lunes, 24 de noviembre de 2025

Artículos : CCV : Lic. Arturo Flier : El encanto y poder de los Upanishads en diálogo con el Cristianismo

 




El encanto y poder de los Upanishads en diálogo con el

Cristianismo


Por Swami Ranganathananda


Upaniṣads y el cristianismo indio

El cristianismo en la India es prácticamente coetáneo con la

historia del cristianismo mismo. La tradición cristiana india

rastrea el origen de los cristianos de Kerala, el estado del suroeste

de la India a una visita de Santo Tomás, un discípulo directo de

Jesucristo, en el primer siglo de la era cristiana. Desde entonces

hasta hoy, el cristianismo en la India, al igual que el judaísmo

—que también llegó a Kerala aproximadamente en la misma

época seguido por el zoroastrismo, que llegó al oeste de la

India ocho siglos más tarde, han sido protegidos, apreciados y

alimentados por el corazón maternal del hinduismo bajo la

inspiración de la visión espiritual de los sabios vedánticos.

La penetración cristiana occidental, tanto en sus formas católicas

como protestantes, comenzó en el siglo XVI bajo los poco

cristianos auspicios del imperialismo y colonialismo

occidentales. Después de cuatro siglos de coexistencia de un

cristianismo dogmático e intolerante (IDEM EN AMERICA) con

un hinduismo inclusivo y tolerante —durante los cuales un

silencioso proceso de dar y recibir estaba activo todo el tiempo—, el

cristianismo indio ha logrado encontrar su propia alma y ha

comenzado a afirmar su carácter indio. Un glorioso futuro para el

cristianismo indio está así asegurado, no sólo como nacional, sino

también como fuerza espiritual internacional.

El cristianismo en la India experimenta hoy una agitación

intelectual proveniente del impacto del Vedanta, cuya terminología

científica en el campo de la religión invade cada vez más su

exposición y presentación en sermones y libros. Esto está

resultando en una liberación constante del cristianismo indio de

sus elementos rígidos de Smṛti —las limitaciones dogmáticas y de

credo que lo habían mantenido en conflicto con religiones hermanas

y entre sus propias denominaciones— y en su conversión constante

en una fuerza espiritual positiva por completo, procedente de su

núcleo Śruti, deseosa de responder a las fuerzas espirituales

positivas de sus religiones hermanas con vistas a enfrentar los

desafíos espirituales de la era industrial en la que la India moderna

se sumerge deliberadamente a gran velocidad. Ya en 1913, la


revista cristiana Indian Interpreter publicó un artículo

significativamente titulado “Vedantismo cristiano” por R. Gordon

Milburn, en el que el autor destaca la necesidad del cristianismo de

abrirse a las influencias del Vedanta:

‘El cristianismo en la India necesita el Vedanta. Nosotros, los

misioneros, no nos hemos dado cuenta con la mitad de la claridad

que deberíamos. No podemos movernos libre y gozosamente en

nuestra propia religión, porque no tenemos términos y modos de

expresión suficientes para manifestar los aspectos más inmanentes

del cristianismo. Un paso muy útil sería el reconocimiento de ciertos

libros o pasajes en la literatura del Vedanta como constituyendo lo

que podría llamarse un Antiguo Testamento étnico. Podría entonces

solicitarse a las autoridades eclesiásticas el permiso para leer

pasajes encontrados en tal canon del Antiguo Testamento étnico en

los servicios divinos, junto con pasajes del Nuevo Testamento,

como alternativas a las lecturas del Antiguo Testamento.”

En la Introducción de su libro Christianity as Bhakti Mārga,

publicado ya en 1926 como primer libro de su Serie de Estudios

Indios, el autor, J. Appasamy, M.A. (Harvard), D. Phil., un eminente

indio cristiano, escribe:

“Al intentar comprender cómo es probable que el cristianismo se

relacione en los próximos años con el pensamiento indio y se

convierta en una fuerza viva en el país, me inclino a pensar que

pondrá mucho énfasis en la experiencia mística.”

