Swamiji y la vida espiritual
Leonor Bakún
Hay algunos conceptos que Swamiji suele señalar como importantes y necesarios para la vida espiritual. Entre ellos se encuentran: tener fe en sí mismo, conocimiento, servicio, sacrificio, liberarse del miedo, superar las limitaciones y tener paz en cualquier situación que uno se encuentre.
Así enumerados, lo menos que uno puede decir es que se trata de una tarea poco sencilla.
Swami Pareshananda dijo que “Swami Vivekananda encontró la verdadera solución a todos los problemas de la vida humana en la realización de la base que subyace en toda la aparente diversidad: "Si van bajo la superficie, dijo Swamiji, encontrarán esa Unidad entre hombre y hombre, entre raza y raza, alto y bajo, rico y pobre, dioses y hombres, hombres y animales. Si van lo suficientemente hondo, todo será visto sólo como variaciones del Uno, y aquél que ha alcanzado este concepto de Unidad no tiene más ilusiones. ¿Qué puede engañarlo? Conoce la realidad de todo, el secreto de todo. ¿Dónde más hay miseria para él? ¿Qué es lo que desea? Ha seguido el rastro de la realidad de todo hasta el Señor, el Centro, la Unidad de todo, que es Eterna Existencia, Eterno Conocimiento, Eterna Dicha" (C. W.: II. 15 3-154).
En el Raya Yoga Swamiji dice: “El fin y la meta de la ciencia es encontrar la unidad, el Uno del cual la multiplicidad se elabora, ese Uno que aparece como los “muchos”. El raya yoga propone comenzar con el mundo interior, estudiar la naturaleza interna y por medio de ella controlar el todo: la naturaleza interna y externa.”
¿Qué buscamos? El Vivekachudamoni advierte: “La flecha disparada hacia algo que pensamos que era un tigre, no se detiene cuando uno se percata de que es una vaca, sino que perfora el blanco.” Tal vez buscamos dejar de disparar flechas equivocadas, dejar de perforar lo que no queríamos siquiera lastimar.
El 20 de mayo de 1995, Shivamai dio un programa de Shakti Yoga. Ahí dijo: “Cuando queremos ir hacia la unidad nos quedamos atrapados en las diferencias, nos quedamos atrapados en las formas y así pasamos la vida y no nos damos cuenta de que todo lo que se titule diferencia nos trae sufrimiento. Las diferencias existen, porque cada envase es diferente, pero eso que mora dentro del corazón del universo y en el corazón de cada uno de ustedes, ahí no hay diferencia y eso es lo que realmente somos. Eso es lo que mora en nuestro interior y ese es el punto de unidad. Tenemos que ir más allá de las diferencias.”
Pero para eso, el primer paso es mirar en nuestro interior. Swami Vivekananda decía “sé cómo la perla de la ostra” y relataba una fábula hindú que asegura que si llueve cuando la estrella Svati se halla en el ascendente y una gota de lluvia cae en una ostra, esa gota se convierte en una perla. Las ostras saben esto, de modo que suben a la superficie cuando brilla esa estrella, esperando atrapar esa preciosa gota de lluvia. Cuando una gota cae en ellas, rápidamente las ostras cierran sus valvas y se zambullen hasta el fondo del mar y allí, pacientemente, transforman la gota en perla. Debiéramos ser así. Primero oir, después comprender y luego, dejando de lado toda distracción, cerrar nuestras mentes a las influencias exteriores y dedicarnos a desarrollar nuestra verdad interior.”
En Raya Yoga Swamiji afirma que “la mente adiestrada tiene el poder reflexivo de contemplar y reflexionar acerca de sus más íntimas profundidades. Este poder reflexivo es el que el yogui quiere alcanzar: concentrando los poderes de la mente y volviéndolos al interior busca saber qué es lo que pasa en lo íntimo de sí mismo.”
Y continúa Swamiji: “Sin ello nada se puede realizar. El noventa por ciento de la fuerza de un pensamiento, el ser humano la pierde. De ese modo está constantemente emitiendo necedades o cometiendo errores. El hombre o la mente bien adiestrada no comete equivocaciones. Cuando la mente está concentrada e inmersa en sí misma, nuestro interior es nuestro servidor, no nuestro dueño. Los griegos aplicaron su concentración al mundo exterior y el resultado fue la perfección en el arte, la literatura. Los hindúes se concentraron en el mundo interior, en los reinos invisibles del Yo y desarrollaron la ciencia del yoga. El yoga controla los sentidos, la voluntad y la mente. El beneficio de este estudio es aprender a controlarse en vez de ser controlado.”
Swami Vivekananda dijo que “la ayuda más grande para la vida espiritual es la meditación. En la meditación quitamos de nosotros mismos todas las condiciones materiales, y sentimos nuestra naturaleza divina. Durante la práctica de la meditación no dependemos de ninguna ayuda externa. El toque del alma puede pintar con los colores más brillantes aún los sitios más oscuros y sucios; puede impregnar el objeto más repugnante con fragancia; puede transformar en algo divino, hasta la maldad y toda enemistad y egoísmo queda disuelto. ¿Cómo puede obtenerse? De una docena de maneras distintas. Cada temperamento tiene su propia manera. Pero éste es el principio general, apodérense de su mente. La mente es como un lago, y cada piedra que cae en él forma olas. Estas olas no nos permiten ver lo que somos. La luna llena se refleja en las aguas del lago pero la superficie está tan revuelta que no vemos su reflejo con claridad. Dejen que se aquiete. No dejen que la naturaleza levante olas. Manténganse calmos y después de un rato se les entregará. Entonces sabremos lo que somos. Las olas pueden ser detenidas con el poder de la meditación. (IV. 248)” La meditación es el poder que nos permite resistir todo.
Swami Pareshananda dijo: “Cualquier obstáculo para poseer el objeto de goce produce ira, y una mente enojada se torna confusa. Una mente confundida no puede recordar las experiencias ganadas previamente, se vuelve nublada. De ese modo no puede discriminar, y actúa en forma irracional e impulsiva. Se vuelve moralmente degradada.
Vemos entonces que la degradación moral del pensamiento es la raíz de todos los males. Viene a la mente muy suave y casi inconscientemente. ¿Cómo reconocer e impedir esto? Estando alerta, prestando la atención adecuada.”
En su clase del 31 de octubre Padre Swami dijo: “La práctica consiste en mantener por todos los medios posibles el estado puro de la mente. La mente corre continuamente hacia afuera en la forma de olas como distintas modificaciones mentales. Debe haber esfuerzos mentales y repetidos. Vigilancia eterna es el precio de la libertad.”
Y así, volvemos al principio: sabemos cómo aspirantes a la vida espiritual que tener fe en sí mismo, conocimiento, servicio, sacrificio, liberarse del miedo, superar las limitaciones y tener paz en cualquier situación que uno se encuentre son fundamentales para lograr nuestro objetivo. Cómo lograrlo va a depender del recorrido que hagamos, de la constancia, de la gracia, de la compañía santa del Gurú y sobre todas la cosas de si realmente queremos hacerlo. Como diría Padre Swami: ¿cuál es su situación?
Jay Thakur, Jay Ma!
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