martes, 11 de febrero de 2020

SEGUIR APRENDIENDO: Lic. Sandra Carmona (8.02.20)



La persona espiritualmente evolucionada que tiene pocos deseos y apegos es relativamente inmune a la pena, pues la existencia de la fuente de felicidad tiene su origen dentro y no depende de cosas externas. Si se emplean los mecanismos del ego para adquirir felicidad, ésta estará sujeta a pérdida, vendrá acompañada del miedo a perder. La única realidad invulnerable a perder es la Realidad Absoluta.
El apego y la proyección de valor hacen que se sobrevaloren los objetos, cualidades y relaciones.
El miedo a la pérdida contribuye a la creación de apegos dependientes así como la generación del materialismo y sus atributos sociales de fama y dinero.
La externalización de la fuente de felicidad no sólo conduce al apego sino que de ella emerge el control cómo principal mecanismo de supervivencia. 
Es bueno saber que la investigación espiritual indica que el sufrimiento y el dolor emocional son producto de la resistencia. Su cura es la rendición y la aceptación que alivian el dolor.
Todos los estudios sociológicos y psicológicos confirman que las personas religiosas o espiritualmente orientadas son las más felices en todo momento y circunstancia.
La aceptación de las vicisitudes de la vida humana conducen a una mayor comprensión y compasión.
El amor es la oportunidad de entregar la voluntad personal a Dios y de revaluar cual es el propósito del regalo de la vida humana.

Extractos del libro:  La escalera a la iluminación del Dr  Hawkins.

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