Subrayando que esta orientación mística del cristianismo en la

India será del tipo bhakti, el autor dice además:

"Cuando hablamos de interpretar el cristianismo en relación con el

espíritu del genio religioso de la India, debemos recordar que el

genio religioso de la India se ha expresado en sistemas de filosofía,

prácticas religiosas y libros sagrados con formas muy diversas. La

tarea inmediata que tienen por delante los cristianos indios ansiosos

por aclarar para sí mismos y para otros la relación entre el

cristianismo real y el verdadero espíritu de la vida religiosa india, es

decidir qué forma particular de vida religiosa en la India se adapta

mejor a este propósito. Como existen muchos tipos de pensamiento

religioso en la India, una consecuencia inevitable de los esfuerzos

de los pensadores cristianos indios por ajustar la expresión de su

experiencia religiosa a los términos e ideas familiares para la India

sería el desarrollo de muchos tipos de cristianismo indio.”



domingo, 23 de noviembre de 2025

Artículos : CCV : Profesora Leonor Bakún : Resbalar

 





Resbalar

Leonor Bakún

Hace poco vi un video que me hizo pensar en muchas de las cosas que nos hacemos a nosotros mismos precisamente por no hacer. El video es corto y supongo que conocido. Un hombre y una mujer están subiendo en una escalera mecánica, en un shopping o similar. De golpe la escalera se detiene. El hombre se dice que va a estar bien pero no se mueve. La mujer se pone nerviosa, se queja de que va a llegar tarde y también se queda quieta. El hombre la tranquiliza, le dice que alguien va a venir y por si acaso grita avisando que hay dos personas atrapadas en la escalera y necesitan que alguien haga algo. Y mientras, se sientan en el escalón a esperar. Finalmente alguien llega que promete arreglarlo pero también se queda varado en otro tramo de la escalera. Y también se sienta en el escalón. El video termina diciendo que todos alguna vez tuvimos un problema al que no le encontrábamos la solución aunque estuviera delante de nuestros ojos. Y habla de la necesidad de tener un espacio de reflexión.

Esos escalones que podían subir o bajar para salir de ese espacio que los atrapaba son evidentes, pero hay veces que nos encontramos atrapados en una escalera y no nos damos cuenta. El único modo de estar alerta y darse cuenta es realizar nuestras prácticas y eso nadie lo puede hacer por nosotros.

Thakur dijo: “La madre no rompe la cáscara hasta que el polluelo, dentro del huevo, no está a punto. El huevo se empolla a su debido tiempo. Es necesario practicar alguna disciplina espiritual. Sin duda que el Gurú hace todo por el discípulo, pero al final también le hace trabajar un poquito. Cuando se corta un gran árbol, el hombre corta casi el tronco entero; luego se echa a un lado por un momento y el árbol cae con tremendo estrépito.”

Thakur hablaba de resbalar del estado de yoga. Contaba la historia de una mangosta que había visto en Kamarpukur, ella se sentía cómoda en un agujero alto en la pared, pero le habían atado un ladrillo a su cola y cada vez que trataba de acomodarse dentro del agujero tenía que salir a causa del tirón del ladrillo. Y finalizaba diciendo que cavilar en objetos mundanos es lo que hace descarriarse al yogui del sendero del yoga.

Y por si quedaba alguna duda, agregaba: “Vive en el mundo, pero mantén la mente firme en Dios.”

Yo supongo que más de una vez el resbalón se produce porque ni siquiera sentimos el tirón y dejamos que nuestra mente salte de un lugar a otro, hasta que se produce el tirón del ladrillo o la escalera se traba.

Somos privilegiados, tenemos prácticas, sabemos de ese espacio de reflexión que podemos transitar cada vez que querramos. Como decía Thakur: “La íntima profundidad del corazón es uno de los sitios propicios para la meditación.” El tema es hacerlo, seguir adelante.

Hay diferentes temperamentos. Hay diferencias en la capacidad de comprensión. Pero de algún modo llegamos al mismo lugar desde el principio de los tiempos. A veces en distintos tiempos, los resultados son los mismos. Los sabios hindúes hablaron de Spanda, siglos después los científicos dijeron Big bang, pero la explicación de ambos términos no difiere. Si recorremos la historia de la humanidad veremos que no es el único caso. Que la tierra es redonda fue afirmado por varios filósofos griegos, Pitágoras, Parménides y Aristóteles, y en el s. III a. C. Eratóstenes lo demostró con un sencillo experimento. Sin embargo pasaron siglos para que la humanidad lo aceptara y, gracias a la concepción del espacio curvo de Einstein, se pudiera viajar al espacio y mostrar desde afuera que así era.

