martes, 22 de julio de 2025

Artículos : CCV : Profesora Leonor Bakún : La palabra

 


CCV – La palabra

Leonor Bakún

A veces creemos que estamos haciendo algo y en realidad solamente pensamos, “decimos mentalmente” que lo estamos haciendo. Pero, ¿en verdad lo hacemos?

Vivimos mediados por el lenguaje. Todos hemos escuchado alguna vez, que por un tema de respeto no se debe nombrar a Dios en vano. Es más, también sabemos por la Biblia que el verdadero nombre de Dios no es conocido por todos. Sólo lo conocían unos pocos elegidos y lo podían pronunciar en muy contadas ocasiones. Y esto, si de respeto se trata es por respeto a todo lo que contiene el nombre. Una palabra.

Una palabra está compuesta por letras. Los antiguos alfabetos orientales asignaban un valor a cada letra, la matrika shakti en el sánscrito, la guematría en el alfabeto hebreo, el alfabeto griego son ejemplos de esto y no pocos sabios y filósofos se sirvieron de esta técnica al pretender descifrar el sentido que las cosas tienen y que no siempre conocemos.

Se nos dice que las cosas pueden ser nombradas de varias maneras, que el nombre es arbitrario, que no hay un lazo entre la cosa y su nombre y a la vez se nos advierte sobre no usar el nombre de Dios en vano lo cual nos hace suponer, en principio, que hay un vínculo establecido entre el nombre y aquello que nombra. No hace falta explicarlo al que repite con unción su mantra.

Pero, usar una palabra no siempre significa que sepamos realmente lo que estamos diciendo.

Dios creó utilizando palabras. Su espíritu está contenido en el nombre que las nombra. Adán, en uno de sus primeros actos usó el nombre que Dios había usado para nombrar las cosas pero su lenguaje no tiene el poder de la palabra de Dios. Nombra y no crea.




Y miente, por lo que es expulsado. Ese es el momento en que aparece la palabra falsa. El momento que hace necesario distinguir la palabra verdadera de la falsa, el momento que señala al hombre que debe cuidarse del error.



La palabra puede usarse de un modo o de otro. En "1984" de George Orwell se explora la manipulación de la verdad y el lenguaje para  controlar la vida de las personas, incluyendo sus pensamientos y emociones, a través de la propaganda masiva, el desarrollo del "neolenguaje" y, entre otras cosas la alteración de la historia, que se reescribe.

Lo que la novela muestra es cómo el lenguaje puede ser utilizado tanto para controlar como para resistir, y cómo la manipulación del lenguaje puede alterar la percepción de la realidad. 

Hoy en día, el mundo está viviendo una situación difícil. Viene a cuento repetir esta historia conocida: En Cien años de soledad, en ese mágico pueblo de Macondo un día ocurre una tragedia. Una peste recorre el pueblo, se trata de insomnio pero a medida que el insomnio avanza aparece un síntoma: las personas afectadas pierden sus recuerdos.

Aureliano Buendía, el sabio del pueblo, toma medidas. Comienza a poner carteles a las cosas: Esto es (una mesa, una silla, etc.). Pero la peste avanza, la falta de memoria se agrava y entonces comienza a publicar carteles en la vía pública: Esto es una vaca, por la mañana se la ordeña, sale leche, la leche se hierve, se mezcla con café que es así, se toma café con leche, eso se llama desayuno.

El ser humano es la criatura mejor y peor del mundo. Es la mejor cuando tiene control y la peor cuando carece de él. Para lograr el control y para transitar esta situación desconocida necesitamos esos carteles, recordatorios de que tenemos herramientas para poder transitarla. Esas herramientas son nuestras prácticas y las tonaditas de Padre Swami.

No siempre nos damos cuenta de que estamos perdiendo una oportunidad de practicar, y a veces, nos damos cuenta pero no queremos hacerlo. Por un lado sería bueno que las prácticas sean una costumbre. Significaría que las hacemos siempre. Pero también es cuestión de prestar atención y eso implica varios aspectos. Por lo tanto, no es solo costumbre, sino, sobre todo, estar atento. Y sobre todo el hecho de que, además de estar atentos, además de estar dispuestos a practicar, hay que confiar. Confiar en que esas prácticas nos conducen por la ruta de la realización. Cuando todo está bien es fácil, pero cuando las cosas no están bien, confiar es tal vez la tarea más difícil.

Confiar no significa: “Todo está mal pero está bien”. Confiar significa saber que la práctica es el camino y la herramienta. Las profecías tienden a realizarse cuando hay un fuerte deseo que las impulsa. Del mismo modo que el miedo tiende a provocar que se produzca lo que se teme, la confianza permite realizar tareas difíciles en momentos difíciles y no quedar paralizado por la angustia.

La historia del Diluvio es conocida. Dios decidió destruir el mal sobre la tierra pero no la vida y para preservarla le ordena a Noé que construya un arca. Le da indicaciones precisas sobre su construcción y sobre quiénes deben entrar en ella. Lo curioso de esta historia es que la palabra usada para designar el arca es tevah, que no significa nave, sino palabra. O sea, la vida se salvó porque entró en una palabra.

Y es esa palabra, la palabra de Dios la que integra y unifica. Es su nombre, su recuerdo el que nos integra. Integrar significa completar un todo con las partes que le faltan.

Swami Pareshanandaji cuando explicó el Aforismo 1 de los Nárada Bhakti Sutras dijo: Sri Ramakrishna dijo: "Ciertamente, Dios está en todos los seres. ¿Quién es entonces un devoto? Aquél cuya mente mora en Dios." ¿Cómo lograr esto?

Dios “es un sendero sin ansiedad”, o sea, tarde o temprano, a menor o a mayor plazo, lo vamos a lograr. Es parte de nuestro destino. Es lo que nos da el puntapié inicial y es la meta. De vida en vida y en todas las vidas que es toda la vida, Dios está en nosotros y nosotros en Él. Simplemente, hay un momento, en alguna parte del trayecto en el que tomamos conciencia de lo que somos y comenzamos a transitar el camino espiritual con mayor o menor empeño.

Me parece que a esto se refería Swami Vivekananda cuando dijo que si Dios le habló a un hombre en el desierto, hace más de dos mil años, también puede hablarnos hoy, de otra manera. Y exhortó: Vayan hacia Dios, sea por el camino que sea, sólo vayan pero en el camino no derriben a nadie.

Jay Thakur



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