viernes, 1 de marzo de 2019

SEGUIR APRENDIENDO: Counselor Veronica Pomerane (21/2/19)



Cuál es la naturaleza de la mente del ser humano?
Y cómo se debe usar? Estas preguntas son de fundamental importancia para el aspirante espiritual. La mayoría de la gente no tiene interés en tales indagaciones.
Ciegamente siguen sus humores e impulsos; como hojas secas volando al viento, son aventados de un lado a otro en la corriente de la vida. Experimentando alternativamente la miseria y la felicidad, siempre con la
esperanza de poder evitar la primera y gozar de la segunda.
Cada vez que se enfrentan con la miseria, creen firmemente que su solución les traerá una paz duradera. Solo después de numerosas experiencias de sufrimiento y frustración en muchas vidas, aprenden la inevitable lección: el goce de los sentidos es fugaz; los objetos finitos no pueden dar felicidad eterna.
Las grandes escrituras y los maestros espirituales han proclamado una gran verdad: la vida misma nos enseña para que seamos precavidos ante la naturaleza transitoria de los objetos mundanos. Pero no se detienen allí; también nos manifiestan que la paz eterna es posible y nos dicen donde encontrarla. En los Upanishads está escrito:
"No hay felicidad en lo finito; solo en lo Infinito".
Cristo nos dice en el Evangelio según San Juan:
"Estas cosas les he hablado para que en Mi tengan paz. En el mundo tienen
tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo".
Buda fundó su filosofía sobre el hecho de que hay sufrimiento en el mundo. Señaló que nadie puede evitar los tres pesares de la humanidad: enfermedad, vejez y muerte. Entonces, al igual que Cristo, enseñó que el sufrimiento y la miseria se pueden transformar en paz absoluta alcanzando el Nirvana.
Es sólo cuando la experiencia de la vida nos ha enseñado lo inevitable: el sufrimiento en el mundo, que las palabras de las escrituras y de almas iluminadas realmente nos conmueven el corazón. Por eso entonces nos inclinamos conscientemente a buscar lo Eterno entre lo no-eterno.
Tratamos de vencer al mundo. ¿Qué es lo que tratamos de vencer? Hace más de mil doscientos años que Shankara, el vidente filósofo hindú, escribió:
“La mente del sujeto crea todos los objetos que experimenta mientras está en el estado de vigilia o de sueño,
Esta los diluye, los junta con las ataduras del cuerpo, lós órganos de los sentidos, la respiración  y los hace vagar sin fin entre los frutos de las acciones que ha causado”.
El problema de trascender el mundo parece ser abrumador porque no somos conscientes de que nutrimos a este mundo dentro de nuestras mentes. Alguna persona nos lastima, otra nos da placer y reaccionamos. ¿Donde está
el dolor y el placer? En nuestra mente.
Expresando la voz de la ciencia moderna, el Profesor Whitehead, el gran científico y filósofo, nos dice:
"La naturaleza recibe el crédito que en verdad debe ser reservada para nosotros mismos, la rosa por su aroma, el ruiseñor por su canto, el sol por su resplandor. Los poetas están totalmente equivocados; ellos deben dirigir su lírica a si mismos y transformarla en poemas de auto-felicitaciones por la excelencia de la mente humana. La naturaleza es cosa árida, sin sonido, aroma, ni color, meramente la mezcla de materiales sin sentido ni fin".
En verdad, iqué diferente ve el universo cada uno de nosotros! Un Cristo, un Buda y un hombre espiritualmente ignorante viven en el mismo mundo; todos sujetos a hambre, enfermedad, dolor y muerte física. Aún así, que mundo tan distinto encuentra el ojo de Cristo y el de un hombre ignorante.
Un vidente Védico expresó su experiencia del mundo asi.