En lo personal creo que no hay diferencias. Desde distintos lugares y por distintos caminos llegamos al mismo lugar. El tema es: en estos casos que mencioné y otros similares, lo vemos. Pero, cuando el lugar de arribo es la realización, parece más difícil de aceptar. Y, sin embargo, Thakur lo dice una y otra vez: “Es Dios mismo quien ha proporcionado esas diversas formas de adoración. El Maestro del Universo ha hecho todo esto adaptado a los distintos grados de conocimiento y crecimiento espiritual de hombres diferentes.”

Me parece que este es el secreto: somos iguales y, a la vez, somos diferentes. Por las razones que fueren, karma, familias, lugares de nacimiento y otras transitamos el mundo y la vida de distintos modos. Pretender lo contrario es masificar, es no vernos como somos. Tenemos llaves, el mantra, las instrucciones, la santa compañía que se encuentran en todos los caminos. Pero si bien no son iguales y si bien cada uno realiza su tránsito a su ritmo y a su modo, hay claves, hay puntos en los que la insistencia debería hacernos prestar atención. Una es el respeto al nombre de Dios, otra la práctica, la oración, en el idioma que sea, en la religión que sea, estos dos puntos están presentes.

Vivimos en un siglo en el que la tecnología es la gran estrella. Hay muchas nuevas tecnologías dando vueltas pero sin ánimo de desmerecer todo lo maravilloso y todo lo que puede hacerse utilizando estas nuevas tecnologías que han irrumpido en nuestras vidas querramos o no, se me ocurre que precisamente por eso, hacer las prácticas, utilizar nuestros dispositivos internos debería hacernos reflexionar y estar atentos a lo que el mundo ofrece y a cuál es la interacción que debemos tener con ello, para no resbalar.



sábado, 22 de noviembre de 2025

Artículos : CCV : Counselor Veronica Pomerane : Swami Sarvapriyananda Charla 21/11/25

 


Swami Sarvapriyananda

Charla 21/11/25



Hay una divinidad subyacente que es la realidad última, que debe ser descubierta. Cubierta, descubierta (uncovered).

​Toda esta idea de "jagat mithya" (el mundo es una apariencia), esto debe entenderse correctamente. No significa, "descarta esto". Aquí mismo está la divinidad. 

Swami Vivekananda dice poderosamente: "aquel que se sumerge de cabeza en los lujos necios de este mundo ha perdido el camino. Aquel que huye de este mundo para meditar y morir en una cueva del Himalaya, y que desprecia al mundo, ha perdido el camino". Ambos han perdido el camino. Si te aferras a esta realidad, has perdido el camino. Si sueltas esto y te vas corriendo a otro lugar tratando de encontrar a un Dios en otro lugar, has perdido el camino. O tomas el mundo o renuncias a él”.

​Pero existe la tercera opción. Swami Vivekananda dice: "Encuentra a Dios aquí". Aquí mismo dondequiera que estés, con quienquiera que estés, aquí mismo puedes encontrar a Dios. Porque Dios está aquí.

​Supongamos que hay elementos hechos de oro. Hay muchas pequeñas historias que usan los monjes en los Himalayas para ilustrar este punto. Una es la historia de un joyero. Tiene un hijo pequeño, y el joyero guardaba todos sus materiales y adornos bajo llave en una caja fuerte. Una día le dice a su hijo: "Hijo mío, ve a la caja fuerte, aquí tienes la llave, ábrela y trae algo de oro. Tengo que usarlo en mi trabajo". Y el niño corre, abre la caja fuerte regresa y dice a su padre: "No hay oro". Y así se repite varias veces: "¿Qué? Sí hay. Ve y mira bien". Vuelve y dice: "No, no hay oro". " Entonces que encontraste?". “Hay collares y pulseras y tiaras, pero no hay oro". El padre le dice: "Mira, lo que crees que es un collar, una pulsera, una tiara, es en realidad oro. Así que trae cualquiera de esas cosas, que servirá".

