miércoles, 12 de marzo de 2025

Artículos : CCV : Profesora Leonor Bakún : Thakur y el papel de la mujer

 






CCV-Thakur y el papel de la mujer

Leonor Bakún

Thakur consideraba de la misma manera a la Madre Divina Kali, a su madre Chandra Devi y a su consorte Sarada Devi y exigía que la mujer fuese respetada y cuidada ya que  todas las mujeres son imágenes de la Madre Universal. La Santa Madre, Sri Sarada Devi, decía: "Sri Ramakrishna, consideraba a todas las criaturas como manifestaciones de la Divina Madre. Él me dejó para dar expresión a esa Maternidad". Este reconocimiento dejó, luego de su partida, a la Santa Madre como guía espiritual, no sólo de devotos hogareños sino de más de uno de los discípulos monásticos. Si bien Thakur le dio instrucciones específicas sobre cómo llevar su tarea de despertar la vida espiritual de innumerables personas, Ella ya lo tenía todo en sí misma.

Descubrir una Encarnación Divina no es poca cosa. Tener esperanza y confianza porque no estamos solos, porque está la Madre que se quedó para hacer el trabajo que le encargó que hiciera: cuidarnos, guiarnos, conducirnos, es el principio.

Thakur, hablando de Sri Sarada Devi, le dice a Golap Ma, quien estuvo, como una sombra, al lado de la Santa Madre hasta el último momento: “Tú sabes muy bien que nosotros somos dos aspectos de lo Único.” O sea, decir: no estoy solo, tengo una Madre, es acudir a esos dos aspectos de lo Único. 

Como dice Padre Swami Pareshanandaji en su poema (cito partes):

En la capilla de cada corazón

 mora Nuestra Señora!

Cada mujer merece todo honor

porque simboliza Aquella Señora!

¡En la feminidad debes sentir

la pura presencia de Ella!

¡Ramakrishna ya la llama como Ma Kali!

Vestirse de mujer es algo que Thakur hacía ya en Kamarpukur, en la casa de sus padres. Recordemos aquí la deliciosa historia que relata Swami Saradananda en el Lila prasanga: Sitanath Pain, era un rico comerciante que vivía en Kamarpukur. Su familia era numerosa y además varios de los parientes lejanos de Sitanath vivían cerca de su casa. La zona de Kamarpukur donde vivía la familia de Sitanath, el Barrio de los Comerciantes, lindaba con la casa de Kshudiram, padre de Gadadhar (Sri Ramakrishna de niño), y muchas de las mujeres de esta familia visitaban frecuentemente a Chandradevi, la madre de Gadadhar. De esta forma conocieron a Gadadhar y a veces, lo llevaban a su casa y le pedían que se pusiera ropa de mujer e hiciera una representación teatral. Parece que lo hacían porque a algunas de sus parientes les estaba prohibido visitar otra casa que no fuera la de Sitanath debido al sistema de purdah (sistema por el que se recluía a las mujeres en las habitaciones interiores) y por lo tanto, no tenían oportunidad de escuchar las lecturas y cantos de Gadadhar. Así es como algunas mujeres que no podían visitar a Chandra, se volvieron devotas de Gadadhar.

Sitanath, cabeza de familia, tenía un gran cariño por Gadadhar. Otros hombres del Barrio de los Comerciantes también conocían las nobles cualidades de Gadadhar, por eso no se oponían a que sus mujeres escucharan su kirtan. Sólo Durgadas Pyne se oponía. A pesar de querer a Gadadhar, era inflexible con el sistema de purdah al que las mujeres de su casa estaban sometidas y se jactaba, frente a Sitanath y otros parientes, de que jamás algún desconocido había visto a las mujeres de su casa, ni nadie podía saber nada de ellas. Durgadas menospreciaba a Sitanath y a los otros porque no estaban de acuerdo con el estricto cumplimiento del purdah, como lo estaba él.

Un día Gadadhar le dijo a Durgadas: “¿Puede protegerse a las mujeres por medio del purdah? Sólo se las puede proteger por medio de enseñanzas elevadas y devoción a Dios. Si quiero puedo visitar a las mujeres de tu casa y saber todo sobre ellas”. Durgadas lo desafió arrogantemente diciendo: “Me gustaría ver cómo lo vas a hacer”. “Bueno, ya vas a ver” —respondió Gadadhar, y se marchó.

Una tarde, cierto tiempo después, sin decírselo a nadie, Gadadhar se vistió como una pobre tejedora, poniéndose un sari sucio, brazaletes de plata y otras joyas. Justo antes del anochecer se dirigió a la casa de Durgadas por el camino del mercado, con una canasta en su cintura y un velo cubriendo su rostro. Durgadas estaba con sus amigos. Así disfrazado, Gadadhar se presentó como una tejedora desamparada que había venido de una aldea lejana a vender hilos en el mercado, pero que desafortunadamente había sido relegada por sus compañeras. Le pidió que le diera refugio por esa noche. Durgadas le hizo unas preguntas y quedó satisfecho con las respuestas. Entonces dijo: “Está bien, ve adentro y pide a las mujeres que te den una habitación”.

Gadadhar se inclinó ante él, agradecido, y entró al recinto de las mujeres. Se presentó ante ellas como una tejedora y las cautivó con sus modos y su conversación. Complacidas con las dulces palabras de su joven huésped, las mujeres arreglaron una habitación para él y le sirvieron un refrigerio con arroz inflado y dulces. Mientras comía, observaba detenidamente el recinto de las mujeres y reparaba en sus conversaciones. También habló con ellas y les hizo algunas preguntas. Así pasó todo el anochecer.

Como se hizo tarde y Gadadhar no había vuelto a su casa, Chandra envió a Rameswar, (el hermano de Gagadhar) a buscarlo al Barrio de los Comerciantes, sabiendo que generalmente iba allí. Rameswar primero fue a la casa de Sitanath y se enteró de que no estaba allí. Al pasar por la casa de Durgadas, gritó fuertemente el nombre de Gadadhar. Al escuchar la voz de su hermano, Gadadhar comprendió que ya era tarde, y le gritó desde las habitaciones interiores: “¡Hermano, ya voy!”, y corrió hacia él. Durgadas comprendió que Gadadhar lo había burlado a él y a su familia. Al principio se sintió nervioso y enojado, pero luego se rió apreciando la maravillosa representación de Gadadhar. Desde ese entonces, cuando Gadadhar visitaba la casa de Sitanath, las mujeres de la familia de Durgadas también iban a verlo.

Como dijo Swamiji: “Es el carácter lo que confiere fuerza a una verdad; el amor lo que le comunica eficacia, la concentración detrás de una palabra lo que le da su fuerza y constituye todo su poder. Una simple palabra pronunciada por una mente en la cual las palabras son el fruto del pensamiento, tiene un efecto inmediato, mientras que la misma palabra, si proviene de una mente inconsistente, pasa desapercibida.”

Todas las cosas están en la mente. La libertad y la esclavitud están en la mente. Pueden colorear la mente con el color que quieran. Es como un pedazo de género blanco y limpio, que si lo sumergen en tintura roja, se pondrá rojo, en azul, azul será, si la tintura es verde, se volverá verde y así con cualquier otro color. Por eso le dice a Durgadas que el purdah no es la protección adecuada. Como dirá a sus discípulos: “La tortuga se mueve en el agua en busca de alimento; ¿dónde creen que está su mente? En la orilla, donde ha puesto sus huevos. De la misma manera pueden transitar por el mundo, pero cuidando de que la mente se apoye siempre en los benditos pies del Señor."



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