hecho de que los gigantes espirituales han sido producidos, únicamente, por los sistemas de religión en los cuales existe una mitología y un ritualismo exuberantes. Las secas formas
de religión fanática, que intentan eliminar todo lo que es poético, todo lo que es bello y sublime, todo lo que pueda ser un firme punto de apoyo para la infantil
mente que marcha tambaleante hacia la Divinidad-las formas que intentan romper las vigas maestras de nuestro refugio espiritual, y que en sus concepciones ignorantes y supersticiosas de la verdad buscan tirar todo lo que
es dador de vida, todo lo que suministra elementos nutritivos a la planta espiritual que está desarrollándose en el alma humana- todas estas formas de
religión encuentran muy pronto que no les queda más que una cáscara vacía, un montón de palabras y de sofismas sin contenido, tal vez con un ligero sabor a esa clase de barredora social llamada espíritu de reforma. La gran mayoría cuyas religiones son así, consciente o inconscientemente, materialistas, puesto
que la finalidad y la meta de su vida, aquí y en el más allá, es el placer. Este es su “ishtapurta” y constituye para ellos el alfa y omega de la vida humana.
Los trabajos de barrendero y basurero hechos para el confort material del hombre son, según ellos, el todo y fin de todo de la existencia humana.
Una pizca de práctica de rectitud y de propia realización espiritual, vale más que toneladas de charla frívola y sentimientos absurdos. Mostradnos un genio
espiritual gigantesco, uno solo, que haya salido de todo este seco fanatismo. Si no podéis, cerrad vuestras bocas, abrid las ventanas de vuestro corazón a la luz radiante de la verdad y sentaos, como niños, a los pies de aquellos que
saben de lo que están hablando, los sabios espirituales de la India.
Escuchemos, entonces, atentamente lo que ellos dicen.

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