​El niño pensó que había una realidad llamada "oro" que su padre quería que buscara, y ahí estaban esas cosas que no lo eran, "esto es, por supuesto, un collar, una pulsera, no puede ser oro. El oro debe ser algo aparte de esto". 

Tomar el collar mismo como oro no, porque en el momento en que el collar se derrita y se convierta en una pulsera, pensarás que el oro se ha ido”.

​La otra historia, la del hombre que va a una casa de empeños, un hombre de negocios que ha caído en tiempos difíciles, y le da su imagen de Ganesha al dueño de la casa de empeños y le dice: "Dame algo de dinero". El dueño de la casa de empeños pesa la imagen y dice: "Esta es la tarifa a la que te daré dinero por la imagen de Ganesha". 

Ganesha viene con su montura, que es el ratón. Todas las deidades tienen sus propios vehículos. Durga tiene un vehículo mucho más glamoroso, el león o tigre, Ganesha tiene un ratón. Y el hombre de negocios le dice al dueño de la casa de empeños: "Bueno, este es el dinero por Ganesha. ¿Cuánto por el ratón?". Y el dueño de la tienda dice: "Es la misma tarifa. Tómalo o déjalo, es la misma tarifa". El hombre de negocios se indigna y dice: "¿No tienes religión? ¿Dar la misma tarifa por Ganesha que por un ratón? ¡Es vergonzoso!". Y el tendero le dijo con una sonrisa: "Señor, mire, para usted puede ser Ganesha, o puede ser un ratón. Para mí, es oro. Lo peso y lo trato en consecuencia".

“Ver a Dios en todo". Swami Vivekananda dice poderosamente. 

Entonces, ¿qué pasa con la renunciación? ¿Tienes que renunciar a tu esposo, a tu esposa, a tus hijos para volverte espiritual? No. Él dice: "Encuentra a Dios en el esposo, en la esposa, en los hijos". 

Hay una antigua tradición en la India de nombrar a los niños, dándoles  nombres de dioses y diosas. 

Ese era el propósito original, recordar que es una divinidad justo ahí. 

Encuentra a Dios en cada persona, con la gente con la que estás trabajando, en lo vivo y en lo no vivo, en el medio ambiente. No es imaginación. El Vedanta dice que es esa única realidad, Sat-Chit-Ananda (Existencia-Conciencia-Dicha), con nombres y formas, la que aparece como este mundo ante nosotros.

​Qué pasa con la renunciación? En la vieja enseñanza: "Renuncia al mundo si quieres a Dios". Sin embargo hay un significado más profundo para la renunciación. La renunciación más alta, es ver a Dios en todo. Eso mismo es renunciación.




lunes, 17 de noviembre de 2025

Artículos : CCV : Lic. Arturo Flier : El encanto y poder de los Upanishads en diálogo con el Cristianismo

 


El encanto y poder de los Upanishads en diálogo con el Cristianismo





Por Swami Ranganathananda

'Trajiste a la Nueva India un nuevo Veda y lavaste su mancha de separación de

religiones y castas proclamando desde los tejados la divinidad inherente del hombre.'

Así escribía Romain Rolland al plantear que Sri Ramakrishna y Swami Vivekananda

tuvieron un impacto benéfico que se siente entre los buscadores espirituales de todas las

religiones.

El cristianismo en Occidente ya está experimentando, bajo el impacto del desafío

moderno, una efervescencia y un cuestionamiento sin precedentes, lo que resulta en una

búsqueda sincera, por parte de las diversas denominaciones cristianas, del contenido

espiritual universal de la religión cristiana que subyace en sus diversas ramas

forjando así una unidad cristiana ecuménica. El éxito de esta noble búsqueda

dependerá enteramente de un mayor énfasis en los aspectos Śruti del cristianismo

(lo revelado por Jesús y los Santos) y de la minimización de sus elementos Smrti

(su adaptación a la vida social) y esto es precisamente lo que están haciendo las

denominaciones implicadas, con resultados muy prometedores. Es difícil aislar, entre

los complejos factores, la contribución vedántica a este saludable desarrollo. Si bien su

contenido deriva de las inevitables condiciones mundiales creadas por la ciencia y la

tecnología modernas (la mayor conectividad), su estímulo y dirección se deben en

gran medida a las silenciosas pero poderosas influencias derivadas de la difusión

de las ideas vedánticas en Occidente tras la tumultuosa ovación que recibió Swami

