Swami Gñaneswarananda cuenta en La regla de oro de la Adecuación que la Santa Madre una vez dijo que ella vivía de acuerdo con una instrucción que le diera el Maestro. La belleza del ritmo de esta frase en bengalí no aparece en la traducción: ''Jakhan jeman, Takhan teman. Jekhane jeman, Shekaneteman. Jarkachhe jeman, Tarkachhe teman". La primera línea significa que todo debe hacerse de acuerdo con las demandas del momento o del tiempo. La segunda línea significa que uno debe adecuarse a lo que exige el lugar en que uno se encuentra. Y la tercera dice que nuestras acciones deben adecuarse a las personas con quienes tratamos. No es posible actuar de la misma manera con todos.
Tenemos, por suerte, el registro de numerosas reminiscencias de swamis y devotos que tuvieron la dicha de conocerla que testimonian esta característica tan especial de la Santa Madre
En el Prabuddha Bharata, en enero de 1981 en Reminiscencias de la Santa Madre, Swami Gauriswarananda cuenta que comenzó a visitar a la Santa Madre regularmente y trataba de colaborar. Los devotos que llegaban a Jairambati comían en la casa de la Madre así que, para ayudar, aprendió a hacer chapatis para los visitantes. Ella preguntaba si los que habían llegado eran de Calcuta o de alguna aldea. Los muchachos de Calcuta comían a lo sumo tres o cuatro chapatis, pero los de las aldeas podían comer hasta veinticinco cada uno y entonces había que calcular la cantidad de harina necesaria. De modo muy divertido cuenta sus peripecias en este aprendizaje:
“Un día una devota estaba haciendo chapatis de a tres al mismo tiempo, uno sobre el otro. Yo me senté y le pedí que me enseñara. Dijo: “Es facilísimo. Primero ponés un poco de harina sobre la mesa, luego un bollito de masa, lo aplastás un poco y ponés otro poco de harina, luego otro bollito y hacés lo mismo tres veces. Luego pasás el rodillo por encima y los tres se moverán al mismo tiempo. No hay necesidad de tocarlos y se separan muy fácil.”
Yo comencé a practicar. Primero los tres se me hacían uno solo. Después conseguí separarlos pero eran como el mapa de India. Tuve que practicar bastante hasta conseguir que los chapatis fueran bien redondos.
Sri Sarada Devi, la Santa Madre, vivía esta regla en cada acto de su vida diaria. Su conducta se ajustaba a las demandas de tiempo, lugar y ambiente y a las necesidades de las personas que acudían a ella para recibir su bendición. Por eso sabía cuántos chapatis preparar.
Prestar atención al otro, reconocerlo, se desprende de su enseñanza. A veces no reparamos en los demás, los damos por sentado y nos olvidamos de poner en práctica lo que nos dicen. A modo de ejemplo va esta pequeña anécdota de un profesor que en un examen preguntó "¿Cuál es el nombre de la persona que limpia la Escuela?” La mayoría entregó el examen, dejando en blanco la respuesta a esa pregunta. Antes de que terminara la hora, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaba para la nota del examen. "Absolutamente", contestó. "En sus vidas van a conocer muchas personas. Todas son importantes y merecen su atención y cuidado.” Y esto es lo que rescato de la figura de la Madre tomando en sus brazos al hijo embarrado.
Refiriéndose a esta característica de la Madre Swami Gñaneswarananda dice: la mayoría de nosotros comprendemos esto pero no tratamos de ponerlo en práctica. Debemos tener en cuenta la mentalidad de la otra persona y actuar en consecuencia. Debemos adecuarnos a las demandas de tiempo, lugar y necesidades de la gente con quien tratamos. Y esto es lo que él llama 'la ley de oro de la adecuación'.
Es como lo que le ocurrió a un sannyasin cuando entró en un bosque frondoso. Allí vio un mono, que en ese día de sol tibio y de brisa fresca, disfrutaba su comida en lo alto de un árbol. El sannyasin observó el entusiasmo del mono y vio que el animalito miraba con curiosidad a un pez que nadaba en un pequeño estanque que bordeaba el árbol. El mono disfrutaba de su alimento y del sol y pensaba: “pobre pez, ahí todo mojado, perdiéndose este sol y esta rica fruta.” Entonces, saltó de su árbol, tomó al pez y lo puso al lado de él en la rama más alta del árbol donde le convidó su comida mientras el pez agonizaba. El sannyasin sacudió las ramas del árbol y logró que el pez regresara a su estanque. Mono y pez, cada uno en su universo, disfrutando en su pequeño gran cosmos.
La Santa Madre enseñó que debemos ver el momento propicio para decirle algo a alguien y que debemos tomar conciencia de nuestros actos. Se dice que el mundo es uno, solo que se lo explica de distintas maneras, con lo cual no estoy diciendo nada nuevo. Ya Thakur decía que a Dios se le reza de modos diferentes pero siempre se reza al mismo Dios. Enseñó que Dios ha hecho distintas religiones y credos para conformar a diferentes aspirantes. De ninguna manera son todos aptos para el conocimiento de Brahman. Por lo tanto se ha provisto la adoración a Dios con forma y a esto hay que agregar que cada persona crea un mundo independiente en su mente y después vive en su creación.
Decía: La madre trae pescado al hogar para sus hijos. Hace curry con una parte; la otra la fríe y con la otra hace pilau. Pero de ninguna manera todos pueden digerir este plato; entonces también hace sopa para aquellos que son delicados del estómago. Además, algunos lo quieren frito o encurtido. Hay diferentes temperamentos. Hay diferencias en la capacidad de comprensión.
Para mí, ella es nuestra guía, es la salvadora, la gran protectora. Guirish Ghosh una vez le preguntó si ella era su madre real o algo así como una madre adoptiva y ella le contestó: “Soy tu madre de verdad”. Mora en cada corazón, como una madre cariñosa y es precisamente esa presencia la que acompaña, la que hace que muchos digamos: No estoy sola, tengo una madre.
Leonor Bakún
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