domingo, 3 de noviembre de 2019

Articúlo: Profesora Marta Silva (26/10/2019): SARADA MA








Sarada Ma
  
Tema: la veracidad

José Ingenieros, psiquiatra, sociólogo y escritor argentino (1877-1925) publicó muchos libros, uno de  ellos es “Las fuerzas morales” en el cual habla  de la verdad entre otros temas.  Él dice:

“ Las fuerzas morales no son virtudes de catálogo, sino moralidad viva. El amor a la verdad culmina entre las fuerzas morales.
Amar la verdad es contribuir a la elevación del mundo moral; por eso ningún sentimiento es más odiado por los que medran de mentir. En todos los tiempos y lugares, el que expresa su verdad en voz alta, como la cree, lealmente, causa inquietud entre los que viven a la sombra de intereses creados. Pero aunque a toda hora le acechen la intriga y la venganza, el que ama su verdad no la calla; el hombre digno prefiere morir una sola vez, llevando incólume su tesoro “.   

Sabemos que hay grandes y tristes ejemplos en la historia de la humanidad, de grandes hombres y mujeres: santos, científicos, filósofos que sacrificaron su vida por sostener sus verdades.
 Sócrates, que debe beber la cicuta, muere enseñando; Galileo Galilei, eminente físico del Renacimiento, que sostenía la teoría heliocéntrica, tuvo que abjurar para no ser quemado vivo por la Inquisición; se dice que después de abjurar murmuró la famosa frase: “Y sin embargo se mueve”.

Este tema de la verdad parece un poco complicado cuando vemos que se trata de ser veraces en nuestro pensamiento, palabras y acciones.
 Podemos ser veraces de dos modos: con respecto a nosotros mismos y con respecto al mundo. Las dos formas son difíciles de enfrentar con acierto. Ser sinceros con nosotros mismos nos obliga a vernos y, hay que admitirlo, esa no es una actividad de nuestra preferencia, porque eso seguramente nos obligue a ver la necesidad de cambios que pueden ser muy difíciles, y la mayoría de nosotros vamos por la vida como los que nadan sin hundir la cabeza bajo el agua, y así nunca serán buenos nadadores.

En general hay mucha hipocresía en el mundo. ¿Cuánta sinceridad hay en nuestro trato con las personas? ¿Nos importan verdaderamente esas personas? Y en este punto debemos recordar que hay una íntima relación entre la verdad y el amor, porque ambos van juntos de la mano. Dice Sri Parvati Kumar: “El amor es la energía más cercana a la verdad, La verdad es amor”.

En cualquier ámbito de la vida cotidiana, aunque sea sencillo y mundano, el amor a la verdad puede surgir en el momento más inesperado, porque el amor a la verdad está en el corazón de todos, y ya  dijo Thakur que "A menos que se diga la verdad es imposible hallar a Dios que es el alma de la verdad.

Se ha dicho que cuando la lengua adquiere la disciplina correcta y habla la verdad y nada más que la verdad, la química corporal cambia; se purifica la materia en nosotros y tendremos más salud física y mental. Un poema del Rdo. Sw. Pareshananda expresa

Ya decidí con mi vida: amaré a Dios. 

RecordándoLo divinizaré los deberes diarios.
Realizar las prácticas con toda fidelidad,
con esto que tenga humildad, fe y simplicidad.
Concientemente, si destaco el estado espiritual,
simultáneamente se mejorará lo físico y mental.

Creemos que decir la verdad nos deja claros, livianos y aptos para el regocijo. La mentira es oscura, confunde y obliga a otras mentiras. Nos limitan la ignorancia y el ego.

Imam Hassam, profeta del Islam, sostuvo: “Deja aquello que dudas y aférrate a lo que no te genera duda alguna. La verdad trae sosiego y paz”.
En Juan-14/6 Jesús le dice a Tomás:
"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí".

Estamos en Sarada Ma, y sabemos que Ella dijo algo a este respecto.

En el año 1912 la Madre estaba en Benares. Allí le explicó a un discípulo:
 “En este Koli Yuga, época o edad oscura, uno alcanza a Dios si se adhiere simplemente a la verdad. El Maestro decía que aquél que dice sólo la verdad está sentado en las faldas de Dios. Y cuenta.
“Cuando el Maestro estaba enfermo en Dakshineswar, yo hacía hervir dos libras de leche para Él, diciendo que era una, No quería hacerle saber la cantidad justa. Un día llegó a saberlo y me dijo: ¿“Qué es esto? Adhiérete a la verdad. Tú ves, tengo dolores intestinales porque estoy tomando mucha cantidad de leche”.


En el libro “ Sarada Devi, la Santa Madre”, dice que los tres principales rasgos que entraban en la formación de su personalidad eran: su maternidad, su absorción en el Maestro y su simplicidad sin artificio.
Es en la mentira donde hay artificio, es decir disimulo y doblez. Y en la vida de la  Madre eso no existió. Swami Vijoyananda explicó que Sarada habló en el lenguaje del pueblo, con toda sencillez y recurriendo a simple relatos y parábolas. No condenaba a nadie, era la figura de la paciencia y la simpatía cristalizadas y miles de personas, un gran número de mujeres entre estas, acudieron a Ella.

En el libro Conversaciones leemos que la Madre dijo una vez:
“¡Cuán consagrado estaba a la verdad el Maestro! ¡ Ay, nosotros no podemos seguir su ejemplo!. El Maestro solía decir que "la verdad es tapasia, austeridad, en la Edad de Hierro. Adhiriéndose a la verdad uno alcanza a Dios”.

De Swami Premananda, discípulo de Sri Ramakrishna muy querido por la Madre, recordamos algunos conceptos:

*  "Lo primero que se necesita para ser espiritual es la veracidad. No dejes nunca la verdad aunque te cueste la vida".
*   “La verdad es siempre victoriosa, en todos los tiempos, pasado, presente y futuro”.
*   "Si un hombre de negocios entroniza la verdad en su casa, será estimado como el más virtuoso de todos y su negocio también prosperará". Y da el ej. de Nag Mahashay el santo que tenía devoción por la verdad, y a cuyos pies caían los vendedores más inescrupulosos.

José Ingenieros expresó: “Las verdades pueden ser peligrosas para quienes las predican. Pero el que las ama, lejos de arredrarse por el peligro, debe provocarlo, enseñándolas a los que aún pueden aprenderlas. En el corazón de los jóvenes la verdad es generadora, como el calor del sol que en los jardines se convierte en flores.
Ella –siempre perseguida, siempre invencible—es el más eficaz instrumento de redención moral que se ha conocido en la historia de la humanidad”.






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