Charla 12/09/25
Hacia el despliegue de la Luz Interior
En el ser humano la auto-conciencia está desplegada pero se es esclavo de la materia. En el vidente iluminado, Cristo, Buda o Ramakrishna, vemos esa conciencia expresada de manera infinita. Ellos se han fundido con Dios.
Un Dios-hombre trasciende el sentido del ego, que es el culpable de limitar la conciencia infinita de Dios en el hombre. Sri Ramakrishna decía:
"Cuando muere el ego, cesan todos los problemas".
Trascender el ego y desplegar la conciencia infinita. Es lo que Cristo llama "El nacimiento en espíritu", 
El Mandukya Upanishad lo define como "Turiya o el cuarto estado, (refiriéndose a los cuatro estados de conciencia: vigilia, sueño, sueño profundo, y Turiya), la conciencia trascendental. La condición necesaria para el nacimiento del espíritu, o sea, el despertar interior, es en palabras de la Biblia:
“Amarás pues al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y con todas tus fuerzas".
En otras palabras, debemos entregarnos a la contemplación amorosa de Dios.
Nuestra conciencia queda atrapada en la materia o se libera al infinito según el objeto de nuestro amor. Si entregamos nuestra mente a los objetos mundanos, queda nublada por la oscuridad de la materia, y si nos entregamos a la Luz interior de Dios, la cobertura de la oscuridad es eliminada y la Luz brilla resplandeciente.
Sin embargo, la tendencia natural de la mente es correr hacia afuera, a los objetos de los sentidos. Por estar enfocados hacia lo externo, es natural que los sentidos sean atraídos por los objetos, haciendo que la mente se apegue a los sentidos por la ignorancia de la Luz interior.
¿Por qué se apega la mente a los sentidos y a los objetos de los sentidos? 
Es por la ignorancia que la hace equivocarse y aceptar la sombra de la vida, como la apariencia del mundo real.

 
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