miércoles, 8 de abril de 2020

SEGUIR APRENDIENDO: Profesora Leonor Bakún: AVANZAR: (7-4-20)






Avanzar
Semana pascual. Miércoles empieza Pesaj. Esta semana es Semana Santa. O sea, estamos en Pascuas.
Ustedes saben que hay tres fechas que han sido muy discutidas entre los judíos sobre cuál debería ser realmente el comienzo de año. Una es el año nuevo de los árboles. Es una festividad que se conmemora, entre otras cosas, plantando árboles. Tiene sentido considerarlo.
Otra, la más aceptada es Rosh Hashaná, un período que va desde el fin de una cosecha hasta el comienzo de la otra y que incluye un balance espiritual que termina en un día bastante difícil que es el Día del Perdón, el día en que Dios escribe y rubrica el juicio sobre cada ser.
Por último, está Pesaj, Pascuas. Otra fecha difícil. El pueblo judío recuerda, su memoria es paciente. Lo que se recuerda es que fue esclavo y ahora es libre. No hay lugar para el olvido. Para muchos, el año debería comenzar en esa fecha.
Hace un tiempo comenté aquí sobre los hermanos que aparecían en el Génesis, el primer libro de la Biblia.
Los últimos en aparecer en el Génesis y cuya historia da pie al segundo libro, el Éxodo, son José y sus hermanos. 
José fue uno de los doce hijos de Jacob y vivieron en la tierra de Canaán. En algún momento, a causa de sus celos por él, sus hermanos deciden venderlo como esclavo. Sin embargo, después de un tiempo, José surgió para convertirse en la segunda persona más poderosa en Egipto junto al Faraón. Cuando el hambre azotó a Canaán, su familia llega a Egipto y ahí los recibe. Y, en lugar de castigar a sus hermanos por lo que le hicieron, José decide perdonarlos. Y José no solo perdona a sus hermanos sino que les ofrece lo que necesitan. Y prosperan, crecen en número.
El tiempo pasa, las cosas cambian y los judíos son perseguidos y esclavizados. Finalmente aparece en la historia alguien llamado Moisés, a quien Dios designa para conducir al pueblo judío de la esclavitud a la libertad.
Moisés tiene su carácter. Cuando Dios le dice lo que tiene que hacer, se enoja y le discute, le dice: a mí, un tartamudo, me pedís eso. ¿Cómo voy a hablarles a los demás? Dios entonces le dice que su hermano Arón le va a ayudar.
Varias veces discute pero obedece, confía y finalmente lleva a su pueblo hacia la Tierra Prometida.
Y aquí es dónde me quiero detener porque para ir a la Tierra prometida, tienen que cruzar el Mar Rojo, que es un mar bastante embravecido y ocurre que en el medio el Faraón se arrepintió y sale en persecución del pueblo que había dejado salir.
Moisés y el pueblo que le sigue tienen detrás al ejército egipcio y delante el Mar Rojo y entonces Moisés se pone a rezar, podemos suponer que para pedir auxilio. ¿Y qué hace Dios? Le pregunta ¿Qué haces parado ahí? Caminá. Solo cuando Moisés avanza, Dios abre las aguas y el pueblo cruza las aguas. ¿Hacia dónde? Como señala Diana Sperling, se trata de avanzar, porque es en ese “afuera” donde cada elección determina el camino y funda un territorio de posibilidad. 

Es precisamente en Pesaj, cuando Cristo baja a Jerusalem. Es una de las tres fiestas de peregrinación. Todos van a llevar su diezmo. La última cena de Jesús, es la primera cena de Pesaj. Sólo que algunos cambios para toda la humanidad se van a producir ahí. El vino será su sangre, el pan su cuerpo. 
Cristo sabía perfectamente por lo que iba a pasar si acudía, pero no se negó, lo hizo, a sabiendas del sufrimiento por el que atravesaría y a pesar de eso siguió adelante.
Hay momentos de detenerse a rezar, hay momentos en que es necesario avanzar. Hoy vivimos un momento extraño. Nos detenemos para avanzar, para cuidar al otro y en ese sentido, seguimos adelante. Me quedo con eso. Si uno tiene fe, entonces tiene que seguir adelante.

Como decía Swami Vivekananda. Seguir adelante y no detenerse hasta alcanzar la meta.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos interesa su opinión: