Amor divino y desarrollo espiritual
Conferencia de Swami Pareshananda
en Programas de la Fraternidad RA-SA-VI; Grupo Sri Ramakrishna (Mar del Plata): Zoom 27.4.23 (transcripción y edición: Leonor Bakún)
Vimos que el sabio Sukadeva dijo al Rey Pariksit acerca de la verdadera naturaleza de la divinidad: “El Ser Supremo, quien es incambiable, inmensurable, indivisible, trascendiendo la materia, pero regulando su curso, adopta una individualidad (Sri Krishna, Bhagavan Chaitanya, Jesús), solo para conceder la salvación a los seres vivos.” Este es el motivo de Dios. Cuando Ramakrishna, en Cossipore, dejó su cuerpo, la Santa Madre lloraba amargamente y se lamentaba diciendo: “Oh, mi Madre Kali, ¿adónde se fue?”. La Santa Madre, continuamente, consideraba a Sri Ramakrishna como la personificación de la Madre Kali.
Esta comprensión hacia su objeto de amor, en el caso de la Divinidad, es necesario que esté muy presente, muy consciente. Nárada utilizó la palabra jaara para decir que si un ser humano está desprovisto del conocimiento de la verdadera naturaleza de la divinidad, si no tiene esa comprensión de que está jugando, bromeando, hasta bailando con Krishna, Rama, Ramakrisna, Jesús, Dios mismo, ¿cuál sería su situación?, esto sería jaara, concubinato. Dice: “Desprovisto del conocimiento de la divina gloria, ese amor de las lecheras habría sido similar a la baja pasión de los amantes ilegales.” Así, es muy importante que, cuando se está adorando a la Divinidad en la forma de personificación divina, mantener siempre esa conciencia, esa comprensión de que es Dios mismo, y sin esto el intento espiritual se vuelve casi inútil. Y continúa: “En aquel amor ilícito, en la felicidad de uno, la del otro no existe. El verdadero amor está por encima de todo egoísmo. En tal amor, el amante siempre busca la felicidad de su Bienamado”.
Esto es muy importante. En el caso de las lecheras dice Nárada: na asti tat sukha (felicidad) sukhtitwam, la felicidad de Dios es mi felicidad. Esa es la diferencia entre amor común y amor divino. Las lecheras amaban a Krishna como Dios mismo, no tenían ninguna expectativa. Debemos entender por qué estamos tratando de amar a Dios, si estamos esperando alguna recompensa por amar a Dios. Eso es muy personal, cada uno sabe en su interior cuál es su situación. Uno puede decidir amar a Dios, eso es un progreso. Otro puede tener otras prioridades, mejorar su situación, su familia, salud, etc., esos son un poco negocios que hace el ego no maduro, como lo llamaba Ramakrishna, kachaami.
- (Profesora Leonor Bakún)
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