SEGUIR APRENDIENDO: Sra. Veronica Pomerane
Las operaciones de la conciencia humana ordinaria, unen al yo, no con las cosas como son en realidad, sino con imágenes, nociones o aspectos de las cosas. Para aquellas pocas cualidades que su mente ha sido capaz de registrar y clasificar, él confecciona una etiqueta que registra la suma de sus propias experiencias.
Hemos convenido en vivir en un mundo de etiquetas. De vez en cuando el carácter simbólico se nos aparece súbitamente.
Una gran emoción, la devastadora visita de la belleza, el amor o el dolor, nos elevan a otro nivel de conciencia.
Cualquiera que aliente un deseo intenso de estar en el cielo, entonces, en ese momento mismo, se halla en él.
Nadie está condenado, salvo por su propio orgullo, pereza o perversidad, a los horrores de lo que Blake llamaba “La visión única: la atención perpetua y concentrada en el continuo espectáculo que la mente, en conspiración con los sentidos, interpone entre nosotros y el mundo viviente.
Tú hombre práctico estás obligado a tejer la imagen del mundo exterior sobre el duro telar de tu mentalidad, que siempre impone sus propias convenciones, en última
instancia reducible a una serie de elementos estáticos condicionados por la maquinaria del cerebro.
Blake dijo que si se limpiaran las puertas de la percepción, todo aparecería tal como es: infinito. Pero las puertas de la percepción, están festoneadas por las telas de araña
del pensamiento, por los prejuicios, la cobardía y la pereza. La eternidad está dentro de nosotros, invitándonos perpetuamente a la contemplación. Peros somos demasiado
arrogantes para detener nuestros pensamientos y dejar que la sensación divina haga su trabajo.
Los que descubren esto descubren que han estado viviendo en un mundo asfixiante, mientras que su herencia era un mundo de maravilla, en el que cada capullo a punto
de florecer está cargado con todo el significado de la vida.
- Veronica Pomerane
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