Vivekananda cuando se dirigió al histórico Parlamento de las Religiones de Chicago en

1893. En aquel memorable discurso dijo:

“Para el hindú, todo el mundo de las religiones es solo un viaje, un ascenso, de

diferentes hombres y mujeres, a través de diversas condiciones y circunstancias, hacia

el mismo objetivo. Cada religión solo está desarrollando un Dios a partir del hombre

material, y el mismo Dios es el inspirador de todas ellas. ¿Por qué, entonces, hay tantas

contradicciones? Son solo aparentes, dice el hindú. Las contradicciones provienen de la

misma verdad que se adapta a las diversas circunstancias de diferentes naturalezas.”

“Es la misma luz que pasa a través de cristales de diferentes colores. Y estas pequeñas

variaciones son necesarias para la adaptación. Pero en el corazón de todo reina la

misma verdad. El Señor le ha declarado al hindú en su encarnación como Krishna:

‘Estoy en cada religión como el hilo de un collar de perlas. Dondequiera que veas una

santidad extraordinaria y un poder extraordinario elevando y purificando a la

humanidad, sabe que estoy allí’.”

Nunca se ha pronunciado una declaración más clara y auténtica sobre la naturaleza y el

alcance del núcleo espiritual de las religiones, sobre sus aspectos Śruti. Y dándonos una

idea de la forma de las cosas por venir, dijo más tarde en ese discurso

“…Si alguna vez ha de existir una religión universal, debe ser una que no tenga

ubicación en el espacio ni en el tiempo; que sea infinita como el Dios que predicará, y

cuyo sol brillará sobre los seguidores de Krishna y de Cristo, sobre santos y pecadores

por igual; que no sea brahmánica ni budista, cristiana ni musulmana, sino la suma

total de todas ellas, y que aún tenga un espacio infinito para el desarrollo; que en su


catolicidad abrace en sus brazos infinitos y encuentre un lugar para cada ser humano,

desde el salvaje más humilde y rastrero, no muy alejado de la bestia, hasta el hombre

más elevado, que se alza por las virtudes de la cabeza y su corazón casi por encima de

la humanidad, haciendo que la sociedad lo admire y dude de su naturaleza humana.

Será una religión que no tendrá lugar para la persecución ni la intolerancia en su

sistema político, que reconocerá la divinidad en cada hombre y mujer, y cuyo alcance y

fuerza se centrarán en ayudar a la humanidad a comprender su propia naturaleza

verdadera y divina.”

Y dirigiéndose a la sesión final del Parlamento, pronunció estas palabras proféticas a

modo de conclusión:

“Si el Parlamento de las Religiones ha demostrado algo al mundo es esto: ha

demostrado al mundo que la santidad, la pureza y la caridad no son posesión exclusiva

de ninguna religión del mundo, y que cada sistema ha producido hombres y mujeres del

carácter más excelso. Ante esta evidencia, si alguien sueña con la supervivencia

exclusiva de su propia religión y la destrucción de las demás, lo compadezco desde el

fondo de mi corazón y le señalo que en el estandarte de cada religión pronto se

escribirá, a pesar de la resistencia: ‘Ayuda y no lucha’, ‘Asimilación y no destrucción’,

‘Armonía y paz y no disenso’.”

Sus palabras son música sublime, comenta Romain Rolland sobre las palabras de

Vivekananda quien musicalizó la melodía que rondaba los oídos de millones de

personas en el mundo moderno, la melodía de la unidad y la igualdad humanas, la

tolerancia y el amor, la melodía de lo divino en el corazón del hombre.

