REFLEXIONES: LA HUMANIDAD DESPIERTA: Hebelina Salas

 

REFLEXIONES SOBRE EL LIBRO “LA HUMANIDAD DESPIERTA”

En un principio al pensar en la idea "La Humanidad Despierta" enseguida viene a la mente, la imagen del momento de cambio en que se produce ese traspaso de estados. Aparece la imagen del desperezarse, la de extender los brazos al cielo... la de miles de ojos abriéndose lentamente e imaginamos a la multitud saliendo de la fase de ensueño para reintegrarse a la conocida "realidad" Y como parte de este despertar nos aparece además la necesidad de un elemento fundamental, el despertador, que es el responsable de la más precisa, constante y puntual tarea de avisar que “ya es hora”. Visto así podría parecer un proceso fácil y hasta espontáneo... pero claro...tratándose del libro “La Humanidad Despierta” del Rdo.Swami Pareshananda Maharaj estamos frente a una obra donde su autor nos llama a través de sus versos y poemas a integrarnos a la vida espiritual, a ser aspirantes espirituales y fervientes adoradores de Dios en todas sus formas; el mensaje es profundamente movilizador. Entonces aquí ese "Despertar", ese llamado al cambio como un gran despertador nos está hablando de que es el aquí y ahora el tiempo de hacer verdadero contacto con la realidad “Una” y nos habla del “Despertar de la Conciencia”

Sri Ramakrishna decía que la correcta práctica espiritual debe realizarse a través de la austeridad, el japa y el ayuno. Si bien esta dedicación integral y de excelencia es aún lejana para el simple aspirante espiritual, Padre Swamiji nos exhorta a contemplar sinceramente nuestro propio estado interior y con profundo anhelo orar y repetir el Santo Nombre; porque cualquiera sea la divinidad elegida Dios estará allí manifestándose a través de ella. Nos dice que el aspirante a la espiritualidad debe ser muy estricto y practicar con firme determinación, pues en ese repetir se va disciplinando la mente y de esta forma se van alcanzando la Conciencia y el Amor por la Divinidad. Nos viene mostrando el camino hacia este “Despertar de la Conciencia” y nos da las herramientas necesarias para soltar el universo ilusorio e hipnotizante en el que nos tiene atrapados el gran manto irreal de la Maia. Y aunque para el durmiente entonces, esta tarea aparezca como descomunal, nos afirma a través de su propio ejemplo, que no por eso es imposible.

En el libro nos alienta a descubrir la importancia de la repetición o “japa” que como práctica es fundamental pues en ella el aspirante espiritual está repitiendo el mantra y nos enseña que es allí donde Dios mora, nos dice: “Dios vive en el mantra mismo”; y es en este constante repetir que el mantra nos salva de la ignorancia y permite que se manifieste la propia naturaleza de Dios. Y así lo expresa en los siguientes poemas: 

Capítulo 1 de La Humanidad Despierta

Poema 9

Incesantemente canta con amor tu mantra,

hallarás la fuente de paz, luz y ananda.

Dios y Su mantra son una y la misma cosa,

la Madre Divina, Guru misma, Diosa todopoderosa.

Ve cumpliendo tus tareas de este mundo ilusorio,

recordar a Dios siempre es el deber verdadero.

Incesantemente canta, incesantemente canta…

(Mantra: fórmula sagrada, Ananda: dicha)

Poema 13 

¡Al solo repetir! ¡Al solo repetir!

El Santo Nombre. ¡Al solo repetir!

Con amor al solo repetir.

Se revelará así la verdad de Dios.

Basta con llegar hasta solo repetir.

Con amor al solo repetir.

Es así que finalmente podemos ver con claridad cómo sus enseñanzas se arman y transmiten en cada poema, dejándonos afirmar a través del libro que la Humanidad es el soñador y la Maia el sueño; pero en cuanto al “Despertador” como bien dije al comienzo, es un elemento indispensable que me hacía falta destacar y que en mi humilde apreciación personal es sin dudas “El Autor” que con su maravillosa obra, entrega y dedicación amorosa nos va despabilando y nos inculca la enseñanza de una fervorosa práctica de la espiritualidad para ser guiados hacia ese Despertar y al madurar interior que nos permita soltar la mundanalidad para entonces sí manifestar la “Realidad UNA” “RagaBhakti” o “Supremo Amor”.