SEGUIR APRENDIENDO: Counselor Veronica Pomerane, (10/9/17)
'Thakur dijo sobre Narendra: “Un día mientras estaba en Samadhi, vi que la mente estaba subiendo por un sendero luminoso y, pasando fácilmente a la esfera física compuesta de la luna, las estrellas y el sol, entró en el reino de los pensamientos sutiles.
Mientras escalaba las diferentes etapas, vi a cada costado diferentes formas de deidades hecha de conceptos condensados; llegando al final de ese reino vi una barrera luminosa que separaba el reino de las formas individuales de lo indivisible. Pasé aquella barrera y la mente entró en el reino de lo indivisible; en esa región no había más formas, ni siquiera las de seres luminosos; parecía que ellos, sin poder entrar allí, desde más abajo esparcían sus poderes particulares. Un momento después vi que en ese reino inefable, siete ancianos rishis de cuerpo luminoso estaban sumergidos en profundo samadhi. Comprendí que ellos en conocimiento, santidad, renunciamiento y puro amor, habían sobrepasado no solamente a los grandes seres humanos, sino hasta a las grandes deidades. Mientras pensaba, maravillado de sus muy elevados estados espirituales, vi de repente que una parte de aquel reino indivisible se condensó y tomo la forma de un niño. El divino niño se acercó a uno de esos grandes rishis y con amor lo abrazó, y con su muy musical voz, cariñosamente le pidió que descendiera del samadhi. Por aquel primoroso y divino toque, y por el dulce llamado, el rishi salió del samadhi y con los ojos semiabiertos miró al Divino niño y se dio cuenta que era su viejo conocido, tesoro de su corazón. El extraordinario Niño se mostró muy contento y le dijo:” Yo voy a la tierra, tienes que venir conmigo”. El rishi no le contestó nada, pero su mirada llena de amor, asintió y de nuevo entró en samadhi. Luego, muy maravillado, vi que una parte de su existencia, tomando una forma luminosa, estaba descendiendo al mundo por el sendero yóguico. Al ver a Narendra, me di cuenta que él era aquella persona superior. Cuando los apóstoles, le preguntaron acerca del Divino Niño, en muy íntima confidencia les dijo que era Él mismo.'
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