Swamiji y el servicio
Leonor Bakún
Este texto contiene fragmentos de escritos de Swami Gambhirananda. Swami Gambhirananda fue discípulo de Swami Shivananda y conoció a otros discípulos directos de Sri Ramakrishna. Gran erudito además de haber sido secretario, vicepresidente y presidente de la Orden, escribió numerosos libros en los cuales vuelca su enorme conocimiento. Podemos suponer que varios de los sucesos que relata los escuchó relatados por los propios protagonistas.
En la historia que escribió del Math y de la Mission relata lo siguiente:
“Una vez que el Math y la Mission contaron con hombres, dinero, programa, reglas y trabajo efectivo, Swamiji dirigió su atención a la creación de un emblema que inspirara a las personas con una sola mirada, acerca de las ideas detrás de las dos instituciones hermanas y recordara a los miembros del Math y la Mission cuál era la meta que ellos debían lograr. El emblema debía simbolizar el mensaje de Sri Ramakrishna en forma visual. La primera referencia se encuentra en una carta de Vivekananda a Miss Josephine McLeod fechada el 24 de julio de 1900.
En esa carta explicó: “El sol: conocimiento; las aguas tormentosas: trabajo; el loto: amor; la serpiente: Yoga; el cisne: el Ser; el lema ‘Que el Ser Supremo, el cisne nos otorgue Aquello, el lago de la mente.” En otra carta del 5 de julio de 1901 escribe a Mary Hale: “En el sello de la Mission la serpiente representa el misticismo; el sol naciente, conocimiento; las aguas agitadas, actividad; el loto, amor; el cisne: el alma en medio de todo.”
Cada uno de los elementos del emblema amerita un extenso desarrollo pero me voy a quedar con un elemento que me llamó la atención. Podía entender que el servicio estuviera representado por el agua, un elemento que sugiere movimiento pero las dos veces que lo menciona agrega en un caso ‘tormentosas’ en el otro ‘agitadas’. Es evidente que su especial relación con el servicio y la revolución que provocaron sus decisiones sobre ese tema merecen, ciertamente, esos adjetivos. Sólo él, entre sus hermanos-discípulos, concibió la idea de eslabonar el monasticismo con el servicio social como se vislumbra en sus cartas de ese tiempo y con el ejemplo de su propia vida.
Podemos situar el inicio de esta historia en un día de 1884, cuando la conversación giró hacia los conceptos vaishnavas. Swami Gambhiranada escribe: “El Maestro dijo: “Esta religión prescribe a sus seguidores la práctica de tres cosas: gusto por el nombre de Dios, compasión por toda criatura viviente y servicio a los devotos de Vishnu.” En cuanto dijo esto entró en samadhi. Luego, en un estado semi-consciente dijo para sí mismo: “¡Compasión por las criaturas! ¡Qué tonto eres! Tú, un gusano arrastrándose sobre la tierra, tú, ¡mostrar compasión a otros! ¿Quién eres tú para sentir compasión? ¡No, no! ¡Nada de compasión por los demás sino servicio al hombre reconociéndolo como la manifestación de Dios!”.
“Todos los presentes oyeron esto, pero Narendra fue el único que comprendió su alcance. Saliendo del cuarto dijo a otros: “¡Qué extraña luz he descubierto en esas palabras del Maestro! ¡Con qué sabiduría y belleza ha reconciliado el ideal de bhakti con el conocimiento de vedanta. Por sus palabras he comprendido que el ideal de vedanta de los que viven fuera de la sociedad, puede muy bien ser practicado en casa y aplicado a todas nuestras tareas diarias.
“Es Él quien se ha vuelto todas las diferentes criaturas, objetos de nuestro amor. Y aun así, Él está más allá de todo esto. Tal realización de la divinidad en la humanidad no deja lugar para el egotismo. Servir al hombre sabiendo que él es la manifestación de Dios purifica el corazón y el que lo practique rápidamente se realizará a sí mismo como parte inseparable de Dios, Existencia-Conocimiento-Dicha.
“¡Ah! Si el Señor quiere, llegará un día en que proclamaré esta gran verdad ante el mundo entero. Lo haré propiedad de todos: el sabio y el ignorante, el rico y el pobre, el brahmín y el paria.”