Ella Wheeler Wilcox, una de las poetisas y escritoras más destacadas de Estados

Unidos, al New York American del 26 de mayo de 1907, expresa sus impresiones sobre

Swami Vivekananda; ofrece una visión del impacto del mensaje del Vedanta en las

personas reflexivas de Occidente: “Hace doce años, una noche, por casualidad,

escuché que un profesor de filosofía de la India, un hombre llamado Vivekananda, iba a

dar una conferencia a una cuadra de mi casa en Nueva York. Fui con un amigo por

curiosidad y antes de que lleváramos diez minutos entre el público, nos sentimos

elevados a una atmósfera tan enrarecida, tan vital, tan maravillosa, que nos quedamos

hechizados y casi sin aliento hasta el final de la conferencia. Cuando terminó, salimos

con nuevo coraje, nueva esperanza, nueva fuerza, nueva fe, para enfrentar las

vicisitudes diarias de la vida. ‘Esta es la filosofía, esta es la idea de Dios, la religión,

que he estado buscando’ dijo mi acompañante. Y durante meses después, me acompañó

a escuchar a Swami Vivekananda explicar la antigua religión y a recoger de su

maravillosa mente joyas de verdad y pensamientos de ayuda y fortaleza. Fue aquel

terrible invierno de desastres financieros, cuando los bancos quebraron y las acciones

se desplomaron como globos rotos y los empresarios caminaron por los oscuros valles

de la desesperación y el mundo entero parecía estar patas arriba, justo una era como la

que nos acecha de nuevo. A veces, después de noches de insomnio por la preocupación

y la ansiedad, el hombre saló a la penumbra invernal y caminando por la calle

sonriendo decía: ‘Está todo bien. No hay nada de qué preocuparse’. Y yo volvía a mis

propios deberes y placeres con la misma sensación de alma elevada y una visión

ampliada. ‘Cuando una filosofía, una religión, puede hacer esto por los seres humanos

en esta era de estrés y tensión ello intensifica tu fe en Dios, aumenta tu compasión por


tus semejantes y da una alegría confiada al pensar en otras vidas por venir; es una

religión buena y grandiosa…

Vivekananda vino a nosotros con un mensaje… ‘No vengo a convertirlos a una nueva

creencia’, dijo. ‘Quiero que conserven su propia creencia; quiero hacer del metodista un

mejor metodista, del presbiteriano un mejor presbiteriano; del unitario un mejor

unitario. Quiero enseñarles a vivir la verdad, a revelar la luz dentro de su propia

alma’.

Las grandes tradiciones espirituales tienen hoy la oportunidad —y la responsabilidad—

de converger hacia una conciencia más amplia, más compasiva, más integrada.

Cuando las religiones funcionan como herramientas de separación o violencia,

traicionan su propósito. Pero cuando ayudan a revelar la divinidad interior del ser

humano, se vuelven, como dice el texto, energías positivas y cooperativas, capaces de

“restaurar al hombre a su verdadera dimensión espiritual”.

Y ese, quizás, es el legado más profundo de los Upanishads en diálogo con el

cristianismo: recordarnos que la unidad no es uniformidad, sino reconocimiento de la

misma luz reflejada en infinitos colores.



domingo, 16 de noviembre de 2025

sábado, 15 de noviembre de 2025

Artículos : CCV : Counselor Veronica Pomerane : Charla 14/11/25

 

Swami Sarvapriyananda

Charla 14/11/25


​Einstein en una carta que le escribió a Eric Goodkind, que fue un filósofo judío y un maestro de principios del siglo XX quién escribió varios libros, en uno de los cuales hace una presentación de la fe judía. Le envió una copia a Einstein, que estaba en Princeton en ese momento, en 1952-53.

Einstein leyó ese libro y le escribió a Eric Goodkind. "Considero que la Palabra de Dios no es más que una colección de debilidades humanas". Para mí, la fe judía, junto con todas las demás religiones, son una colección de supersticiones infantiles". ​Entonces, ¿eso significa que Einstein era ateo? En absoluto. Dice muy claramente en otro lugar: "el Dios en el que creo es el Dios de Spinoza", el gran filósofo que vivió hace unos 300 años, en Ámsterdam.

Escribió el libro "Ética", donde habla de un dios. ¿Por qué dice Einstein "creo

en ese Dios"? Porque no es un Dios separado de la naturaleza, no un Dios antropomórfico, es Dios quien se revela en el funcionamiento impersonal de este vasto universo. Dios en este universo, no una deidad personal involucrada en la vida cotidiana de los seres humanos.

