Un mercader retenía un pájaro en una jaula. Estaba por partir hacia la India, país del cual provenía el pájaro, y le preguntó si podría traerle algo de allí.
Este le pidió su libertad, pero le fue negada. Entonces le pidió al mercader
que visitara una jungla en la India y que
anunciara su cautiverio a los pájaros libres que allí se encontraban.
El mercader así lo hizo y tan pronto
hubo hablado, un pájaro silvestre semejante al que retenía en la jaula,
cayó desde un árbol, sin sentido, al suelo.
El mercader pensó que éste debía ser un pariente de su pájaro, y se sintió triste por haber sido la causa de su muerte.
De regreso a su hogar, el pájaro le preguntó si traía buenas noticias de la India.
"No", dijo el mercader," temo que mis noticias sean malas. Uno de tus parientes sufrió un colapso y cayó a mis pies cuando mencioné tu cautiverio."
Tan pronto como éstas palabras fueron
dichas, el pájaro del mercader sufrió un colapso y cayó al fondo de la jaula.
"La noticia de la muerte de su pariente
también lo ha matado a él", pensó el mercader. Entristecido recogió al pájaro
y lo puso en el alféizar de la ventana. De
inmediato el pájaro revivió y voló a un árbol cercano.
" Puedes ver ahora ",dijo el ave," que aquello que interpretaste como una tragedia era, de hecho, una buena noticia
para mí. Y el modo en que el mensaje, o sea la sugerencia de cómo comportarme a fin de obtener mi libertad, me fue transmitido por medio de ti, mi captor"
Y se alejó volando, libre al fin.
Esta fábula Rumi, es una de las muchas que marcan, la gran importancia que tiene en el Sufismo el aprendizaje indirecto.
Sistemas diseñados para acomodarse al pensamiento convencional, tanto en Oriente como en Occidente, ponen de relieve la forma, y dejan de lado otra manera distinta de percibir los hechos.
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