lunes, 22 de diciembre de 2025

Artículos : Profesora Leonor Bakún : Quo vadis

 



Quo vadis

Leonor Bakún


La frase es conocida. En latín significa ¿A dónde vas? Pedro huye de Roma  y ¿casualmente? se encuentra con Jesús. Entonces le pregunta ¿Quo vadis, Domine? La respuesta de Jesús también es conocida, y es tal vez un recordatorio de las consecuencias de elegir un determinado camino, y también de lo que ocurre cuando uno huye.

En el S. XIX, Henry Sienkiewicz escribió una novela que llevaba esta frase por título. La novela perduró, sobre todo, por las distintas versiones fílmicas que se hicieron de ella.  En la novela el autor relacionar la frase ¿Quo Vadis, Domine? con la frase ¿Quo Vadis, homine? que significa ¿A dónde vas, hombre? Y por si queda alguna duda la reformula  diciendo: ¿A dónde quiere llegar el ser humano sin humanidad, si olvida la faceta que  debería caracterizarlo?

Este concepto no es original. Cicerón, antes de Cristo, en De republica (L. III) dice que el mundo en su conjunto se halla penetrado por una “ley verdadera” que “es la recta razón”, “diseminada en todos, invariable, eterna”; “la que exhorta a lo que ha de hacerse con sus mandatos y aparta de lo que ha de evitarse con sus prohibiciones”. Cicerón atribuye al hombre la capacidad de discernirla, en el ámbito de su interioridad. Y sostiene: “Todo aquel que le desobedece huirá de sí mismo y, por el hecho de desdeñar la naturaleza del hombre, será castigado con las máximas penas aunque crea que escapa de otros tormentos”.

En el mismo texto dice que sólo el hombre, entre los demás seres del mundo, posee la capacidad para descubrir la ley que gobierna lo existente, dado que las almas son un don del dios. Y afirma enfáticamente (L.IV): “¡cuán miserable es un alma que se hubiese bestializado [aunque conservase] la figura de un hombre!”

Las advertencias hacen pie en dos puntos centrales: por un lado, las consecuencias de huir que a veces conducen precisamente a eso que uno quería evitar, aunque, reconozco, también es sano, a veces, una prudente retirada. Y, por otro lado a tener cuidado de no deshumanizarse, de no bestializarse, de no olvidar que hay otro que es como uno.

Por lo tanto, quizás sería el momento de volver a poner en cuestión, de reiterar la pregunta: ¿Quo vadis?

Y si bien no hay una receta porque somos de distintos modos, creo que estas palabras de  Swami Brahmananda podrían servir como guía: “Si trabajan con la idea de complacer a los hombres se sentirán defraudados. Pero si Él está complacido, todo el mundo se sentirá complacido. En circunstancias favorables o adversas sientan que no tienen a nadie más que a Él y que lo están sirviendo mediante el cumplimiento fiel de los deberes que les han sido asignados.”



Como dijo Thakur en su momento, como Swamiji comprendió y convirtió en el lema de la Orden, servicio a Dios en el hombre no es solo un lema para los monjes. Es una actitud que puede preservar de la deshumanización y permitir el reconocimiento del prójimo. Y ¿adónde vamos? también lo sabemos. Tarde o temprano llegaremos pero seguramente será más sencillo si recordamos que Krishna, Jesús, Thakur entre otros vinieron para recordarnos el modo de transitar este camino.

Feliz Navidad!

Jay Thakur, Jay Ma!




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