martes, 31 de marzo de 2020

SEGUIR APRENDIENDO: Profesora Leonor Bakún: (29-3-20)




Seguir aprendiendo. Prácticas

Alguna vez, antes de la cuarentena, en un programa me referí a lo que ocurre, a mi parecer, con las prácticas. En esa oportunidad comenté que viajaba de un lado a otro en distintos días y horarios. De  no prestar atención podía llegar a estar en el lugar equivocado en el horario equivocado. Del mismo modo de no mirar bien podía tomar el colectivo que no me llevaba a donde iba. Y si bien en este momento, esos ejemplos no son adecuados, debo reconocer que ambas cosas me han pasado.
Por lo tanto, no es solo costumbre, sino, sobre todo, estar atento. Con las prácticas pasa algo similar.
Hoy en día, el mundo está viviendo una situación difícil. Viene a cuento repetir esta historia: En Cien años de soledad, en ese mágico pueblo de Macondo un día ocurre una tragedia. Una peste recorre el pueblo, se trata de insomnio pero a medida que el insomnio avanza aparece un síntoma: las personas afectadas pierden sus recuerdos.
Aureliano Buendía, el sabio del pueblo, toma medidas. Comienza a poner carteles a las cosas: Esto es (una mesa, una silla, etc.). Pero la peste avanza, la falta de memoria se agrava y entonces comienza a publicar carteles en la vía pública: Esto es una vaca, por la mañana se la ordeña, sale leche, la leche se hierve, se mezcla con café que es así, se toma café con leche, eso se llama desayuno.
La práctica del yoga, acompañada por el anhelo de despertar y el esfuerzo personal permiten recuperar el estado de armonía y equilibrio natural. El ser humano es la criatura mejor y peor del mundo Es la mejor cuando tiene control y la peor cuando carece de él. Para lograr el control y para transitar esta situación desconocida necesitamos esos carteles, recordatorios de que tenemos herramientas para poder transitarla. Esas herramientas son nuestras prácticas.
No siempre nos damos cuenta de que estamos perdiendo una oportunidad de practicar, y a veces, nos damos cuenta pero no queremos hacerlo. Por un lado sería bueno que las prácticas sean una costumbre. Significaría que las hacemos siempre. Pero también es cuestión de prestar atención y eso implica varios aspectos.
Sobre todo el hecho de que además de estar atentos, además de estar dispuestos a practicar, hay que confiar. Confiar en que esas prácticas nos conducen por la ruta de la realización. Cuando todo está bien es fácil, pero cuando las cosas no están bien, confiar es tal vez la tarea más difícil.
Confiar no significa: “Todo está mal pero está bien”. Confiar significa saber que la práctica es el camino y la herramienta. Las profecías tienden a realizarse cuando hay un fuerte deseo que las impulsa. Del mismo modo que el miedo tiende a provocar que se produzca lo que se teme, la confianza permite realizar tareas difíciles en momentos difíciles y no quedar paralizado por la angustia.

M relata que una vez Surendra se disponía a irse e invitó a sus amigos a su coche. El Maestro, aún en estado extático, dijo: “No lleves más gente de la que tu caballo pueda llevar.” Me quedé pensando que esto era algo así como un no excederse, no hacer más que lo que podemos hacer. De nosotros depende si queremos aportar o quitar bienestar a nuestro entorno. La práctica del amor, el seguir adelante, la entrega, son los elementos básicos que construyen el camino. Como dice Swami Pareshananda: cantar, alabar, continuar y llenar el mundo mío con la gloria divina.

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