Swami Vivekananda dice:
“EL HERIR A OTROS CREA LIGADURAS Y OCULTA LA VERDAD”
La madurez del líder implica la comprensión de la naturaleza del verdadero enemigo: El enemigo interior…
Este, alimenta de fantasmas a nuestro ego, estos cubren nuestra mente y nos conducen hacia el conflicto; por lo tanto nos alejan de la verdad.
En la tradición oriental, se habla de los tres venenos del alma, se refieren a las formas más habituales en las que se encarna el enemigo interior: Ira, Codicia y Necedad.
Las reacciones iracundas son la causa de los grandes conflictos que envuelven a los hombres: Sin ira no hay enemigo. Cuando la ira nos consume, percibimos enemigos por todos lados.
La codicia desvirtúa nuestros valores más básicos y nos hace perder de vista el verdadero sentido de la vida.
La necedad es la incapacidad de aprender, el cierre del portal de nuestra mente.
El líder valora cada oportunidad de aprender algo, como una posibilidad de crecimiento personal, no renuncia a sus principios y a su vez reflexiona sobre todo aquello que lo rodea.
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