miércoles, 25 de marzo de 2020

SEGUIR APRENDIENDO: Profesora Leonor Bakún



Hace un tiempo relaté la historia de George Deek (diplomático israelí de origen árabe y religión cristiana).
Él descubrió, por su propia experiencia, que sólo uno puede cambiar su propia realidad, aprender de los errores del pasado y tomar  decisiones más acertadas en el futuro.
Cuenta que leyó un artículo de Lord Sacks sobre la rivalidad entre hermanos en la Biblia. Hay 4 historias sobre hermanos rivales en el libro del Génesis, y cada historia termina de manera diferente. Son las historias de Caín y Abel, Isaac e Ismael, Jacob y Esaú y la de José y sus hermanos.
En el caso de Caín y Abel, al final de la historia, Abel yace muerto.
En el caso de Isaac  e Ismael, estos están de  pie junto a la tumba de su padre.
En el caso de Jacob y Esau, se encuentran, se abrazan y se van por caminos separados.
Pero el caso de José termina diferente. Para aquellos que no están familiarizados con la historia, José fue uno de los doce hijos de Jacob. Ellos vivían en la tierra de Canaán. En algún momento, a causa de sus celos por él, sus hermanos deciden venderlo como esclavo. Sin embargo, después de un tiempo, José surgió para convertirse en la segunda persona más poderosa en Egipto junto al Faraón. Cuando el hambre azotó a Canaán, su familia llega a Egipto y ahí los recibe. Y, en lugar de castigar a sus hermanos por lo que le hicieron, José decide perdonarlos. Y éste fue el primer acto registrado de perdón y reconciliación en la literatura u otra parte. Y José no solo perdona a sus hermanos sino que les ofrece lo que necesitan.
Y prosperan, crecen en número y se convierten en una gran nación.
Al final de la historia, José dice a sus hermanos. “Ustedes quisieron perjudicarme, pero Dios me encaminó por el bien, para lograr lo que estamos haciendo, salvar muchas vidas.
Quiere decir que por nuestros actos en el presente, podemos moldear el futuro y así redimir el pasado.”
La línea de pensamiento de Thakur es universal, porque admite la validez de todas las creencias sobre la premisa que todo esfuerzo espiritual, cuando es sincero, conduce finalmente a la realización de la verdad.
Él explicó que Dios ha hecho distintas religiones y credos para conformar a diferentes aspirantes. De ninguna manera son todos aptos para el conocimiento de Dios sin forma y por lo tanto también tenemos la adoración a Dios con forma.
Y ponía el siguiente ejemplo: La madre trae pescado al hogar para sus hijos. Hace curry con una parte; la otra la fríe y con la otra hace pilau. Pero de ninguna manera todos pueden digerir este plato; entonces también hace sopa para aquellos que son delicados del estómago. Además, algunos lo quieren frito o encurtido. Hay diferentes temperamentos. Hay diferencias en la capacidad de comprensión.
Michel Onfray en su libro La Potencia de Existir se refiere a la humanidad de un individuo como algo que se define por la triple posibilidad conjunta de una conciencia de sí, una conciencia de los otros y una conciencia del mundo, con las posibilidades resultantes de las interacciones entre sí mismo, el otro, lo real y consigo mismo. El que ignora quién es, quién es el otro y qué es el mundo, está fuera de la humanidad aunque esté vivo.

Sabemos que nuestro futuro se moldea, se forja en nuestros pensamientos, palabras, acciones. Swamiji dijo que la disciplina es el camino entre las metas y los logros. Hoy, a nivel global, estamos en una situación en la cual nuestros actos deben ser sopesados con cuidado porque podemos poner en riesgo al otro. Nuestros actos serán acordes a nuestra capacidad de comprensión y a la conciencia que hayamos logrado y en ese sentido tal vez podamos aprovechar esta inesperada ocasión de aislamiento y convertirlo en un momento de reflexión donde logremos no sólo cuidarnos sino también cuidar al otro como a mi hermano. Como José dijo a sus hermanos. “Dios me encaminó por el bien, para lograr lo que estamos haciendo, salvar muchas vidas.
(24-03-2020)

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