miércoles, 15 de septiembre de 2021

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SWAMI AKHANDANANDA

Parte del contenido de este artículo fue publicado anteriormente.

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Gangadhar (Gangopadhyay) Ghatak nació el 30 de septiembre de 1864, en el área de Ahiritola en Calcuta, en una respetable familia brahmín. Su padre era Srimanta Ghatak y su madre, Vamasundari Devi. Ya desde niño mostró signos de fuerte desprendimiento de la vida mundana. Una vez su madre puso una cadena de oro alrededor de su cuello, pero Gangadhar no perdió tiempo en sacársela, para consternación de su madre. Después de ser investido con el hilo sagrado, comenzó a seguir una vida muy austera. Se bañaba cuatro veces al día antes de sentarse para sus prácticas, tal como prescriben las escrituras. Él mismo cocinaba su comida simple una vez al día y practicaba un completo desprecio por la comodidad física. Su manera de pensar era profundamente religiosa y sus hábitos muy ortodoxos. Leía el Gita y otras escrituras, además de practicar meditación en forma regular. Así era su vida cuando entró en contacto con Sri Ramakrishna, en Dakshineswar, adonde fue a visitarlo con su amigo Harinath (Swami Turiyananda). Gangadhar había visto al Maestro a temprana edad, en la casa de su vecino Dinanath Bose. Ramakrishna le presentó a Narendranath Dutta (Swami Vivekananda). Gangadhar, al conocer a Narendra quedó  fascinado por su personalidad. Desarrolló un profundo respeto por él y se convirtió en su seguidor, cosa que más tarde lo llevó a tomar el servicio como el trabajo principal sobre las prácticas espirituales. Sri Ramakrishna y Swami Vivekananda con cariño solían llamarlo 'Ganges'. 

Sobre este punto cuenta Swami Vijoyananda en Sri Ramakrishna, Dios hombre que “Un día en 1884, Thakur entró en samadhi. Después, bajando un poco de ese elevado estado, empezó a decir: “¿Compasión a todos... compasión a todos? Tonto, tú que eres un gusanito ¿te atreves a hablar de tener compasión? ¿Quién eres tú para tener compasión para con todos los seres? No, no. Compasión por los seres, no. Debes servir a todos considerándolos como Dios.” Esas palabras dichas desde un elevadísimo plano de conciencia maravillaron a sus discípulos.” Narendra se comprometió a poner en práctica esta enseñanza de Thakur. Y para esto necesitaba un ayudante fiel. Incluso cuando algunos de los otros hermanos-discípulos de Swami Vivekananda no estaban plenamente convencidos, Swami Akhandananda lo aceptó  y comenzó a trabajar entre los pobres y los analfabetos en un espíritu de adoración. Cuando empezó a cuidar a niños huérfanos en Mahula 'su estado de ánimo era tal que, cuando veía a un niño sucio, mal alimentado en la calle, lo llevaba al Ashrama, y con todo cariño, le quitaba la suciedad y el polvo de su cuerpo y mientras lo hacía, recitaba con profundo sentimiento la Purusha Sukta como se hace al bañar a Narayana: "Dios con miles de cabezas, ojos y pies, que cubre todo el universo ′′

Swami Vivekananda definió la misión de la Orden de Ramakrishna: "Realizar y combinar los ideales más elevados de Oriente y Occidente" y por primera vez en la historia de India encontramos constituida una orden de monjes cuyo esfuerzo principal se dirigió hacia la evolución de nuevas formas de deber cívico. En cuanto a los planes del Swami parece que esos trabajos deberían ocupar, dentro de la educación espiritual, el lugar de los ejercicios devocionales. El Swami consideró el trabajo y el servicio a la humanidad como aptos para alcanzar la misma meta. Se supone que la 'purificación del corazón' quema el egoísmo. Adoración es lo opuesto de utilitarismo; y servir y dar es también lo opuesto. Es así como él santificaba el acto de ayudar al prójimo. Cuidar a los enfermos y alimentar a los pobres habían sido, desde el comienzo, las características de la Orden de Sri Ramakrishna. Cuando Swami Vivekananda regresó de Occidente, esta actividad tuvo un nuevo auge. El monasterio enviaba sus monjes a prestar socorro en las zonas azotadas por hambrunas; a dirigir los trabajos sanitarios en una aldea o a cuidar a los enfermos y moribundos en un lugar de peregrinación. Así fue como Swami Akhandananda fundó un orfelinato y una escuela industrial en Murshidabad. 

