¡Hoy nos convoca la Humanidad despierta! como presentación del libro y como nuevo espacio de encuentro, representando nuevas posibilidades para profundizar, perfeccionar, inspirar y transformar nuestra vida. El nombre del libro me lleva a evocar el despertar como dial para sintonizar con lo más bello que hay en nosotros, nuestra espiritualidad. Ese despertar espiritual como obsequio universal para los seres humanos, implica la necesidad, el surgimiento, la aspiración, el anhelo para continuar esa búsqueda interior, explorando las posibilidades y oportunidades que nos ofrece. Pensar conscientemente sobre el despertar espiritual solo es posible por el toque de la gracia suprema, esa sublime oportunidad que implica descubrir la riqueza y la dicha que habita en nuestro universo interior. Comienza ahí a sintonizarse una gran melodía que todo lo abarca y todo lo expresa, percibimos la refulgencia de nuestro ideal que nos invita paso a paso a continuar, a seguir y a permanecer, integrándonos para siempre. Nuestro sentimiento de gratitud a su autor por todo el bien espiritual que nos ha donado a través de sus extraordinarios poemas y enseñanzas condensadas en este nuevo texto. La presencia de Dios en nuestras vidas, la compañía santa, los devotos y amigos con los cuales compartimos tan gratos encuentros gracias a la virtualidad en este contexto actual, me inspira sentimientos de hermandad, amistad, simpatía y afecto, sintiendo que son parte de mi verdadera familia. Para concluir, me gustaría dejar un mensaje esperanzador: ¡Que la gran historia de la humanidad sea el despertar!
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