"De júbilo surge este universo; en júbilo existe este universo; y al júbilo regresa este universo".
Mientras el ignorante espiritualmente sufre, el ser iluminado siente la dicha de Dios continuamente. El vive, se mueve y mantiene su ser en Él.
¿Estamos en realidad separados de Dios? No, Dios es el Atman, la divinidad interior, la esencia de nuestro ser.
¿Que es lo que obstruye nuestro conocimiento y experiencia de esta verdad? Las impurezas, deseos e inquietudes de nuestras mentes.
En palabras del Bhagavad Guita:
La mente incontrolada
No sabe que el Atman está presente.
¿Cómo puede meditar?
Sin meditación, donde está la paz?
Sin paz, ¿dónde está la felicidad?
Podremos leer en las escrituras que el reino de Dios está dentro de nosotros, que el Atman es nuestro verdadero Ser, pero eso no nos ayuda mientras nuestra comprensión sea meramente intelectual. La ignorancia es una experiencia directa e inmediata, que se desvanece sólo por la directa e inmediata experiencia de Dios. Mientras nosotros no tengamos esta realización y nuestras mentes estén fuera de control, cada uno de nosotros sufriremos en nuestro mundo particular de tribulación.
Nos sentimos separados de Dios y de todos los demás. No somos concientes de que el conocimiento perfecto, la sabiduría infinita y el amor infinito están dentro de nosotros.
Sri Ramakrishna dijo una vez:
“Si yo pongo esta toalla ante mi, ustedes no me pueden ver aunque esté cerca de ustedes”.
Asi también, aunque Dios esté más cerca de ustedes que cualquier otra cosa, por la pantalla del egoismo, no lo pueden ver". Este egoismo es nuestro sentido de "yo", "mio" y se expresa en nuestros deseos por los objetos de los sentidos.
¿Cómo podremos eliminar este egotismo?
Shankara dijo:
"Busca sinceramente la liberación y tu lujuria por los objetos de los sentidos será desenraizada".
Cuanto más añoramos la visión de Dios, más pronto nuestros deseos mundanos desaparecerán de nosotros. Con el tiempo sentiremos que la realización de Dios es un tesoro tan grande que no vamos a sentir ningún interés por ninguna otra cosa.
Este es el sentido de la parábola de Cristo:
"Además, el reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo; después de hallado, el hombre lo recubre, lleno de gozo va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo".
Entonces sentimos la tangible presencia de Dios, realizamos que pensamos, actuamos, respiramos por esa presencia que está dentro de nosotros y en todas partes.
Pero el anhelo intenso por ese tesoro, no se manifiesta al instante. Debemos desarrollarlo lentamente, con paciencia, y para hacerlo debemos practicar disciplinas espirituales.
En palabras de Shankara:
"Por lo tanto,el buscador de la liberación debe trabajar cuidadosamente para purificar su mente. Cuando la mente se ha purificado la liberación es tan fácil de coger como una fruta en la palma de la mano".
Cristo expresó la misma idea en su beatitud:
“Benditos son los puros de corazón, por que ellos verán a Dios".
Esta pureza no surge sin auto-esfuerzo.
Sri Ramakrishna ha dado el ejemplo del esfuerzo requerido:
“A través de la práctica de disciplinas espirituales uno alcanza la perfección, por la gracia de Dios. Pero tiene que haber un poco de esfuerzo. Entonces ve a Dios y disfruta la dicha. Si una persona se da cuenta que hay un jarro lleno de oro enterrado en cierto lugar, corre allí y comienza a escarbar. Empieza a sudar mientras sigue escarbando. Después de mucho trabajo él siente que su pala golpeó algo. En ese momento lanza la pala a un lado y busca el jarro. Al verlo baila de júbilo. Más tarde saca el jarro y vacia las monedas de oro".