Al respecto Swami Pareshananda en el programa El servicio. Yo y los otros. Interacción dijo: “Ramakrishna declaró: “Servir a Dios es servir al hombre” Y de la misma forma, Jesús dijo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Así, cuando el amor se hace presente en la acción sentimos un gusto por hacerla y de esa manera, por ese gustar, brota el espíritu de olvidarse de sí mismo, aflora, nace el darse, darse al otro. En ese momento el practicante está realizando una acción y una adoración. Esta es la primera etapa, trabajo y adoración. La segunda etapa es cuando se hace el trabajo como adoración. La tercera es cuando el trabajo mismo es una adoración.”

Durante sus visitas a Dakshineswar, Gangadhar recibió instrucciones sobre meditación. Cuando comenzó a visitarlo, iba por la tarde, practicaba disciplinas espirituales bajo la dirección de Sri Ramakrishna, y volvía a su casa a la mañana siguiente. Quería mantener el  hábito de cocinar su propia comida simple. Pero un día Sri Ramakrishna le pidió que se quedara y participara en el prasad de la Madre Kali. Le dijo a Gangadhar que el prasad de la Madre Kali era la comida más pura del mundo y que no debería dudar en participar. Gangadhar así lo hizo.

Swami Akhandananda contó que fue a Dakshineswar durante el verano de 1883 para  conocer a Sri Ramakrishna. Relata (cito): “tenía unos dieciséis años. Swami Advaitanda era la única persona que vivía con él entonces, y también estaba en la habitación cuando llegué. El Maestro me hizo sentarme a su lado, y lo primero que me preguntó fue: ′′¿Alguna vez me has visto antes?" ′′Sí," respondí: ′′Te vi una vez en la casa de Dinanath Bose, un discípulo de Keshab Chandra Sen cuando era muy joven". Sri Ramakrishna sonrió, y volviéndose hacia  Swami Advaitananda dijo: ′′¡Escucha esto, Gopal! Dice que me conoció una vez en la primera infancia, este pequeño tuvo una infancia temprana.” El Maestro me pidió que me quedara por la noche y así lo hice Cuando el sol estaba cayendo, me pidió que fuera al  Panchavati después de saludar en los templos de Kali y Vishnu. Más tarde, por la tarde, mientras caminaba de vuelta a la habitación de Sri Ramakrishna, pude oír el sonido de la música mientras reverberaba el sonar de las campanas vespertinas. La habitación del Maestro era oscura, y había un olor encantador a incienso ardiendo. Estaba sentado en su catre, casi invisible, y sin ninguna conciencia exterior. Cuando estaba a punto de irme a Calcuta a la mañana siguiente, me pidió con una sonrisa que volviera el sábado siguiente.”

Gangadhar iba con frecuencia a Dakshineswar. Luego de la muerte de Thakur, cuando sus hermanos discípulos comenzaron a vivir como monjes en el Monasterio de Baranagore, se mantuvo en contacto frecuente con ellos, particularmente con Narendra Nath a quien quería muchísimo. Ardía en su interior el ideal de llevar la vida libre del monje errante y en febrero de 1887, inició una larga peregrinación, vagando por el norte de la India. Como mendicante errante, escaló las colinas y montañas del Himalaya y visitó muchos lugares. Sus vagabundeos lo llevaron al Tíbet más de una vez. Mantuvo una frecuente correspondencia con Swami Vivekananda, quien se encontraba entonces en Ghazipur. Luego volvió al monasterio de Baranagore y tomó los votos monásticos en julio de 1890. Fue nombrado Swami Akhandananda, lo que significa alegría inagotable. Después de esto, viajó con Swami Vivekananda y visitó muchas partes del norte de la India y algunos lugares de los Himalayas.

