Ante la Madre
Todavía no conocía la Orden, sabía que existía pero nunca había asistido a sus programas ni leído sus textos. Mucho menos conocía los rostros que luego me serían tan queridos. Asistía regularmente a la Fundación que dirigía Shivamai y con eso todo estaba bien para mí. Era una época en la que mi hija y yo vivíamos momentos durísimos y uno de los pocos momentos buenos, si no el único, era estar con Shivamai. En esa época Martha Cresta me regaló una foto de una señora. Cuando le pregunté quién era me contestó que ya iba a saber, que tuviera la foto. Unos días antes había sido mi cumpleaños y me habían regalado un portarretrato. Nunca fui de tener fotos dando vueltas así que no sabía muy bien qué destino darle, pero como era de prever la foto de esa señora entró perfectamente en él. Es más, si hubiera tenido que comprar uno para esa foto, seguramente hubiera comprado ese.
Un día muy duro estaba por salir, había apagado casi todas las luces y de golpe me senté frente a ella y empecé a contarle a borbotones mientras lloraba lo que me estaba pasando. Mientras lo hacía sentía una caricia en el corazón que me calmaba. Me fui muy sorprendida de lo que había pasado. Recuerdo que se lo conté a Shivamai y me dijo que eso era hacer puja pero no llevé la foto así que ignoraba a quién le había hecho puja.
Tiempo después fui a llevar algo a Ramakrishna y cuando entré me di de manos a boca con ella. Pregunté quién era. No hace falta decir que estamos hablando de la Santa Madre.
Eternamente agradecida.
Jay!
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