miércoles, 11 de marzo de 2020

SEGUIR APRENDIENDO: Profesora Marta Silva (8-2-20)






Manmatha Nath Ghosh fue un devoto laico de Sri Ramakrishna. En una oportunidad, siendo muy joven, se había unido a un grupo de amigos y juntos hacían música. Un día, navegando por el Ganges, arribaron al Templo de Kali de la Rani Rashmoni. Todos tenían hambre.    Enterados de que allí vivía un Paramahansa que daba comida a quienes lo visitaban, decidieron ir a verlo. Manmatha fue el encargado de hacerlo. Thakur lo recibió y le ofreció algunas frutas, pero como los amigos eran doce Manmatha le dijo que eso no alcanzaba y le devolvíó la comida. Thakur dijo:
  (Son palabras textuales): “¡Vete, vete! Confórmate con lo que te di ! …Tienes hambre, entonces come! “ …” Pero Señor, dijo el joven, esto todavía no alcanza…¿qué haremos con tan poquito? Ud. tiene un montón y deliberadamente no nos quiere dar bastante…somos doce, y si no estuviéramos hambrientos ¿habríamos venido hasta Ud. ? Después de mucha discusión, el Maestro llamó a alguien y le pidió que le entregara una canasta llena de dulces y frutas.
Esa fue su primera visita a Sri Ramakrishna. Más adelante Manmatha iba  a Dakshineshwar algunas veces y expresaba que sólo con ver a Thakur su mente quedaba fascinada. Cada vez que iba lo encontraba rodeado de grandes personalidades, visitantes renombrados y eruditos, pero ni bien lo veía llamaba a un ayudante y le decía: “Dale a este muchacho algo bueno para comer. Tiene mucha hambre” Y Manmatha se sentía avergonzado, pero su mente estaba tan fascinada por Thakur que siempre volvía  y siempre se repetía lo mismo.
Pasaron los años, el joven se casó y obtuvo un pequeño empleo. Un día, pasando ante la mezquita de Geratala, oyó a un asceta musulmán que imploraba: “ ¡Oh, mi Bienamado, ven, por favor! ¡ Ven por favor!“ Y lloraba  rezando. De pronto vio que Sri Ramakrishna, bajando de un carruaje, corrió hacia él y ambos se abrazaron.
En aquel tiempo, decía  Manmatha que pocas personas conocían  a Thakur, y él entendió en su vejez que aunque estuvo con el compasivo Señor no pudo entenderLo, deplorando que por las atracciones juveniles había perdido  la oportunidad de reconocer a ese tesoro.

En otro testimonio Swami Chetanananda se refiere al Dr. Abdul Wajij

Este médico homeópata fue un devoto musulmán de Sri Ramakrishna. Un día oyó hablar de un gran santo que decía que todas las religiones son verdaderas, y al que pudo conocer por Ramachandra Datta (M)  Aunque su religión era Islamista estaba de acuerdo con esa afirmación. Así fue como un día, con M y otro amigo, visitaron   a Sri Ramakrishna. Wajij iba dispuesto a no inclinarse ante Thakur, porque él sólo se inclinaba ante Alá. Pero ni bien el Maestro los vio, se inclinó profundamente ante ellos  que se vieron forzados a hacer lo mismo. Luego Thakur se sentó sobre una alfombra y dispuso otra para los visitantes. Y Wajij pensó;
 “Oímos decir que Él es un santo, entonces, ¿por qué nos mantiene a distancia?…¿nos dio una alfombra diferente porque somos musulmanes y Él es un brahmín hindú? …pero mientras hablaba de Dios Ramakrishna …se fue acercando hasta que al final se sentó sobre nuestra alfombra… “ En camino a verlo, el médico había pensado hacerle tres preguntas, No tuvo necesidad de hacerlo porque en el curso de la conversación sus preguntas fueron contestadas.
Sabiendo que él era médico Thakur le pidió que curara su mal de garganta, pero él le dijo: “Señor, si Ud. me da ese poder, puedo intentarlo. De otro modo no tendría capacidad de curar a alguien como Ud.” Los musulmanes habían visto en Sri Ramakrishna los signos de un profeta que menciona el santo Korán,
. El Maestro los invitó a visitarlo nuevamente, pero como Wajij tenía cierta inclinación hacia el goce y el dinero, no se atrevió a visitarlo nuevamente en Dakshineswar. Temía sentir demasiada inclinación por la vida espiritual si Lo veía con demasiada frecuencia.

Tanto Manmatha como Wajij eligieron los goces del mundo. Thakur comenta que si el hijo de un  hombre pobre estudia y llega a ser Juez de la corte Suprema, puede pensar que es feliz, que alcanzó el último peldaño de la escalera en este mundo, pero cuando se jubila piensa ¿Qué obra real he cumplido en esta vida? Y el Señor le dice: Sí ¿qué has hecho en esta vida ?
El Señor viene en cada tiempo con distintos nombres y formas. Ahora llegó como Gadadhar Chattopadhiaia, Sri Ramakrishna, el “portador de la maza”, que derrumba la ignorancia. Manmatha no lo reconoció por sus atracciones juveniles, y Wajij porque amaba demasiado el goce y el dinero.

La  Santa Madre tiene las indicaciones precisas:
 “ Siempre que la mente busque algo que no sea Dios, considéralo transitorio y entrega la mente a los sagrados pies del Señor”. “ El amor humano ordinario termina en sufrimiento. El amor por Dios trae bienaventuranza”. Los dos devotos tuvieron oportunidad de elegir y la desaprovecharon. Todos tenemos esa oportunidad cada día, en pensamiento, palabra y obra, y especialmente acceder conscientemente a las enseñanzas de la Santa Madre.
Que por la Gracia de Dios elijamos bien.

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