Fue probablemente en la segunda semana de noviembre 1890 que Swami Vivekananda llegó a Meerut. En la Vida de Swami Vivekananda por sus discípulos de Oriente y Occidente encontramos el siguiente relato: “El Swami había estado enfermo y en Meerut recuperó gradualmente sus fuerzas. Estando en la casa-jardín de Sattjit, Akhandananda les presentó un amigo suyo, un caballero afgano, refugiado y pariente del Amir Abdar Rahaman de Afghanistan. Este señor fue el primero de un gran número de personas que llegaron a ver al Swami. La casa de Meerut parecía una réplica en miniatura del monasterio de Baranagore. Estaban los Swamis Brahmananda, Akhandananda, Turiyananda, Saradananda, Vaikuntha y luego llegó Advaitananda. El Swami se encontraba totalmente restablecido y lleno de vigor físico. Diariamente les leía, interpretaba y explicaba los clásicos en sánscrito. Cantaban en coro y realizaban prácticas devocionales y meditación, tal como  lo habían hecho en Baranagore. Al caer la tarde iban a presenciar la revista de tropas y los ejercicios de los soldados. Fue éste uno de los períodos más felices de sus vidas. 

Con el deseo de dedicar algún tiempo a leer, el Swami pidió a Akhandananda que le consiguiera las obras de Sir John Lubbock en la biblioteca del lugar. Al día siguiente, como ya los había leído, los libros fueron devueltos. El bibliotecario dijo que era imposible que el Swami ya los hubiese leído. Entonces el Swami se presentó ante él y le dijo: “Señor, he leído a fondo toda la obra. Si tiene dudas, puede hacerme cualquier pregunta.” Después de unas pocas preguntas el bibliotecario, muy asombrado, reconoció su error. Más tarde Akhandananda le preguntó al Swami cómo lo había hecho y él le respondió: “Nunca leo un libro palabra por palabra. Leo frase por frase y a veces párrafo por párrafo en una especie de sistema caleidoscópico.” 

Cuando Swami Vivekananda partió para América, Swami Akandhananda se dedicó a impartir educación básica en Rajasthan, Khetri y Udaipur, y trató de procurar bienestar a los pobres. Durante su estancia en Rajasthan, Swami Akhandananda comenzó una escuela para los niños de los esclavos (llamada 'Gola') de los reyes de Khetri. Regresó al monasterio de Alambazar en 1895. Cuando Swami Vivekananda llegó a Calcuta en febrero de 1897, Swami Akhandananda participó entusiastamente en la recepción que se le hizo.

Después de unos días, cuando Swamiji partió para Darjeeling, Swami Akhandananda viajó hacia Murshidabad, donde a principios de 1897, mientras viajaba por el río Ganges, fue testigo de una horrible hambruna. Esto lo conmovió de tal manera que comenzó allí un trabajo de socorro y se encargó de servir a las personas famélicas distribuyendo raciones de arroz. Más tarde Swami Vivekananda envió más fondos y la operación de socorro se organizó a gran escala. Esta fue la primera operación de ayuda organizada por la Misión Ramakrishna. Fue un pionero en el trabajo de socorro de la Misión.

Akhandananda comenzó un orfanato en Mahula, cerca de Berhampore, el 31 de agosto de 1897, y luego estableció el primer Centro de Ramakrishna Math y Ramakrishna Mission en Mahula. Swami Akhandananda llevó a cabo con éxito labores de servicio. Como parte del programa de seguimiento del trabajo de socorro, comenzó un orfanato que se convirtió en una escuela completa en Sargachhi, en el distrito de Murshidabad. Sirvió a los niños huérfanos como manifestaciones de Dios.

En 1899, abrió un Ashrama en Shivnagar cerca de Sargachi que continuó durante 14 años. Estableció la Ramakrishna Mission en Sargachi, cuyas principales actividades fueron alimentar a pobres y enfermos, organizar un orfanato y desarrollar la educación. En 1899, abrió una escuela gratuita allí para hacer frente al problema del analfabetismo en la localidad. También se agregaron una sección de carpintería y tejido para revivir esas industrias de la aldea que perecen y hacer que los niños sean autosuficientes. El cultivo de algodón fue enseñado a las mujeres rurales para mejorar sus ingresos familiares. Dirigió además los trabajos de socorro en las graves inundaciones en el distrito de Bhagalpur de Bihar y durante el terremoto de Munger en Bihar en1934. 

Su vida monástica fue notable por sus actividades sin precedentes en el servicio, cuando  India se enfrentaba al golpe de calamidades naturales. Él trabajaba duro por naturaleza y había estudiado diversas materias. Pero el gran corazón era su sello distintivo. Inspiró a muchos jóvenes a tomar actividades de servicio como un camino hacia la realización espiritual.

