La esencia de la disciplina moral y religiosa, se basa en una reducción progresiva de los deseos y en una sublimación de las tendencias instintivas.
De esa manera la conciencia del ego se vuelve débil y finalmente desaparece. Por lo tanto cuando la ignorancia se quita de la mente el aspirante se funde en la conciencia indiferenciada de Brahman.
Ramakrishna nos recuerda la importancia de lo que los Upanishads enseñan:”Nadie puede tener a la vez Yoga y Bhoga. No podemos aspirar al mismo tiempo a la vida del espíritu y a los placeres del mundo”. La decisión aquí es imperativa.
Hasta que no haya una paz total, la conciencia del ego no dejará de ser activa. Cuando la conciencia de “Yo” y “mío” desaparezca podremos realizar el valor del samadhi, y en consecuencia, del vacío y del silencio. Sólo gracias al esfuerzo heroico de la voluntad, podremos alcanzar ese estado.
Cada vez que salimos del sueño profundo y retomamos nuestra vida normal, ese aspecto diferente de la vida lo tenderemos a olvidar. Podemos comprobar así que el mundo de la manifestación sólo forma una de las faces de la realidad. El universo del silencio forma su aspecto complementario. Sólo cuando accedemos a este último estado nos es posible correr el velo de la ignorancia. Este estado de conciencia está al alcance solo de aquellas personas que han practicado una disciplina estricta. Sólo entonces nos será posible conocer ambos aspectos, ya que son complementarios.
No es por medio de lo finito que podremos realizar lo infinito. Es esencial que gracias a un esfuerzo religioso prolongado, logremos una transformación de nuestra conciencia.
Nuestra primera preocupación debe ser construir una base moral sólida, con el progresivo desarrollo de virtudes.
Cada aspirante a la vida espiritual debe acostumbrarse a examinar todo lo que se revela dentro de sí mismo. Es esencial que uno se esfuerce por su propia purificación, distinguiendo así lo real de lo irreal.
Sólo gracias a la Discriminación se podrá excluir cualquier clase de duda. Y así ver el sustrato real de las apariencias del mundo exterior.
Si gracias a un esfuerzo continuo todos los nombres y las formas son eliminados , el aspirante, percibirá la omnipresencia de Brahman.
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