Swami Prabhavananda
Charla 29/11/24
Todos sentimos. ¿Qué queremos sentir? Deseamos sentir amor, felicidad. Estos son los dos deseos más fuertes que existen dentro de nosotros, el deseo por el amor y la felicidad.
Es fácil decir, "Libérate del contenido de la mente consciente, sé puro de corazón y alcanzarás a Dios".
Pero, por causa de nuestros tres estados de Conciencia, descubrimos que casi nos es imposible alcanzar la libertad. En el estado de vigilia, con nuestros sentidos físicos y nuestras mentes que perciben objetos y cosas constantemente, no podemos transcenderlas, no importa cuánto esfuerzo se haga. Entonces nos dormimos, soñamos y en este estado tampoco podemos realizar la Conciencia pura. Entonces entramos en el sueño profundo, quedamos inconscientes y aunque parezca que estamos liberados del contenido de la conciencia, hay un velo de oscuridad cubriéndola. A pesar de tener la mente en blanco durante el sueño profundo, no realizamos la Conciencia pura. Mientras vivimos en estos tres estados de conciencia, no es posible alcanzar la realización de la Conciencia pura.
Para librarnos del contenido de la Conciencia debemos alcanzar un estado más allá de los tres. Este estado es conocido en los Upanishads como Turiya, el Cuarto.
Y es posible alcanzarlo mientras se vive sobre la tierra. En la experiencia de pura Conciencia, la ignorancia se desvanece, y todas las dudas dejan de existir, eres liberado de los efectos de todas las acciones pasadas y quedas unido en la infinita y pura Conciencia, uno con Brahman.
La psicología de la religión inculca que ser puro de corazón es lo necesario para ver a Dios, vaciarnos de todas nuestras impresiones pasadas y vivir en el reino de Dios.
Pero, ¿cómo realizar este fin? Así como la meta se clarifica en las escrituras, igualmente la manera de alcanzarla también se expone muy claro y sencillo.
Se realiza unificando nuestras mentes con la pura Conciencia a través de la práctica de dhyana o meditación constante, un fluir de meditación hasta que no haya nada en la mente más que Dios. Este es el método y se desarrolla con la práctica. Se necesita práctica para crecer al nivel donde hay un constante fluir de pensamiento hacia la conciencia pura.
La meditación requiere un gran esfuerzo para concentrar la mente en Dios. No importa cual sea el concepto de Divinidad. Tiene que haber algo positivo en que meditar. Tenemos que levantar una fuerte ola de pensamiento en Dios y excluir a lo demás. Ésta es la manera correcta. Nunca traten de poner la mente en blanco, que de hecho es imposible.
Piensen en Dios con la mente concentrada, no importa como lo concibas, y alcanzarás la unión con Él.
Un fluir constante de pensamiento hacia su Ideal Predilecto es lo que el Hindú considera meditación. Cuando uno trata de caminar con Dios, dormir, comer, vivir con Él, la meditación se facilita. Debemos luchar para mantener esa corriente de pensamiento hacia Dios en todo lo que hacemos. Cuando la mente está constantemente unida con Él, establecida en Su recuerdo constante, uno ha alcanzado una etapa de meditación llamada dhruva smriti, o recogimiento constante.
Si queremos alcanzar ese estado, uno debe adquirir pureza de mente por el control de los sentidos externos. Para poder sujetar la mente en Dios, hay que practicar retirando la mente de los objetos de los sentidos, que son todas aquellas cosas externas que uno desea.
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