Swami Purnabodhananda en un artículo publicado en página del Ramakrishna Ashrama de Argentina, relata  la siguiente historia. Cuenta que “Cuando Swami Vireswarananda era el Presidente del Advaita Ashrama, Swami Akhandananda, un discípulo directo de Thakur, una vez fue a un Centro del Advaita Ashrama, en Calcuta. Swami Akhandananda tenía una mente simple como la de un niño, incluso en la vejez,  con un profundo respeto y amor por Swamiji y una relación muy dulce con Swami Vireswarananda, el décimo Presidente y gurú de nuestro querido Padre Swamiji. En años posteriores, Swami Vireswarananda solía narrar amorosamente el siguiente incidente: “Una vez, cuando estaba en el Advaita Ashrama, Gangadhar Maharaj fue invitado durante algún tiempo a la residencia de una familia adinerada en Calcuta que era discípula de Swami Saradananda. Un día, un devoto que se quedó uno o dos días en el Advaita Ashrama, alimentó a los miembros monásticos con rasagollas y agua de coco verde durante la comida del mediodía. Cuando terminamos nuestras comidas, un monje llegó del Udbodhan y también compartió una parte de los dulces y cocos. Más tarde, se encontró con Gangadhar Maharaj y le dijo: "Maharaj, hoy hubo una fiesta suntuosa en el Advaita Ashrama. ¡Había un montón de rasagollas, y qué decir de agua de cocos verdes! ". Luego agregó:" ¡Maharaj, usted está aquí en Calcuta y hubo un gran banquete en el Advaita Ashrama, pero no lo invitaron! "

Al escuchar esto, el Swamiji dijo como un niño dolido, "¡Qué extraño! ¿Estoy aquí y Prabhu no me invitó? (Prabhu era el nombre premonástico de Swami Vireswaranandaji) ¡Espera, que venga! El monje volvió y me dijo: "He presentado una queja seria con Gangadhar Maharaj contra usted." Unos días después, fui a visitar a Gangadhar Maharaj. Le hice una reverencia y me senté a sus pies. Los nietos de la casa y unos pocos monjes, entre los cuales había uno que había denunciado en mi contra, estaban sentados allí, esperando ansiosamente a ver qué ocurriría. Gangadhar Maharaj se sentó muy grave, sin pronunciar una palabra. Yo también guardé silencio.

Al cabo de un rato, apuntándome con su dedo índice, dijo:" Tengo algo que decir en tu contra".

"Yo también tengo algo que decir en su contra", le contesté.

“¿Qué tienes que decir contra mí?” Preguntó Swami Akhandananda.

"Por favor, diga primero lo que tiene usted que decir. Después de escuchar su queja, hablaré sobre lo que tengo que decir”, sugerí.

"Entonces nombra a un juez", dijo Swami Akhandananda como un niño.

"Usted será el mejor juez", dije: "¿Cómo puedo ser juez cuando he presentado una acusación en tu contra?", exclamó Swami Akhandananda.

"Tengo fe en usted y en ningún otro aquí presente", le contesté. "Bien, que así sea", Swami Akhandananda concedió mi pedido.

"Luego mencionó su acusación: 'Tuviste un gran banquete allí y yo estaba tan cerca. Sin embargo, ¡no me invitaste!

"No fue realmente una gran fiesta, Maharaj", dije. Entonces le expliqué todo el asunto. Finalmente, agregué: "Este monje aquí presente ha reportado innecesariamente a usted en mi contra, y usted también ha expresado su queja sin verificar lo que realmente había sucedido. Swamiji había dictado esta regla: “Si alguien tiene la culpa, llámalo y habla con él; no le digas nada a nadie más". Pero, Maharaj, usted ha actuado de manera diferente".

"Tan pronto como me referí a Swamiji, Swami Akhandananda aceptó su derrota: "Tienes razón. Fue mi error". Al decir esto, señaló al monje que había presentado la queja y dijo: "Este es el tipo que causó tanto alboroto", todos se echaron a reír.