Si lees esto, suena como el Vedanta. Yo diría que se parece mucho al Vishishtadvaita Vedanta. Hay una unidad divina de la que todos somos parte. Una versión más sofisticada de esto es el Advaita Vedanta (Vedanta no dual), del que Vivekananda va a hablar.

Me atrevo a decir que si Einstein hubiera leído esta conferencia de Swami Vivekananda, habría sido muy feliz. Habría estado encantado con esta concepción, que es probablemente una concepción más refinada de lo que Spinoza estaba hablando.

​Entonces, ¿cuál es la respuesta de Swami Vivekananda a este gran problema de la religión y la renunciación? Él dice que la respuesta es la deificación del mundo. Y cita del Isha Upanishad, el primer verso, el primer mantra del Isha Upanishad. Saben, los Upanishads son los textos raíz del Vedanta, y el Isha Upanishad es uno de los Upanishads más conocidos, uno de los más

pequeños, son solo dieciocho mantras, y es uno de los más importantes. Y en el Isha Upanishad, el primer mantra es el más importante, la primera línea es la más importante. Mahatma Gandhi dijo: "Si todo el hinduismo desapareciera, todos los libros, templos y todo, y solo quedara el primer verso, la primera línea del primer verso del Isha Upanishad, todo el hinduismo permanecería". Así de importante es.

​Y Swami Vivekananda toma eso como la solución a este problema de la religión y la renunciación. El primer, este gran mantra de apertura del Isha Upanishad: ​Tomemos la primera línea, ¿qué significa?

"Este universo entero, de seres móviles y no móviles, seres vivos y no vivos, todo este universo cúbrelo con Dios". Cúbrelo con el Señor, Isha.

Shankaracharya interpreta 'Isha' como 'Paramatma', como el Señor de este universo entero. Cúbrelo con Dios.

​Swami Vivekananda dice, no "cúbrelo" con un falso tipo de optimismo, tratando

de decir "oh, todo es Dios". No, sino que dice "realmente abre los ojos y ve que de hecho es Dios". Lo que pensábamos que era el mundo es en realidad, cuando se ve en realidad, es Dios. ¿En qué sentido?

​En el comentario sobre el Isha Upanishad, Shankaracharya, hace 1400 años, escribe un comentario maravilloso. Dice: “no es tanto una cuestión de 'cubrirlo' con Dios, sino que Dios, esa realidad última de la que habla la religión, existe

justo aquí. Así que no es una cuestión de 'cubrir' tanto como de 'descubrir'

(uncovering). Y, ¿cómo descubres? Descubres (discovering). Así que 'cubrir' es igual a 'descubrir' (uncovering).

​¿Cómo descubres? Shankaracharya da otro ejemplo complicado, déjenme

contarles el ejemplo. Dice "Chandana, Aguru, Adi". Dice, el sándalo, que se usa en el culto en el templo en el hinduismo, solía venir en bloques. Y parece que si se mantiene en el agua desarrolla una cierta capa que tiene un olor fétido. Y el proceso era, antes de usarlo para el culto, frotarlo y frotarlo. Mediante el frotamiento continuo e intenso, la capa artificial que se había formado, la capa incidental que se había formado en la parte superior, se elimina. Y la fragancia natural del sándalo, sale. Está ahí. Su punto es que para obtener la fragancia del sándalo, no tienes que rociarle spray de sándalo. Si haces eso, será artificial. Mientras que si lo frotas, la verdadera fragancia interna e inherente del sándalo se manifiestará.

​Exactamente de la misma manera, estamos bajo un error. Y Shankaracharya señala algo allí. Si es verdad que solo Brahman es la realidad aquí, hombres y mujeres y niños y plantas y estrellas y planetas, cuásares y quarks, si en realidad no es otro que esta existencia, conciencia, dicha en su núcleo... si el universo es realmente Brahman, entonces, ¿qué pasa con el universo que parecemos pensar que es? Este mundo de vivos y no vivos, hombres, mujeres, buenos y malos, necesariamente se convierte en una apariencia. Lo que pensábamos que era la realidad, lo que tomábamos como la realidad hasta ahora, en la que sufrímos, eso se convierte en una apariencia.