Ahora, ¿cuál es el motivo principal de nuestras prácticas espirituales? Psicológicamente hablando, es el control de las ondas de la mente.
Una vez a un hombre santo se le preguntó: "¿Quien a transcendido al mundo?"
Su repuesta fue: "Aquel que ha controlado su mente”.
La mente es como un lago de agua sucia, con olas en la superficie. El reflejo del sol no es claro. El sol, la luz del Atman, brilla sobre la laguna de la mente dentro de cada uno de nosotros, pero por las impurezas de ella (mente), la luz no es reflejada.
Las ondas de pensamiento tienen que calmarse para que la divinidad que hay dentro de nosotros esté perfectamente reflejada.
Esto no es tan fácil. Control de las ondas de la mente no quiere decir solamente el de los pensamientos concientes; se refiere también a los pensamientos que existen bajo el umbral de la Conciencia.
Una renovación completa, una transformación completa de ella, de la mente subconsciente, y áreas inconscientes.
Nuestros pensamientos conscientes y acciones no se pierden. Estos crean impresiones que son almacenadas en las regiones subconscientes e inconscientes. La memoria es posible por estas impresiones almacenadas. El total de estas impresiones forma lo que llamamos "caráracter”. Y este, controla nuestra mente consciente en cierto grado; es la causa de que repítanos los mismos pensamientos y actos, buenos o malos, en el futuro.
Nuestro carácter, nuestro pasado entero, no sólo de esta vida sino de vidas anteriores, también, debe ser renovado. Control perfecto o renovación de la mente, quiere decir una descarga total de todo el contenido en la Conciencia.
El propósito de vaciar o controlar la mente ha sido muy mal entendido en Occidente.
Mucha gente piensa que deben poner la mente en blanco durante la meditación, algo parecido a estar inconscientes. Pero todos los días lo estamos cuando dormimos y aún así no realizamos el Atman.
Debemos liberar la mente de todo contenido de Conciencia sin estar inconscientes. Es entonces cuando llegamos a ser conscientes de esa Conciencia Pura sin contenido, que es lo mismo que el Atman o Dios.
Cómo se controla la mente?
Cada aspirante espiritual se enfrenta con este problema.
Aquellos que han hecho un intento de apaciguar las ondas del pensamiento se compadecerán de Arjuna cuando se quejó a Sri Krishna en el Bhagavad Guita:
¿Cómo se logra esto? Cómo se controla la mente?.
Aquellos que han hecho un intento de apaciguar las ondas del pensamiento se compadecerán de Arjuna cuando se quejó a Sri Krishna en el Bhagavad Guita:

