sábado, 19 de diciembre de 2015

Del libro La Sagrada Enseñanza de Sri Ramakrishna, nº 367, Pág. 98




"El gran Shankaracharia tenía un discípulo necio que solía imitar al Maestro en todo. Cuando Shánkara decía: “shivoham” (Soy Shiva), el discípulo repetía: “shivoham”. Para corregir la necedad del discípulo, Shánkara, un día, al pasar ante la fragua de un herrero, tomó un pedazo de hierro candente y lo engulló, luego pidió al discípulo que hiciera otro tanto. Por supuesto, el discípulo no pudo imitar ese acto del Maestro y, desde entonces, también dejó de decir: “shivoham”. La burda imitación siempre es mala, pero es bueno tratar de corregirse observando los nobles ejemplos de los grandes seres." Del libro La Sagrada Enseñanza de Sri Ramakrishna, nº 367, Pág. 98

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