El verdadero Maestro
La luna llena del gurú, el Guru Purnima, ocurrió esta semana, días atrás. Si es difícil el rol de un maestro, el del maestro espiritual, del Gurú, lo es aún más. ¿Qué es lo que se enseña o se aprende en este camino, en el que la meta, es conocerse a uno mismo?
Es inevitable, casi, citar las palabras de Swami Vivekananda sobre qué es un Gurú: “Un verdadero Gurú -dice- es alguien que nace cada tanto como un repositorio de fuerza espiritual que se va transmitiendo a futuras generaciones a través de sucesivos eslabones de Gurú y discípulo. La corriente de esta fuerza-espíritu cambia su curso de tiempo en tiempo, como una corriente poderosa de agua abre un nuevo canal y deja el viejo curso para siempre.
Así es como vemos que viejas sectas religiosas van perdiendo vitalidad en el curso del tiempo y nuevas corrientes se levantan con el fuego de la vida en su interior. Los hombres verdaderamente sabios se entregan por completo a la misericordia de esta corriente particular a través de la cual fluye la fuerza de la vida.”
Swamiji fue testigo de un momento así y discípulo de un maestro así: el advenimiento de Sri Ramakrishna Paramahamsa fue toda una renovación para la tradición del Vedanta.
En su conferencia My Master, Mi Maestro, Swami Vivekananda dice que, en la India, “El padre y la madre nos dan nuestro cuerpo, pero el maestro nos muestra el camino de la salvación. Somos sus hijos, pertenecemos a la dinastía espiritual del maestro.”
Pero resulta que, aclara Swamiji, lo que caracteriza a la religión de la India es la idea de realización: “El hombre debe realizar a Dios, sentir a Dios, mirar a Dios, hablarle a Dios. Eso es religión. […] Dicen que existe la realización incluso en esta vida y que es accesible a todos y que la religión comienza cuando uno estrena esta facultad, si puedo llamarla así.”
Y continúa: “Tenemos que sentir a Dios para estar convencidos de que hay un Dios. Nada más que nuestras percepciones pueden hacer que estas cosas sean reales para nosotros.”
Para eso es, indispensable, un Maestro, un Guru y que tenga una condición: “El único maestro verdadero –dirá- es aquel que puede inmediatamente descender al nivel del alumno y traspasa su alma al alma del alumno y ve a través de sus ojos y oye por sus oídos y entiende a través de su mente. Ese es el maestro que puede enseñar de verdad y no otro.”
En palabras de Swamiji: “La única cosa necesaria es que nos despojen de nuestras vanidades – el sentimiento de que poseemos alguna sabiduría espiritual- y rendirnos completamente a la guía de nuestro Gurú. Solamente el Gurú sabe lo que nos llevará a la perfección. Somos totalmente ciegos a eso. No sabemos nada. Esa clase de humildad abrirá la puerta de nuestro corazón a las verdades espirituales. La verdad no entrará nunca en nuestra mente mientras permanezca en ella la más mínima sombra de Ahamkara (el egotismo, egocentrismo o narcisismo). Todos deberían intentar arrancar a ese demonio del corazón. La rendición completa de uno mismo es el único camino a la iluminación espiritual.”
Por último, habla de su Maestro: “Su enseñanza y su prédica eran particulares, nunca se atribuyó la posición de un maestro.[…]Todos los hindúes acuden a presentar sus respetos a un maestro extraordinario, se amontonan a su alrededor. Y aquí había un maestro así, pero el maestro no tenía idea si merecía respeto o no, […] pensaba que era la Madre la que hacía todo, no él. Siempre decía: “Si algo bueno sale de mis labios, es la Madre la que habla; ¿qué tengo que ver yo con eso?.” […] Este hombre no buscaba a nadie. Sus principios eran: primero forma el carácter, luego consigue la espiritualidad y los resultados vendrán solos. Su ejemplo favorito era:´Cuando el loto se abre, las abejas vienen por su propia cuenta a buscar la miel, así que dejen que el loto de su carácter florezca y los resultados aparecerán.´ Esta es una gran lección para aprender.”
Entre estas ideas, la rendición absoluta del discípulo y la descripción de las palabras del Maestro, hay una profunda correspondencia: Thakur fue el primero que se rendía completamente a la Madre y, en esa completa rendición, fue el más verdadero de los maestros. Nuestro Maestro.
Los textos de Swami Vivekananda son fragmentos de Obras completas, Notas de conferencias y discursos y de My Master.
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