“Inquieta es la mente del hombre,
sacudida con fuerza en las garras de los sentidos:
densa y dura,
y aferrada con deseo persistente para lo mundano”.
¿Cómo se amansa?
De verdad yo creo que aún el viento no puede ser más turbulento que ella”.
Sri Krishna le contesta a su discípulo:
Sí Arjuna, sin dudas la mente es inquieta y difícil de subyugar. Pero se puede controlar por la práctica constante y ejerciendo el desinterés”.

¿Qué es la práctica constante? Es la práctica de la meditación, volteando la mente hacia Dios, no permitiendo que se deje arrastrar hacia sus deseos y tendencias.
El mundo objetivo es una gran atracción, y la mente fácilmente corre hacia él. Un varón joven puede meditar perfectamente en la cara de una muchacha bonita. Pero una vez que aprende a liberar su mente de las distracciones y fijarla en Dios, va encontrar en Él una atracción más grande, ya que toda expresión de belleza y felicidad del mundo son solamente reflexiones opacas de Él, que es el origen de la belleza y felicidad. Al sentir esa clase de atracción, la meditación se hace fácil.
La gente tiende a considerar el "control de la mente", las disciplinas espirituales" y "ejercer el desinterés" como prácticas aborrecibles y austeras. Ellos no consideran que júbilo y libertad hay en la vida espiritual. Si hacemos un pequeño esfuerzo por mantener nuestras mentes en Dios, recibiremos una prueba de su presencia dichosa.
Nos referimos al "desinterés". ¿Qué queremos dar a entender con este término? En su aspecto negativo, desinterés quiere decir negar al pequeño ser, renunciando al sentido de"yo" y "mío. En su aspecto positivo, significa la práctica de ciertas disciplinas. Estas incluyen el no dañar a nadie ni en pensamiento, palabra, hechos; así como veracidad, no codicia y castidad. Estos son principios universales, una ayuda positiva para la purificación de la mente. Aunque fracasemos muchas veces, nada nos debe desanimar. Hay que luchar! Mi maestro Swami Brahmananda me dijo una vez:
¿No has visto un becerro recién nacido? Trata de levantarse una y otra vez, no importa cuántas veces se caiga, nunca deja de intentar ponerse en pie. Por fin, lo consigue y no sólo se para, sino que empieza a correr".
De la misma manera debemos perseverar en nuestra lucha espiritual, y así alcanzaremos la meta.
Tenemos que formar ciertos hábitos.
¿Qué es el carácter?
Como ya hemos mencionado, es un conjunto de hábitos acumulados, la suma de nuestras pasadas acciones y pensamientos. Y ¿cómo podremos cambiar
nuestro carácter? Creando nuevos hábitos.
Naturalmente, la mente ya está sujeta a esas características y tendencias creadas por nosotros en el pasado. Esto es un asunto de experiencia. Frecuentemente sabemos muy bien lo que es correcto, pero no lo podemos hacer; nos gustaría cambiar pero nos encontramos imposibilitados y esclavizados a nuestra mente subconsciente. Aún asi, hay en cada uno de nosotros un área de libre albedrío; esa es la libertad del Atman, del espíritu interior. Si no fuese por esa libertad no habría esperanza para ningún individuo. No valdría la pena seguir viviendo. Pero una chispa de esa libre voluntad existe en cada uno de nosotros, y continua existiendo no importa lo débiles o ignorantes que nos hayamos hecho.
Reforzando nuestro libre albedrío a través de disciplinas espirituales y la formación de nuevos hábitos nos conducirá a la salvación.
1- El primer hábito que debemos formar es la limpieza física y mental. Tenemos que sentir que nuestra mente ya es pura. Después de todo es verdad. Dios mora en todos;
Cómo puede haber impureza? Mi maestro dijo una vez:
"¿Pecado? Pecado sólo existe en los ojos del hombre. La gente sufre las consecuencias de sus malas acciones, pero si una mirada graciosa de Dios les cae encima, sus pecados son quemados como montones de algodón".
Uno se transforma en lo que uno piensa. Si pensamos que somos puros, puros seremos.
2- Además, debemos practicar el hábito del contentamiento, no importa cuáles sean las circunstancias en las que nos encontremos.
Debemos también establecer una rutina de estudio. "Estudio" incluye oración (cantando el nombre del Señor) y leer las escrituras.
Y todos los días debemos ofrecer los frutos de nuestras acciones a Dios. Monástico u hogareño, cada uno debe ejecutar sus obligaciones; si se entrega los resultados del trabajo a Dios, trabajo se transforma en adoración.
Y no le enreda, sino que lo conduce a la libertad, (esto se realiza con una sencilla oración al terminar cualquier quehacer, orando:
"Oh Señor, por favor acepta los resultados de esta tarea".
Recordando que estás ejecutando esa obra para Él.
3- Como ya hemos indicado, debemos establecer un hábito de meditación sobre el ideal de Dios de cada uno.
El proceso de intentar meditar se podrá comparar con la tarea de limpiar un tintero que está sujeto a un escritorio.
No se puede remover el envase para vaciar la tinta vieja.
Lo que se hace es verter agua limpia en él para que rebose la tinta. Después de hacer esto por un rato empieza a salir agua limpia.

Del mismo modo, la mente no se puede vaciar sacando el contenido de la conciencia, sino que vertiendo el agua clara del pensamiento de Dios en la mente, la escoria sale a la superficie. Y con el tiempo el pensamiento de Dios llena por completo la mente.

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