Artículos : CCV : Profesora Leonor Bakún : La ambrosía divina de Sri Ramakrishna

 

Bhagavan Sri Sankaracharya

La ambrosía divina de Sri Ramakrishna 

Conferencia de Swami Pareshananda 

en Programas de la Fraternidad RA-SA-VI; Grupo Sri Ramakrishna (Mar del Plata): Zoom 15.2.24 (transcripción y edición: Leonor Bakún)

Ahora elaboraremos el tema del Avatara, de la Encarnación Divina. Es un juego divino, el Avataralila. Los hindúes, por Vedanta, respetan mucho a Bhagavan Sri Krishna, una Encarnación Divina muy admirada, muy venerada, muy respetada por todos los hindúes. Los devotos de Sri Krishna van a decir que otras encarnaciones divinas son una parte parcial, que Krishna es Dios mismo. En realidad, es la misma Divinidad que se personifica. Nosotros debemos mantener este punto, que es Dios mismo, la Divinidad, la Conciencia, Satchidananda mismo se personifica. Es un juego divino, no tiene un motivo para ganar o perder.

Sri Krishna dijo en el Bhagavad Gita en unos versos muy conocidos: 

“yadâ yadâ hi dharmasya glânir bhavati bhârata;

abhyutthânam adharmasya tadâtmânam srijâmyaham.

paritrânâya sâdhunâm vinâshâya cha dushkritâm;

dharma samsthâpanârthâya sambhavâmi yuge yuge.”

Directamente Sri Krishna está diciendo que: “Toda vez que declina la religión (la rectitud) y prevalece la irreligión, Me encarno de nuevo. Para proteger a los buenos, destruir a los malos y establecer la eterna religión, me encarno en distintas épocas.” (B.G: IV.7-8)

Estaba pensando que Thakur, en cierto contexto, dio este muy buen ejemplo: una misma sustancia a veces es hielo, a veces agua y a veces puede ser vapor. Es una misma sustancia, nosotros decimos es monóxido de hidrógeno, se condensó y se volvió hielo, en su forma líquida es agua y después vapor. De la misma manera que la Conciencia Divina toma forma. Este es el juego divino. Por qué Dios hace mil cosas, grandes, chiquitas, no podemos entender. El punto es que una misma sustancia tiene varios estados. Alguien está viendo estados, pero continúa la misma sustancia. Lo mismo ocurre con la Conciencia cuando está encarnándose.

Nosotros decimos ‘Encarnación’ pero lo que continúa es la Conciencia indivisa, Satchidananda, la Existencia Absoluta, la Conciencia Absoluta y la Dicha Absoluta. Esto es Dios, la Divinidad. Estrictamente hablando, la personificación de lo Supremo no es real. Es por el indescriptible poder del Señor que Él parece haber nacido.

Bhagavan Sri Sankaracharya, gran vedantista, explica en su comentario introductorio del Srimad Bhagavad Gita (le da el status de Upanishad, de escritura vedántica): "El Señor, el eterno poseedor de conocimiento, soberanía, poder, fuerza, energía y vigor, pone bajo su control a Maya, la naturaleza primordial caracterizada por tres gunas, la cual pertenece al Señor como Vishnu, el Señor Todoabarcante. Y luego, a través de esta Maya, es visto como habiendo nacido, como si estuviera dotado de un cuerpo, y como si mostrara compasión al hombre; pues, Él es en realidad no-nacido, inmutable, el Señor de todos los seres creados, y por naturaleza eterno, puro, iluminado y libre” 

Vean qué interesante lo que dice Bhagavan Shankaracharya: Dios tiene esos seis tesoros: conocimiento, soberanía, poder, fuerza, energía y vigor, si Usted va a manifestar esos tesoros Usted va a ser Dios mismo. También señala ‘como si’ (Dios hubiera nacido y tuviese un cuerpo).

Los devotos de Sri Ramakrishna decían que Él era la Encarnación de Bhagavan Vishnu. Dios tiene tres maneras de manifestarse: el Dios que sostiene todo es Bhagavan Vishnu, el que crea todo es Brahman y el que destruye todo es Maheshwara. Es la misma divinidad. Es Bhagavan Vishnu el que dice que cada vez que la humanidad lo necesita, Él se encarna. Es lo que dice Bhagavan Sri Krishna: “yadâ yadâ hi dharmasya glânir bhavati bhârata; abhyutthânam adharmasya tadâtmânam srijâmyaham. “Toda vez que declina la religión (la rectitud) y prevalece la irreligión, Me encarno de nuevo. Para proteger a los buenos, destruir a los malos y establecer la eterna religión, me encarno en distintas épocas” Directamente: sambhavâmi yuge yuge”

- Profesora Leonor Bakún