sábado, 4 de mayo de 2019

Artículo: Profesora Marta Silva, (27/4/2019)


27/4/2019

INTEGRACIÓN:

Íntegro significa entero; integrar es completar un todo con las partes que faltan. El mundo, la naturaleza toda, se desenvuelve en una armonía donde las partes conforman una totalidad: los millones de cuerpos celestes girando en el espacio; en la madre Tierra el ecosistema desarrollándose convenientemente, cada fragmento respondiendo al funcionamiento de la unidad. Luca Pacioli, monje, matemático, economista, etc. (s.xv)  dijo que en el mundo hay una perfección matemática, y halló una medida, a la que llamó Divina Proporción, que anima el mundo objetivo y tiene en sí las mismas cualidades de Dios. Todo está íntegramente constituido.  Alice Bailey expresa: “ La integración constituye  la clave de nuestro orden universal, para lo cual es necesario que despierte una comprensión inteligente del Plan Divino”. Es decir, la integración es la forma en que se manifiesta el Universo.
Como estamos en la hora de “Sarada Ma”, recordemos a la Santa Madre. Sarada Devi, en el ejercicio de su Maternidad Universal,  legado de Sri Ramakrishna para Ella, vivió en integración, no sólo con el mundo de los hombres  sino que incorporó también a los animales y a las cosas. Así llevó una vida de servicio, a sus padres y hermanos,  a Thakur y sus discípulos, a los monjes y a quien se le pusiera adelante. Y hasta ahora, por su influencia, millares de personas en el mundo siguen despertando de su egoísmo hacia una total  y salvadora generosidad. Ella integró a todos en el regazo de su Maternidad.

La Biblia también nos ayuda a comprender el tema. En Malaquías 2/10 dice: “ ¿No tenemos todos  un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? Entonces ¿por qué menospreciaremos cada uno a su hermano, quebrantando el pacto de nuestros padres?”  Pedro 3/8: “Y finalmente sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables”.
Así, siendo la integración clave de nuestro orden universal, dondequiera que actuemos tendremos que hacerlo en ese sentido, sino estaríamos actuando contra el orden natural. ¿Cómo hacerlo? Sw. Pareshanandaji  Maharaj  dice “Sólo debe haber una actitud espiritual en cualquier actividad que se esté llevando a cabo”.   Entonces, también  pondremos ese propósito en el intento de integrarnos con el mundo, comprendiendo la sacralidad de sus componentes, el hombre, el reino animal, el vegetal, el mineral: con actitud espiritual en cuestiones con motivos comunes .  Y actuando  frente al mundo como expresa el poema N* 22 de Sw. Pareshananda : “Flexibilizar, ignorar, simpatizar y sólo sonreír”.

Es claro que esto no es fácil. El frente a frente a nuestro hermano precisa esfuerzo, perseverancia y humildad. Porque el otro se presenta como una amenaza para nuestro  egoísmo, orgullo y apegos. Y si en la vida diaria, encantados por las dualidades,  hemos caído en la separatividad y el prejuicio, el ego precisará ser sometido. Dice Thomas Merton: “Egoísmo y autosuficiencia tienen que ser desenmascarados, profundamente rotos, de modo que el verdadero Atman, el Yo real, pueda emerger”. 

Sw. Bayanananda también da indicaciones: “Debemos tratar de conectar nuestras actividades, ideas y relaciones con la Meta Suprema”. Para esto necesitamos recordar nuestro dharma de seres humanos  a cada paso. Y en el camino hacia la realización de nuestra Divinidad interior, cada esfuerzo que se base en la generosidad, la colaboración, la no separatividad  va a propiciar  adentro nuestro, un nuevo orden, e irán cayendo la soberbia y otros equívocos de nuestra personalidad. 

Según esta integración natural vemos que la Luna no parece estar en contra del Sol porque este dirige el Sistema Solar, Ella colabora con lo que debe; el Sol no está disgustado con otros sistemas solares, y cumple con su dharma. Podría decirse que en el Universo hay una relación amorosa, a la cual pertenecemos, pero que nuestra ignorancia, ese yo y mío,  nos impide abrazar. Y ya se ha dicho que Dios es amor.  El yogui que ama con  amor verdadero está integrado con la armonía universal. Entonces Dios, el amor, es nuestra solución. El Hno.  Lorenzo hablaba de la práctica continua de la presencia de Dios. Sw. Pareshananda enseña acerca de repetir el nombre de Dios. “Pero, dice Thomas Merton, ¿Qué lejos tengo que ir para encontrarte a Ti, a quien ya he llegado?” Porque la integración ya está. Mas, hasta entenderla y vivirla hay un “mientras tanto”  en que  estaremos atentos  a celos, codicia, rencores y otras malas yerbas que surjan en nosotros, en contacto con los otros, día a día. Atentos para siempre reemplazarlos con el nombre de Dios,  y nuestros esfuerzos conscientes con actitud espiritual.  Cuando lo logremos, nuestra individualidad desaparecerá y todo será Uno para nosotros. Como ya lo es.-

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