Sri Sarada Devi: la Madre de todos
El país acababa de lograr su independencia. Un día, algunos Swamis de la Ramakrishna Mission viajaban en un jeep de Dacca a Jessore para hacer tareas de socorro.
En el camino se detuvieron en un salón de té atendido por un musulmán. Al entrar, para su sorpresa, vieron un cuadro con la fotografía de Sri Sarada Devi colgado en la pared.
Uno de los Swamis le preguntó de quién era esa foto a lo cual el musulmán respondió: "No sé."
"Entonces ¿por qué la tiene allí?", volvió a preguntar el Swami.
Con visible emoción el hombre respondió: "Mi madre falleció cuando yo tenía cuatro años. No recuerdo ni siquiera su rostro. Cuando crecí escuchaba a mis amigos hablar de sus madres, y cuando ellas los acariciaban yo sufría y lloraba. Visualicé en mi mente una imagen de mi madre y solía verla en mis sueños. Un día recibí un almanaque con esta fotografía; yo no sabía quién era, ni necesitaba saberlo porque reconocí en ella a la madre que yo veía en mis sueños: la misma forma, el mismo rostro, los mismos ojos. Y en este cuadro descubrí a 'mi propia madre' a quien posiblemente había visto pero no recordaba. Al día siguiente hice colocar el marco a esa fotografía y desde entonces me acompaña en mi negocio. Mi corazón se colma de dicha de sólo contemplarla. Ella es mi madre, la madre que perdí en mi niñez."
Relatos extraídos de "El Udbodhan", la revista mensual Bengalí de la orden Ramakrishna.
El país acababa de lograr su independencia. Un día, algunos Swamis de la Ramakrishna Mission viajaban en un jeep de Dacca a Jessore para hacer tareas de socorro.
En el camino se detuvieron en un salón de té atendido por un musulmán. Al entrar, para su sorpresa, vieron un cuadro con la fotografía de Sri Sarada Devi colgado en la pared.
Uno de los Swamis le preguntó de quién era esa foto a lo cual el musulmán respondió: "No sé."
"Entonces ¿por qué la tiene allí?", volvió a preguntar el Swami.
Con visible emoción el hombre respondió: "Mi madre falleció cuando yo tenía cuatro años. No recuerdo ni siquiera su rostro. Cuando crecí escuchaba a mis amigos hablar de sus madres, y cuando ellas los acariciaban yo sufría y lloraba. Visualicé en mi mente una imagen de mi madre y solía verla en mis sueños. Un día recibí un almanaque con esta fotografía; yo no sabía quién era, ni necesitaba saberlo porque reconocí en ella a la madre que yo veía en mis sueños: la misma forma, el mismo rostro, los mismos ojos. Y en este cuadro descubrí a 'mi propia madre' a quien posiblemente había visto pero no recordaba. Al día siguiente hice colocar el marco a esa fotografía y desde entonces me acompaña en mi negocio. Mi corazón se colma de dicha de sólo contemplarla. Ella es mi madre, la madre que perdí en mi niñez."
Relatos extraídos de "El Udbodhan", la revista mensual Bengalí de la orden Ramakrishna.
- ( Imagen: Jaya Mukherjee)
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