Muchos plantean que es un momento en que se pone aprueba nuestro valor y coraje en el marco de esta pandemia. No lo niego, si bien considero que sería una mera reacción si previo a ello no consideramos adecuadamente la situación que vivimos.
Como meros testigos podríamos concentrar la mente en nuestro presente tratando de que no interfieran los temores o la incertidumbre acerca del porvenir y procurar entender, al menos en parte, en qué pude haber contribuido con mis acciones a que la naturaleza haya reaccionado de este modo, si es que creemos, que esta pandemia podría ser también una reacción a nuestro ataque al ecosistema.
En tal sentido, viene a mi mente la Plegaria de la Serenidad, atribuida a diversos autores, plegaria cuyas palabras resuenan a lo largo de los años y cuya versión más conocida dice así:
”Dios concédenos la serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar las cosas que podemos, sabiduría para reconocer la diferencia.
Viviendo día a día;
disfrutando de cada momento;
sobrellevando las privaciones como un camino hacia la paz;
aceptando este mundo impuro tal cual es
y no como yo creo que debería ser,
tal y como hizo Jesús en la tierra:
así, confiando en que obrarás siempre el bien;
así, entregándome a Tu voluntad,
podré ser razonablemente feliz en esta vida
y alcanzar la felicidad suprema a Tu lado en la próxima.
Amén
Ciertamente, la cuarentena es inconfortable. Nos irrita estar faltos de libertad. Agradezcamos esta prueba como buscadores de la espiritualidad al tener la oportunidad de probarnos a nosotros mismos que la libertad es interior.
Podríamos imaginar un diálogo entre nosotros y Swami Vivekananda en el que alguien molesto se queje diciendo que no está cómodo con esta situación impuesta, Swamiji tal vez respondería con su afirmación: - "confort no es una prueba de la verdad, por el contrario, la verdad está a menudo muy lejos de ser confortable".
Otro persona podrá considerar que el actual es un tiempo de reflexión en lo personal y colectivo, frente a ello recordemos que el Swami decía: “cada uno es responsable de lo que le sucede y tiene el poder de decidir lo que quiere ser. Lo que eres hoy es el resultado de tus decisiones y elecciones en el pasado. Lo que seas mañana será consecuencia de tus actos de hoy
Un tercero podría sentir culpa o remordimiento por tanta insensatez y falta de cuidado tanto hacia la naturaleza como hacia nuestros semejantes. El Swami podría advertirle: “no mires hacia atrás, ya está hecho. ¡Mira hacia adelante!”.
La inédita circunstancia actual resulta una gran oportunidad para poner en práctica lo aprendido. Los invito pues a pensar en que estoy comprometido personalmente a cambiar. De esta manera, probablemente si uno modifica al menos su punto de vista, ayudaremos a que ese cambio repercuta en el mundo entero porque tal como planteaba Swamiji “todas las diferencias en este mundo son de grado y no de clase, porque la unidad es el secreto de todo“
Finalmente, tengamos presente sus palabras cuando afirmó que la más alta religión es ser fiel a la propia naturaleza. ¡Tened fe en vosotros mismos!”. Confiemos entonces en que podemos al menos atenuar nuestro salvajismo y estupidez recuperando nuestra naturaleza divina y acumulemos valor para salir de esta situación con una mayor conciencia de amor y respeto por todo y todos los que nos rodean.
ARTURO FLIER
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