“Entonces Swami Vireswarananda dijo: “Maharaj, he ganado el caso. Ahora tendré que reclamar daños y perjuicios de usted". "De acuerdo, dime qué quieres", dijo. “Tiene que hacer una visita al Advaita Ashrama. Tendrá que almorzar allí y volver antes de la tarde después de descansar y tomar el té". "Está bien, iré". Maharaj estuvo de acuerdo. “Así, un día vino al Advaita Ashrama por la mañana y se quedó allí todo el día. Pero justo después de su almuerzo, dijo: "Ahora me iré". Era verano. En esos días los taxis no estaban tan fácilmente disponibles como lo están ahora. Tendría que negociar una larga distancia en un carro de caballos. Al darme cuenta de que sería cansador para él salir bajo el sol abrasador, dije: "El acuerdo fue, Maharaj, que regresará por la tarde después de tomar el té aquí. No puede irse ahora". No, no. "Debo irme ahora mismo", insistió. Para detenerlo, me sentí obligado a decir: 'Maharaj, quédese. Si lo hace, le ofreceré una nueva bebida que nunca antes ha tomado". "¿Qué nueva bebida me puedes ofrecer, muchacho? He sido huésped de tantos reyes y personas adineradas. He viajado por tantas tierras, he comido tanta variedad de comida. ¿Qué cosa nueva me puedes dar para comer o beber?" Le dije: 'Sea lo que sea que diga, lo que le voy a ofrecer seguramente no ha sido probado por usted antes.' Bueno, déjame ver qué vas a hacer para darme. Me estoy retrasando, respondió.

"Me sentí muy aliviado al pensar que, en cualquier caso, al menos, podría evitar que saliera al sol.

"Tan pronto como dieron las cuatro, Maharaj me llamó: '¿Dónde está lo nuevo que prometiste? Tráelo rápido. Después de que se fue a descansar, había preparado un poco de café y lo había guardado en hielo para que se enfriara. En aquellos días, no había cafeterías ni refrigeradores en Calcuta. Le ofrecí un vaso de café frío. Lo bebió y quedó muy contento. Dijo: "En realidad, nunca antes había probado algo así".

Akhandananda se convirtió en el vicepresidente de Ramakrishna Math and Mission en 1925 y el tercer presidente después de la desaparición de Swami Shivananda en 1934. En el mismo artículo antes mencionado, Swami Purnabodhananda relata lo siguiente: “Swami Niramayananda  una vez escuchó a Swami Akhandananda bendecir a alguien con el conocimiento de Brahman. Al presenciar esto, Bibhuti (Swami Niramayananda) sintió tristeza en el corazón porque Akhanadanandaji, a quien solía servir, nunca lo había bendecido de esa manera. Se convenció a sí mismo de que no tenía mucho potencial espiritual y no merecía la bendición de su gurú. Con el paso del tiempo, su tristeza se profundizó. Hasta que un día, Swami Akhandananda le dijo: “Bibhuti, los que rezan por algo, lo consiguen; los que no piden nada obtienen mucho más.” Bibhuti comprendió que su gurú había llegado a conocer la causa de su tristeza, aunque no se lo había expresado. También entendió que había egoísmo incluso al pedir bendiciones en la vida espiritual. Aquellos que son totalmente desinteresados, aquellos que no piden nada, solo ellos obtienen las recompensas más altas en la vida espiritual.

Después de que Swami Shivanandaji falleciera, se suponía que debía dar iniciación el siguiente Presidente de la Orden, Swami Akhandanandaji. Pero mostró gran renuencia para hacerlo. Pasaron varios días, pero nadie podía convencerlo, de ahí que a su asistente, un joven Swami (Swami Shivaswarupananda) a quien el Swamiji tenía especial cariño, se le encomendó la tarea de persuadirlo. Después de saludarlo, le dijo: “Muchos devotos están ansiosos por tener una iniciación espiritual. ¿Sería usted lo suficientemente amable para bendecirlos con la iniciación?” Swami Akhandananda respondió: “Un discípulo de Swami Shivananda le dio un bonito dhoti de seda y un chadar de seda. Si me pongo ropa similar, entonces consideraré dar iniciación espiritual a los devotos.” Swami Shivaswarupananda dio esta información a los Swamis mayores. Después de un tiempo, la ropa de seda fue adquirida y entregada a Swami Akhandanandaji. Pero el Swami no dio el menor indicio de que fuera a iniciar. Una vez más, se le pidió a Swami Shivaswarupananda que se acercara a Swami Akhandanandaji. Esta vez, Maharaj dijo: “Swami Shivananda solía usar un par de zapatillas especiales. Las suelas estaban hechas de soga y la parte superior de terciopelo. Si obtengo un par de zapatillas similares, consideraré si debo o no dar iniciación espiritual”. Estas zapatillas solo estaban disponibles en Nepal. Tomó varios meses obtener un par. Esta vez el Swamiji accedió a dar iniciación espiritual pero preguntó: “¿A quién daré iniciación espiritual? ¿Dónde están los devotos? ¡Apenas me conocen!”

