miércoles, 24 de septiembre de 2025

Artículos : CCV : Profesora Leonor Bakún : Homenaje

 


Homenaje

Leonor Bakún

Buenos días, como ustedes saben, hay momentos de distinta naturaleza. Aparecen por distintas razones y producen distintos efectos. Bueno, quizás por la cercanía de fechas especiales para mí, estoy atravesando un momento de recordación. Y en medio de esa maraña de recuerdos, no pude menos que recordar a mis compañeros de ruta en las distintas etapas que transité y a los cuales no puedo menos que agradecer que hayan estado ahí. Si bien todos tienen una ruta, no todos tienen el privilegio de haber tenido y tener compañeros para transitarla. Me animo a decir que todos nosotros, cercanos o no, si estamos aquí, somos compañeros de ruta, cosa que agradezco.

Lo mejor que me pasó en este camino fue porque había una señora que me insistía todos los días para que fuera a un programa de Shivamai. Decidí ir para que esa señora me dejara tranquila. No diría que todo en mi vida fue así, a los tumbos, pero los que me conocen saben que soy bastante cabeza dura. Así que, andando el tiempo me negué a ir al Ashrama porque no había que molestar a los monjes. Esta vez, fue Shivamai la que me mostró mi error, de un modo bastante expeditivo.

Y en este transitar hubo y hay quienes de los que aprendí y aprendo un montón. Hoy quiero homenajearlos y agradecerles de algún modo por poner en palabras pensamientos que comparto y, para eso, seleccioné de la página, palabras que escribieron en distintas ocasiones. Mencionar a todos es imposible, así que lo que sigue es tan solo una muestra. 

Y una última salvedad antes de ir al tema. Algunos de los devotos que aquí se mencionan son autores muy prolíficos, así que puede pasar como en el caso de la madre que le regala dos camisas al hijo y cuando él se pone una le pregunta: “¿La otra no te gustó?”

Así que, dando las consabidas disculpas por omisión de autor y/o elección de texto, comienzo:

Marta Silva escribió el 21 de enero de 2018, comentando el libro de Swami Pareshanandaji Maharaj: “La ¨Práctica Universal de Japa Yoga”: “El autor dice que Japa es “una sistemática repetición de un santo Nombre o sagrado Mantra Divino”. ¿Es nuevo esto de recordar a Dios y repetir su Nombre? No. El tema expresa una verdad que todas las religiones manifestaron. Entre los Padres del desierto, que sostenían el constante recuerdo de Jesús con la oración del Corazón, Evagrio (s. IV d.C.) decía: “Es más necesario recordar a Dios que respirar”.”

El 3 de mayo de 2015 Pepe Astigueta escribió: “Ramakrishna es mi ideal, porque reunió en sí a: Jesús, Rama, Krishna, Buda, ¿Por qué?  Armonizó todas las religiones, me hermanó con todo creyente. ¿Cómo? Me enseñó Bhakti, Karma, Gñana y Raya yoga ¿Qué más? Me liberó de intermediarios, y me dio un gurú para guiarme en mis extravíos. Si esto no fuera suficiente para ti, digo: “Es mi capricho y nada más quiero”.”

Eva María Schneider escribió el 4 de julio de 2014: “Por más deprimente que pueda ser la falta de valores en nuestro siglo XXI, recordar la vida y las enseñanzas de Ramakrishna es para mí la fuente inagotable de fe en la naturaleza divina y eterna del alma humana.”

El 13 de noviembre de 2018 se publicó en la página una carta de Dora Guaycochea (Dorita) a Thakur que Noemí Lavagno había publicado anteriormente en Vedanta Universal. En ella decía entre otras cosas: “Eres, Thakur, un remanso de paz, amor, sabiduría, humildad y simplicidad. Eres fácil de .entender, sólo resta ser capaz de asimilar tus enseñanzas y llevarlas a la práctica en mi vida diaria.”

El 2 de julio de 2014 Noemí Lavagno escribió: "Así como para una persona miope, el comenzar a usar lentes recetados por un buen especialista, resulta prácticamente un milagro, todo lo que veía desdibujado y lejano ahora lo ve con nitidez, del mismo modo, los que hemos padecido de miopía espiritual y hemos tenido la bendición de conocer a un buen especialista que nos presentó, generosamente, la figura de Sri Ramakrishna, hemos sentido el mismo milagro, porque a través de su vida y enseñanzas, comenzamos a ver con una nueva luz el contorno borroso de la imagen que teníamos de Dios el cual estaba muy lejano y al que recurríamos en momentos de necesidad.”

El 15 de mayo de 2021 Julia Santos escribe: “La Encarnación Divina es algo que no podemos entender, y a la vez debemos entender; éste es justamente el juego.” 

Rosabel Etcheverri escribió el 14 de junio de 2021, comentando el libro de Swami Pareshanandaji Maharaj, “La humanidad despierta” que tal como lo señala el autor en el Prefacio: “la perfección se logra mediante el desarrollo y la manifestación de la espiritualidad inherente.”

El 16 de julio de 2022 se publicó en la página un poema de Andrea Estévez, rescato una línea del mismo y les invito a leerlo: Dice, “¡Me ha Salvado Swami Vivekananda! Su claridad y enseñanza han corrido el velo de mi Ignorancia. Mi alma se vivifico con Paz, Luz y Ananda.”

Verónica Pomerane es una de esas autoras prolíficas que mencioné al principio y todo lo que escribe es muy bueno, menciono algo que escribió el 28 de agosto de 2017: “Decía Thakur” Aquel que piense que debe amar a Dios, está dando golpes en su cadena y pronto los grilletes quedarán rotos”.”

El 21 de abril de 2023 Cristina Viturro escribe: “Me gusta mucho pensar que la genuina bondad, el ver lo mejor de los demás es también un poder, un arma para luchar contra el sinsentido cotidiano, contra el mundo irreal e infeliz en el que nos movemos.”

El 26 de enero de 2025 Arturo Flier, otro autor prolífico, transcribe en un artículo que hace difícil seleccionar una parte, un texto de Martin Luther King: “No me preocupa tanto el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.

El 30 de marzo de 2017 Ricardo Hardoy publicó un hermoso texto. En él nombra algunos discípulos que conoció: Hace una referencia muy especial a Pepe Astigueta. Habla de  Don Gucci, discípulo del Swami Vijoyananda, Director de una Orquesta Municipal, que de noche, se lo pasaba repitiendo, en voz muy baja, durante toda la noche, el Nombre de Dios. Tenía 90 años y siempre se lo veía entusiasmado, a toda hora. También nombra a Ema Martiarena, otra discípula de Swami Vijoyananda, de la que dice que es una señora  de Barrio Norte que un día, después de muchos años de prácticas espirituales y de entablar una lucha tremenda consigo misma, tuvo una experiencia realmente espiritual que la transformó para siempre. Y en un momento, casi al final Ricardo dice con palabras que hago mías y con las cuales finalizo: “¡Que suerte! ¡Que privilegio! ¿Acaso no es un privilegio haber conocido a personas que van a permanecer siempre en nuestra memoria como prueba irrefutable de que la vida espiritual también es posible para uno?”

Jay Thakur



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