“Narendra, por esa revelación del Maestro descubrió también que, si bien cada uno de los senderos de acción tales como adoración, devoción a Dios, meditación sobre el Ser y búsqueda de la Suprema realidad, puede conducir a la liberación, la armonía de todos ellos es una manera más fácil y natural para la generalidad de los seres humanos.
“Narendra, como Swami Vivekananda, cumplió esta promesa en años posteriores. Empleó su poder de oratoria para propagar al mundo su filosofía de Vedanta Práctica y de la unidad de la humanidad y planeó y moldeó el Ramakrishna Math and Mission de acuerdo a estos principios que predicó y practicó, el nuevo concepto de servicio como adoración.
“El primer problema en el campo filantrópico que la Mission tuvo que abordar fue el trabajo de socorro en una hambruna que se produjo en Murshidabad. En esta ocasión Swami Vivekananda jugó un rol decisivo. Gracias al incansable trabajo de los Swamis Brahmananda, Akhandananda y Ramakrishnananda y los devotos de Madrás, el trabajo pronto fue organizado. El Gobierno también vino en ayuda de la Mission y, además, el trabajo se extendió a otras áreas contiguas.
“Swami Vivekananda quería que Swami Akhandananda fuera metódico y práctico en su tarea. Insistía en que los informes del trabajo realizado debían ser publicados en los periódicos. Swami Akhandananda, por su parte, no podía reconciliar su obra desinteresada con la publicidad y, en consecuencia, evitaba dar tal información. Finalmente escribió el informe.
“Swami Vivekananda con gran alegría relató de qué manera los muchachos brahmines estaban atendiendo a pacientes de cólera de la casta más inferior. Posiblemente, este pequeño incidente representó para él las primeras voces de una revolución social que alcanzaría al mundo hindú a causa de la conciencia cívica que comenzaba a despertar, una revolución que el Swami esperaba y ansiaba producir combinando el intelecto de Shankara con el corazón de Buda. Esto, sin embargo, no era tarea fácil, porque si el corazón no respondía, el cerebro se negaba a cooperar y viceversa.
“Los propósitos antagónicos de religión y servicio social organizado resultaban realmente irreconciliables. Swami Akhandananda no era el único en cuanto a dudas con respecto a los métodos adoptados, como así también sobre los objetivos que perseguía Swami Vivekananda. Después de establecida la Ramakrishna Mission, Swami Yogananda había dicho: “Confieso que a veces surgen dudas en mi mente. El método de Sri Ramakrishna era distinto y yo me pregunto si no nos estamos desviando del sendero señalado por Él.
“Swamijí, en ese momento guardó silencio ante tales dudas. Pero otro día, estando en casa de Balaram Bose, en Calcuta, el tema surgió nuevamente. Ese día Swami Yogananda, en particular, se mostró un tanto agresivo, al extremo de poner en duda la fe de Swamiji en el Maestro. Sus palabras encendieron al rojo vivo el corazón de Swamiji. Se defendió con vehemencia, hasta que su voz se quebró, todo su cuerpo temblaba y con lágrimas en sus ojos dejó el cuarto, seguido por algunos que querían tranquilizarlo.
“El resultado final fue que por su gran amor por su líder, los hermanos discípulos decidieron que desde ese momento no volverían a poner en tela de juicio su interpretación de la vida y enseñanzas del Maestro ni de sus métodos de trabajo.
Nadie mejor para describir el servicio que la pluma poética de Swamiji en estas líneas que escribió en bengalí:
“¡Oíganme
herederos de lo infinito.
Dentro de su corazón
está el océano de amor.
¡Den sin medida, den sin temor!
El océano del que pide recompensa
se reduce a una gota de agua.
Desde el más elevado Brahman
hasta el gusano y el átomo,
por doquier el mismo Dios todo-amor.
Amigo mío: ofrece a Sus pies
tu mente, tu cuerpo y tu alma.
Ante ti están Sus múltiples formas.
Ignorándolas, ¿dónde buscas a Dios?
Quien ama a todos sin distinción
es quien mejor adora a su Dios.
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