Swami Shivaswarupananda respondió: “Muchos devotos rogaron a Swami Shivananda para que les diera iniciación espiritual, pero él estaba enfermo y no pudo iniciarlos. Tenemos una lista de esos devotos; se sentirán bendecidos si los inicia."

Swami Akhandananda entonces comenzó a dar iniciación. Él establecía las condiciones que debían cumplir los devotos antes de que aceptara iniciarlos. Algunas eran muy  estrictas. En una ocasión le preguntaron a Swami Shivaswrupananda si los devotos aceptaron tomar esos votos. El Swami respondió: “No sé de todos. Pero estoy seguro de que aquellos que sinceramente anhelaban la iniciación espiritual lo hicieron".

Cuando un devoto dijo que había tenido el darshan de la Santa Madre Sri Sarada Devi, Swami Akhandananda comentó: ′′Si tuvo el darshan de la Santa Madre, tendrá el mismo resultado de haber tenido el darshan del Sri Ramakrishna. Haber tenido el darshan de la Madre o del Maestro es lo mismo.”

En un texto que se llama Swami Akhandananda: Servicio como adoración. El Dios vivo encontramos el siguiente relato:

“Fue el día de Vijaya Dashami. Durga Puja acababa de concluir. La gente de Sargachi fue al  Ashrama en la tarde para ofrecer pranams a su querido y amado Baba. Baba les pidió que esperaran algún tiempo para poder darles algo de prasad. Pujari Maharaj, el monje encargado de la adoración en el templo, estaba haciendo una ofrenda de dulces a Sri Ramakrishna. Los visitantes esperaron pacientemente, pero Baba se impacientó después de algún tiempo. Le pidió a Siddhu que fuera a ver lo que Pujari Maharaj estaba haciendo. Fue y vio a Pujari Maharaj espolvoreando agua; la ofrenda todavía estaba en progreso. Después de un tiempo Baba le pidió a Siddhu otra vez que fuera a investigar la causa del retraso. Esta vez Siddhu encontró a Pujari Maharaj absorbido en meditación. Cuando Baba fue informado, le pidió a Siddhu que le trajera las ofrendas. ‘¿A quién le está ofreciendo los dulces?', preguntó. 'Sri Ramakrishna está sentado frente a mí en la forma de estas personas. Lo veo claramente.' Siddhu, que había recibido iniciación espiritual del Swami, hizo lo que le dijeron. En general, se considera sacrilegio quitar el plato del altar antes de que se complete la ofrenda. Pero este fue un caso especial; la orden había venido de su gurú, que veía a Shiva en cada ser. Para Swami Akhandananda, al que llamaban 'Baba', era incorrecto hacer que el Dios viviente espere un período indefinido de tiempo. Así que le trajeron los dulces y los repartió entre su 'Dios, los pobres'. Unos años después, Siddhu-Siddeshwar, se unió a la Orden Ramakrishna y se convirtió en Swami Amalananda. En su vejez, cuando narró este incidente, parecía a sus oyentes que se había convertido de nuevo en ese niño fascinado por el amor de 'Baba' para los pobres.

Swami Akandhananda participó en la celebración del Centenario del Nacimiento de Ramakrishna en 1936 en Calcuta.

En febrero de 1937 cayó enfermo. Murió en Belur Math el 7 de febrero de 1937, a la edad de 71 años.

Algunas de sus enseñanzas espirituales:

"Para lograr la liberación y el conocimiento, incluso los dioses deben nacer en forma humana. Veo a Dios viviendo en todos los seres humanos, y he realizado que servir al hombre es servir a Dios."

′′Ningún trabajo debería considerarse degradante. Todas las obras son suyas. El mismo Swamiji exploró los buques. Cuando barras el suelo, piensa que estás haciendo su trabajo."

′′No cubro el reino terrenal, ni el cielo, ni incluso la salvación. Lo único que deseo es la eliminación de las miserias de los afligidos."




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