miércoles, 23 de septiembre de 2015

Sra. Marta Silva: Romain Rolland (Recuerdo de Swami Sivananda)





 
“LA MADRE LE INSPIRÓ LA OBLIGACIÓN Y LA POSIBILIDAD DE LLEVAR A AQUELLOS DUELOS  EL BÁLSAMO DE SU FE”

“Los que no le han visto__ me escribe  Sw. Shivananda__ no pueden figurarse hasta qué punto aquel hombre (Sri Ramakrishna), desentendido de la tierra, estaba constantemente ocupado en escuchar los relatos de los hombres y mujeres que le contaban sus aflicciones terrenales y en tranquilizarlos.. Probablemente viven todavía padres de familia que recuerden y bendigan su infinita misericordia y sus ardorosas tentativas para aliviar los padecimientos humanos.

Un día (en 1883), Mani Mallick, hombre viejo, rico y distinguido, que había perdido un hijo, fue a verle con el corazón desgarrado. Ramakrishna se penetró de tal modo de su dolor, que parecía que era Él quien había perdido al hijo..Así transcurrió algún tiempo. De pronto, se puso a cantar. Mas no una elegía ni una oración fúnebre. Cantó un himno heroico: la marcha al combate del alma contra la muerte:

‘¡A las armas! ¡A las armas! ¡Oh, humano! La muerte invade tu hogar en orden de batalla. Sube al carro de la fe con el carcaj de la sabiduría. Tiende la potente cuerda del amor, y dispara, dispara la flecha divina, el santo nombre de la Madre…’.

Recuerdo__ concluye  Shivananda__ cuánto se alivió con aquello el dolor del padre. Aquel cántico le reanimó, le tranquilizó, le devolvió la paz”.


En “La vida de Ramakrishna” Romain Rolland.-Ed.Kier-1945-

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